Promotor de la música «americana»
A partir de mediados de la década de 1930 y hasta 1950, Copland se esforzó seriamente por ampliar el público de la música americana y tomó medidas para cambiar su estilo al escribir piezas solicitadas para diferentes ocasiones. Compuso música para el teatro, el ballet y el cine, así como para situaciones de concierto. En sus ballets -Billy the Kid (1938), Rodeo (1942) y Appalachian Spring (1944; Premio Pulitzer, 1945)- hizo uso de melodías folclóricas y relajó su estilo anterior para llegar a un sonido más ampliamente reconocido como «americano». Otras obras conocidas de este periodo son El Salón México (1935) y A Lincoln Portrait (1942), mientras que la Sonata para piano (1943) y la Tercera Sinfonía (1946) continúan el desarrollo de su música de concierto. Entre sus famosas partituras cinematográficas se encuentran las de De ratones y hombres (1939), Nuestra ciudad (1940), El poni rojo (1948) y La heredera (1949).
La preocupación de Copland por establecer una tradición musical en la vida americana aumentó cuando se convirtió en profesor de The New School for Social Research en la Universidad de Harvard, y como jefe del departamento de composición del Berkshire Music Center en Tanglewood, Massachusetts, una escuela fundada por Koussevitzky. Sus Norton Lectures at Harvard (1951-52) se publicaron como Music and Imagination (1952). Otros libros anteriores son What to Listen for in Music (1939) y Our New Music (1941).
A partir del Cuarteto para piano y cuerdas (1950), Copland hizo uso de los métodos desarrollados por el compositor austriaco-estadounidense Arnold Schoenberg, que desarrolló un sistema tonal no basado en ninguna clave. Esto confundió a muchos oyentes. Las obras más importantes de Copland de estos años son la Fantasía para piano (1957), el Noneto para cuerdas (1960), Connotations (1962) e Inscape (1967). The Tender Land (1954) representa una extensión del estilo del ballet al escenario de la ópera.