Absceso periamigdalino

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¿Qué es un absceso periamigdalino?

Un absceso periamigdalino es un área de tejido lleno de pus en la parte posterior de la boca, junto a una de las amígdalas. El absceso puede ser muy doloroso y puede dificultar la apertura de la boca.

También puede causar una inflamación que puede empujar la amígdala hacia la úvula (el objeto carnoso que cuelga en la parte posterior de la boca). Esto puede bloquear la garganta, dificultando la deglución, el habla y, a veces, incluso la respiración.

Si cree que tiene un absceso en la parte posterior de la garganta, debe acudir a un médico. Un absceso periamigdalino que no se trata puede conducir a problemas de salud más graves.

¿Qué causa los abscesos periamigdalinos?

La mayoría de los abscesos periamigdalinos son causados por las mismas bacterias que causan la faringitis estreptocócica. A veces, están implicados otros tipos de bacterias.

Los abscesos periamigdalinos suelen producirse como una complicación de la amigdalitis. Si la infección se desprende de una amígdala y llega al espacio que la rodea, puede formarse un absceso. Por suerte, los abscesos periamigdalinos no son tan comunes hoy en día porque los médicos utilizan antibióticos para tratar la amigdalitis.

Las enfermedades de los dientes y las encías pueden aumentar las probabilidades de sufrir un absceso periamigdalino, al igual que el tabaquismo: más buenas razones para lavarse los dientes y no fumar.

¿Cuáles son los signos de un absceso periamigdalino?

A menudo, el primer signo de un absceso periamigdalino es el dolor de garganta. A medida que el absceso se desarrolla, comienzan otros síntomas, como:

  • Amígdalas rojas e hinchadas
  • Amígdalas que presionan contra la úvula
  • Dolor, ganglios (linfáticos) inflamados en un lado del cuello
  • dolor intenso en un lado de la garganta
  • dificultad y dolor al tragar o abrir la boca
  • fiebre y escalofríos
  • dolor de cabeza
  • dolor de orejas
  • resaca
  • voz apagada o ronca
    • Un absceso que no se trata rápidamente puede acarrear problemas graves – por ejemplo, la infección puede llegar a la mandíbula y al cuello. Si el absceso estalla, la infección puede extenderse al pecho y provocar una neumonía.

      ¿Cómo se diagnostica un absceso periamigdalino?

      Llama a tu médico si tienes dolor de garganta con fiebre o cualquiera de los otros problemas que puede causar un absceso periamigdalino. Es raro que un absceso le impida respirar, pero si lo hace, es posible que tenga que ir a urgencias de inmediato.

      El médico le examinará la boca, la garganta y el cuello. También puede realizar un cultivo de garganta y un análisis de sangre. En raras ocasiones, el médico puede solicitar una tomografía computarizada o una ecografía.

      ¿Cómo se trata un absceso periamigdalino?

      El tratamiento habitual para un absceso periamigdalino implica que un médico drene el absceso. El médico lo hace extrayendo el pus con una aguja (lo que se denomina aspiración) o haciendo un pequeño corte en el absceso con un bisturí para que el pus pueda salir.

      Si esto no funciona, es posible que haya que extirpar las amígdalas del paciente en un procedimiento denominado amigdalectomía. Esto es especialmente cierto para las personas que han tenido amigdalitis muchas veces o que han tenido un absceso periamigdalino en el pasado.

      Si es difícil comer o beber, los pacientes pueden necesitar líquidos IV (intravenosos, administrados en una vena) para la hidratación. El médico también recetará analgésicos y antibióticos. Siempre que se tomen antibióticos, hay que terminar el tratamiento completo tal y como se ha prescrito, incluso si se siente mejor después de unos días. De lo contrario, la infección podría reaparecer.

      Las personas que se someten a una amigdalectomía pueden necesitar una breve estancia en el hospital. De este modo, los médicos pueden vigilarlos para asegurarse de que todo ha ido según lo previsto.

      ¿Se pueden prevenir los abscesos periamigdalinos?

      Puedes tomar algunas precauciones para reducir el riesgo de tener un absceso en las amígdalas, como no fumar y asegurarte de mantener los dientes y la boca limpios.

      Pero a veces un absceso periamigdalino está fuera de tu control. Si cree que tiene un absceso, llame a su médico de inmediato. Cuanto antes lo diagnostique el médico, más fácil será el tratamiento.

      Revisado por: Patricia Solo-Josephson, MD
      Fecha de revisión: Junio 2017

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