Analogía

Definición de analogía

¿Qué es una analogía? Aquí tienes una definición rápida y sencilla:

Una analogía es una comparación que pretende explicar una cosa o idea comparándola con otra. Por ejemplo, un coach de carrera podría decir: «Ser el jefe o CEO exitoso de una empresa es como ser un director de orquesta: al igual que el director de orquesta tiene que estar de pie en la parte delantera donde todos -incluso los músicos en la última fila- pueden verlo, un buen CEO tiene que asegurarse de estar visible y disponible para todos los empleados de la empresa.» El asesor profesional no está diciendo que los directores generales sean exactamente como los directores de orquesta en todos los sentidos. Más bien, comparar a los CEOs con los directores de orquesta a través de la analogía permite al coach articular una importante cualidad de liderazgo de una manera memorable.

Algunos detalles clave adicionales sobre las analogías:

  • La analogía tiene diferentes significados en el contexto de diferentes campos académicos. Por ejemplo, alguien que estudie la lógica diría que la analogía es «una inferencia de que, si dos cosas son similares en algunos aspectos, también deben ser parecidas en otros.» Un científico cognitivo o un abogado tendrían una definición totalmente diferente. A pesar del amplio uso del término, esta guía se centrará únicamente en la definición literaria de analogía resumida anteriormente.
  • La analogía está estrechamente relacionada con la metáfora y el símil. Las fuentes varían en cómo definen la relación entre estos términos, pero la mayoría puede estar de acuerdo en que la metáfora y el símil son tipos de analogía.
    • Pronunciación de la analogía

      Así se pronuncia la analogía: uh-nal-oh-jee

      Explicación de la analogía

      Desarrollar una comprensión más rica de una cosa comparándola con otra es la idea básica detrás de la analogía. Mucho más que una simple técnica ilustrativa o explicativa, las analogías son fundamentales para la forma de pensar de las personas. El escritor Douglas Hofstadter llegó a decir que la analogía es «el núcleo de la cognición», sugiriendo que la herramienta más fundamental que tenemos para entender el mundo es la capacidad de hacer comparaciones entre las cosas.

      Qué hace una analogía

      Las analogías pueden dividirse en dos elementos: el objetivo y la fuente. El objetivo es el concepto desconocido -la cosa que la analogía pretende explicar- mientras que la fuente (también denominada análoga) es el concepto conocido, o la cosa que se utiliza para explicar el objetivo.

      Por ejemplo, si alguna vez has visto la película de Disney Shrek, puede que recuerdes la frase «los ogros son como las cebollas». En una escena memorable, el ogro (Shrek) intenta explicar algo sobre la verdadera naturaleza de los ogros a su amigo no ogro diciendo:

      «Los ogros son como las cebollas… Las cebollas tienen capas. Los ogros tienen capas. ¿Lo entiendes? Los dos tenemos capas»

      Shrek crea una analogía comparando la fuente (algo familiar y conocido, en este caso una cebolla) con el objetivo (algo misterioso y desconocido, en este caso los ogros). Su objetivo es revelar algo sobre los ogros (el objetivo desconocido) mostrando que no es tan diferente de las cebollas (la fuente familiar). No todas las analogías son tan sencillas como ésta, pero la comparación de Shrek es un buen ejemplo de la estructura básica de las analogías. Ten en cuenta que es perfectamente aceptable analizar las analogías sin hablar de objetivos y fuentes, pero estos términos pueden ser útiles para entender la estructura de las analogías, especialmente con ejemplos más complicados.

      Analogía, metáfora y símil

      La analogía, la metáfora y el símil son similares en el sentido de que todos tienen que ver con hacer comparaciones. Pero existe un debate sobre la naturaleza precisa de la relación entre estos tres conceptos. Hay dos campos principales en este debate:

      • El primer campo cree que la metáfora y el símil son tipos de analogías.
      • El segundo bando cree que la metáfora y el símil no son tipos de analogías, sino herramientas distintas que pueden utilizarse para articular la analogía.

      Campo 1: Las metáforas y los símiles son tipos de analogías

      Los miembros de este campo ven las analogías como una categoría más amplia en la que encajan las metáforas y los símiles. Dirían que las metáforas son analogías implícitas, mientras que los símiles son analogías explícitas. En otras palabras, las metáforas cumplen implícitamente la función de la analogía -señalar las similitudes entre dos cosas diferentes- al decir que algo es otra cosa. Por ejemplo, «Julieta es el sol». Las personas del primer bando argumentarían que la metáfora «Julieta es el sol» es un tipo de analogía porque opera haciendo una comparación implícita, como «Julieta y el sol son similares; al igual que el sol, Julieta es radiante y llena de luz los días de Romeo». Por su parte, los de primero dirían que el símil «Julieta es como el sol» es también un tipo de analogía porque establece una comparación de forma explícita al decir que algo se parece a otra cosa en algún aspecto: «Julieta es hermosa como el sol».

      Campo 2: Las metáforas y los símiles son herramientas para hacer analogías

      El segundo campo, sin embargo, diría que la metáfora «Julieta es el sol» no cuenta como analogía. En cambio, dirían que la metáfora se utiliza como herramienta para apoyar la analogía distinta y global entre una mujer y el sol. Del mismo modo, los del segundo bando dirían que la frase «Julieta es bella como el sol» es un símil que apoya la analogía global que compara a Julieta con un cuerpo celeste.

      El segundo bando sostiene que la analogía es distinta de las metáforas y los símiles. Sostiene que la analogía es un tipo de argumento o explicación racional, que la analogía es la comparación conceptual real que se hace. Por el contrario, sostiene que la metáfora y el símil son figuras retóricas, es decir, son dispositivos o herramientas literarias cuyo propósito es describir algo con un lenguaje figurado y no explicar o argumentar algo.

      Sin embargo, esta distinción puede empezar a parecer confusa cuando se empieza a preguntar dónde termina «describir» y empieza «explicar». Cuando Romeo dice que «Julieta es el sol», ¿no está -además de describir su belleza- explicando al lector su amor por Julieta comparándolo con el sol?

      Resumiendo el debate entre el campo 1 y el campo 2

      No es necesariamente que la visión de un campo sea mejor o más adecuada que la del otro, pero la definición del primer campo sobre la relación entre analogía, metáfora y símil es más común -aunque sólo sea porque no es tan rígida como la definición del segundo campo. Dicho esto, sólo es necesario saber que existen estas definiciones contrapuestas, y luego ser capaz de decir por qué crees que un ejemplo dado es una analogía, un símil o una metáfora, basándote en la definición que crees que se ajusta mejor a cada término.

      Ejemplos de analogía

      La analogía en Romeo y Julieta de Shakespeare

      En este ejemplo del Acto 2 Escena 2 de Romeo y Julieta, Julieta Capuleto desconcierta sobre el principal obstáculo en su amor por Romeo Montesco: las familias Capuleto y Montesco son rivales. Ella crea una analogía comparando a Romeo con una rosa, razonando que al igual que la «dulzura» o la belleza de una rosa es totalmente independiente de su nombre, la «perfección» que ella ve en Romeo es independiente de -y en absoluto comprometida por- su nombre y su familia:

      Sólo tu nombre es mi enemigo.
      Eres tú mismo, aunque no un Montesco.
      ¿Qué es Montesco? No es ni la mano, ni el pie, ni el brazo, ni la cara, ni ninguna otra parte que pertenezca a un hombre. ¡Oh, sea otro nombre!
      ¿Qué hay en un nombre? Lo que llamamos rosa
      Con cualquier otra palabra olería igual de dulce.
      Así que Romeo, si no se llamara Romeo,
      Mantendría esa querida perfección que debe
      Sin ese título.

      Analogía en As You Like It de Shakespeare

      El melancólico personaje Jaques elabora la siguiente analogía en el Acto 2 Escena 7 de As You Like It. En una de las líneas más famosas de todo Shakespeare, Jaques compara el mundo con el escenario, y cada individuo con un actor que interpreta un papel que cambia con la edad.

      Todo el mundo es un escenario,
      Y todos los hombres y mujeres son meros actores;
      Tienen sus salidas y sus entradas,
      Y un hombre en su tiempo representa muchos papeles,
      Sus actos son siete edades. Al principio, el bebé,
      Murmurando y vomitando en los brazos de la enfermera.
      Después, el escolar quejumbroso, con su mochila
      Y su brillante cara matutina, arrastrándose como un caracol
      De mala gana hacia la escuela. Y luego el amante,
      Suspirando como un horno, con una balada lamentable
      Hecha a la ceja de su ama. Luego un soldado,
      Lleno de extraños juramentos y barbudo como el pard,
      Celoso en el honor, repentino y rápido en la disputa,
      Buscando la reputación de la burbuja
      Hasta en la boca del cañón…

      Jaques concluye su discurso describiendo las tres «partes» o «siete edades» restantes: las del Líder Justo, las del Viejo Tonto que se cree todavía joven y las del Viejo Verdadero que está tan indefenso como un bebé. El uso de esta analogía para comparar «el mundo» con «un escenario» y, por extensión, «la vida» con «una obra de teatro», permite a Jaques señalar lo que considera un aspecto fundamental tanto de la experiencia real como de la teatral: la actuación. Estas líneas funcionan como una analogía particularmente poderosa cuando se leen en voz alta en el teatro, porque exigen simultáneamente que los miembros del público se enfrenten a las formas en que están representando sus propias vidas, les recuerdan su propia mortalidad y colapsan la frontera tradicional entre los actores en el escenario y el público que los observa.

      La analogía en El zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta de Robert M. Pirsig

      En el capítulo 26 de El zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta, el narrador intenta describir su visión filosófica del mundo estableciendo una analogía entre el conocimiento y un tren.

      El concepto de «Calidad» del narrador se refiere a una manera holística y equilibrada de existir en el mundo. El narrador cree que en la vida moderna, a menudo no logramos la Calidad porque creamos una distinción artificial entre una forma artística, «romántica» de vivir la vida -estar «en el momento», sin detenerse a analizar o reflexionar sobre las cosas- y una forma científica, «clásica», de vivir la vida que implica analizar cómo funcionan las cosas pragmáticas (como la tecnología). A través de la analogía del Tren, el narrador argumenta que tanto el modo de pensamiento Clásico como el Romántico son necesarios para vivir una vida equilibrada en busca de la Calidad:

      En mi mente está ahora la imagen de un enorme y largo tren ferroviario… En términos de la analogía, el Conocimiento Clásico, el conocimiento enseñado por la Iglesia de la Razón, es el motor y todos los vagones. Todos ellos y todo lo que hay en ellos. Si subdivides el tren en partes no encontrarás el Conocimiento Romántico en ninguna parte. Y a menos que tengas cuidado es fácil hacer la presunción de que ese es todo el tren que hay. Esto no se debe a que el Conocimiento Romántico no exista o ni siquiera sea importante. Es sólo que hasta ahora la definición del tren es estática y sin propósito… El verdadero tren del conocimiento no es una entidad estática que pueda detenerse y subdividirse. Siempre va a alguna parte. En una vía llamada Calidad… La realidad romántica es el filo de la experiencia. Es el borde de ataque del tren del conocimiento que mantiene todo el tren en la vía… El borde de ataque es donde está absolutamente toda la acción. El borde de ataque contiene todas las posibilidades infinitas del futuro. Contiene toda la historia del pasado. ¿En qué otro lugar podrían estar contenidas?… En el borde de ataque no hay sujetos. No hay objetos, sólo la vía de la Calidad por delante, y si no tienes ninguna manera formal de evaluar, ninguna manera de reconocer esta Calidad, entonces el tren no tiene manera de saber hacia dónde ir.

      Así como un tren no puede existir sin su motor, sus vagones, o su locomotora principal, también -el narrador argumenta- la Calidad no puede ser perseguida sin aplicar tanto el conocimiento clásico como el romántico de manera equilibrada. Este es un largo y, obviamente, complejo ejemplo de analogía.

      La analogía en El tigre blanco, de Aravind Adiga

      El tigre blanco cuenta la historia de Balram Halwai, un empresario hecho a sí mismo que se abre camino (de forma un tanto ilegal) desde los últimos peldaños de la escala social de la sociedad india. En el capítulo 5, Balram introduce la analogía de la cooperativa del gallo para explicar cómo los miembros de la élite india reprimen a los pobres:

      Lo más grande que ha surgido en este país en sus diez mil años de historia es el Gallinero. Vayan a la Vieja Delhi, detrás de la Jama Masjid, y observen cómo guardan los pollos allí en el mercado. Cientos de gallinas pálidas y gallos de colores brillantes, metidos en jaulas de malla metálica, tan apretados como gusanos en una barriga, picoteándose y cagándose unos a otros, empujándose sólo para respirar; toda la jaula desprende un hedor horrible: el hedor de la carne aterrorizada y emplumada. En el escritorio de madera sobre este gallinero se sienta un joven carnicero sonriente, mostrando la carne y los órganos de un pollo recién troceado, todavía oleaginoso con una capa de sangre oscura. Los gallos del gallinero huelen la sangre desde arriba. Ven los órganos de sus hermanos tirados a su alrededor. Saben que son los siguientes. Sin embargo, no se rebelan. No intentan salir del gallinero. Lo mismo se hace con los seres humanos en este país.

      Balram utiliza la imagen concreta y ordinaria de un gallinero para explicar las fuerzas invisibles, pero crueles, que impiden a los pobres de la India progresar socialmente. No sólo utiliza el gallinero como analogía de su país, sino que también lo utiliza para justificar su propio comportamiento a lo largo de la novela.

      ¿Por qué los escritores utilizan las analogías?

      Los escritores, y la gente en general, utilizan las analogías por una gran variedad de razones:

      • Para explicar un concepto nuevo y desconocido en términos relacionables y fáciles de entender.
      • Para ayudar al lector a establecer una conexión nueva y perspicaz entre dos entidades diferentes.
      • Para apelar al sentido de la razón o la lógica del lector al demostrar un punto.
      • El antropólogo Mark Nichter dijo una vez (utilizando una analogía) que «una buena analogía es como un arado que puede preparar el campo de asociaciones de una población para la siembra de una nueva idea.» En otras palabras, las analogías juntan información y conocimientos que ya tenemos almacenados para crear combinaciones novedosas, que se convierten en la base de nuevas ideas.

        Otros recursos útiles sobre la analogía

        • La página de Wikipedia sobre la analogía: Una explicación muy amplia pero completa de la analogía y sus variados usos en las distintas disciplinas.
        • La definición del diccionario de la analogía: Una definición básica y la etimología del término: viene del griego analogia que significa «proporción»
        • La analogía en acción: Un interesante artículo de la revista Entrepreneur titulado «4 lecciones de liderazgo aprendidas de los directores de orquesta»
        • La analogía en Youtube: La escena «Los ogros son como las cebollas» de la película Shrek de Disney.

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