Las pruebas científicas actuales no demuestran que la energía de radiofrecuencia (RF) sea peligrosa para ningún usuario de teléfonos móviles, incluidos los niños y los adolescentes. También hay medidas sencillas que cualquier persona, incluidos los niños y los adolescentes, puede tomar si desea reducir la exposición a la RF.
- Reduzca la cantidad de tiempo que pasa utilizando el teléfono móvil.
- Utilice el modo de altavoz, auriculares o bastoncillos para los oídos para poner más distancia entre la cabeza y el teléfono móvil.
- Evite hacer llamadas cuando la señal es débil, ya que esto hace que los teléfonos móviles aumenten la potencia de transmisión de radiofrecuencia.
- Considere la posibilidad de enviar mensajes de texto en lugar de hablar – pero no envíe mensajes de texto mientras conduce.
Se completó un gran estudio epidemiológico sobre los efectos de los teléfonos móviles en adultos jóvenes de entre 10 y 24 años en 14 países de Europa (el estudio MOBI-KIDS). Aunque el estudio se completó en 2016, los resultados aún no se han publicado. Al igual que con el resto de la información, la FDA seguirá vigilando la información científica y evaluará los resultados de este estudio a medida que estén disponibles.