Estos dibujos en las paredes de un templo muestran a los hebreos, el pueblo de Moisés, mucho antes de que éste recibiera la orden de liberarlos de la esclavitud. Los dibujos dejan muy claro quién estaba al mando. Aquí, un egipcio grande y fuerte demuestra su poder sobre los esclavos que se arrastran.
¿Pero quiénes eran estas personas esclavizadas por los egipcios? La Biblia los describe como nómadas que acabaron vagando por territorio egipcio, donde fueron convertidos en esclavos del estado egipcio. Hoy en día, los historiadores coinciden en que el pueblo de Moisés era descendiente de estos esclavos. Y aquí están las pruebas de su suposición. En los bloques de piedra encontrados en la península del Sinaí, podemos ver tallas que se asemejan a la escritura hebrea – son muy diferentes a los jeroglíficos de los egipcios. La escritura proporciona pruebas de una cultura independiente, y varios historiadores creen que las imágenes talladas en la piedra demuestran que este pueblo era esclavo de los egipcios. Y esta es también la historia que cuenta la Biblia. Los hebreos trabajaron en masa para construir las espectaculares pirámides. Como los esclavos eran una fuerza de trabajo inestimable, al estado le convenía mantenerlos vivos. Pero se les hizo saber muy bien quién ejercía el poder. Moisés era uno de estos trabajadores. Él, y un hecho fortuito, cambiaron la historia.
La Biblia describe cómo Moisés ve cómo uno de sus compañeros es golpeado por un guardia egipcio. En un arrebato de furia, Moisés mata al guardia, enterrando después el cuerpo en el suelo arenoso. Moisés tiene que huir para salvar su vida. Poniendo 400 kilómetros de distancia entre él y la escena de su crimen, acaba en las montañas del Sinaí. Aquí vivió durante años, tomando una esposa. Diez años después, nos dice la Biblia, regresa. Se le ha ordenado que se enfrente al Faraón y libere a su pueblo de su esclavitud.