La asepsia quirúrgica
La asepsia se refiere a la ausencia de material infeccioso o infección. La asepsia quirúrgica es la ausencia de todo microorganismo dentro de cualquier tipo de procedimiento invasivo. La técnica estéril es un conjunto de prácticas y procedimientos específicos que se llevan a cabo para que el equipo y las áreas estén libres de todos los microorganismos y para mantener esa esterilidad (BC Centre for Disease Control, 2010). En la literatura, la asepsia quirúrgica y la técnica estéril se utilizan comúnmente de forma intercambiable, pero significan cosas diferentes (Kennedy, 2013). Los principios de la técnica estéril ayudan a controlar y prevenir la infección, evitan la transmisión de todos los microorganismos en un área determinada, e incluyen todas las técnicas que se practican para mantener la esterilidad.
La técnica estéril se practica con mayor frecuencia en los quirófanos, salas de parto y procedimientos especiales o áreas de diagnóstico. También se utiliza cuando se realiza un procedimiento estéril a pie de cama, como la inserción de dispositivos en zonas estériles del cuerpo o cavidades (por ejemplo, la inserción de un tubo torácico, una vía venosa central o un catéter urinario permanente). En la atención sanitaria, la técnica estéril se utiliza siempre que se accede a la integridad de la piel, se deteriora o se rompe (por ejemplo, en quemaduras o incisiones quirúrgicas). La técnica estéril puede incluir el uso de equipos estériles, batas estériles y guantes (Perry et al., 2014).
La técnica estéril es esencial para ayudar a prevenir las infecciones del sitio quirúrgico (ISQ), una complicación involuntaria y a menudo prevenible que surge de la cirugía. La ISQ se define como una «infección que se produce después de la cirugía en el área de la misma» (CDC, 2010, p. 2). La prevención y la reducción de las ISQ son las razones más importantes para utilizar una técnica estéril durante los procedimientos y las cirugías invasivas.