Agricultura intensiva

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El desarrollo de la agricultura en Gran Bretaña entre el siglo XVI y mediados del siglo XIX supuso un aumento masivo de la productividad y la producción agrícola. Esto, a su vez, contribuyó a aumentar el crecimiento de la población.

La agricultura industrial surgió en la Revolución Industrial. A principios del siglo XIX, las técnicas agrícolas, los aperos, las reservas de semillas y los cultivos habían mejorado tanto.

La maquinaria de tracción animal, como la segadora McCormick, mejoró la cosecha. Inventos como la desmotadora de algodón redujeron el coste del procesamiento. Durante este mismo periodo, los agricultores empezaron a utilizar trilladoras y tractores que funcionaban con vapor. En 1892 se fabricó con éxito el primer tractor de gasolina. A continuación se desarrollaron cosechadoras mecánicas, sembradoras, trasplantadoras y otros equipos que mejoraron aún más la agricultura. Estos inventos aumentaron el rendimiento y permitieron a los agricultores individuales gestionar explotaciones más grandes.

Se descubrió que el nitrógeno, el fósforo y el potasio (NPK) eran muy importantes para el crecimiento de las plantas. Esto condujo a la fabricación de fertilizantes sintéticos, aumentando aún más el rendimiento de los cultivos.

El descubrimiento de las vitaminas y su papel en la nutrición, en las dos primeras décadas del siglo XX, dio lugar a los suplementos vitamínicos, que en la década de 1920 permitieron que parte del ganado se criara en el interior, reduciendo su exposición a los elementos naturales adversos.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el uso de fertilizantes sintéticos aumentó rápidamente.

El descubrimiento de los antibióticos y las vacunas mejoró la cría de ganado al reducir las enfermedades. Los avances en la refrigeración, así como en la tecnología de procesamiento de alimentos, hicieron posible el transporte de mercancías a largas distancias.

Hay preocupación por la sostenibilidad de la agricultura industrial, y por los efectos medioambientales de los fertilizantes y pesticidas. Esto ha llevado a la gente a comprar alimentos orgánicos. También ha hecho que se financie el desarrollo de tecnología sostenible.

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