Más allá de la innegable curiosidad por saber cómo una pareja de Braquiosaurios de varias toneladas podría haber realizado la giga de la vida, hay algo de ciencia importante que aprender de los hábitos reproductivos de los dinosaurios. Millones de años de evolución reproductiva de los dinosaurios dieron forma a las aves actuales, que son dinosaurios en el mismo sentido que los humanos somos primates y, por tanto, mamíferos.
Por mucho que nos gustaría saber, hay relativamente pocas pruebas fósiles sobre el sexo de los dinosaurios. En busca de pistas, nos fijamos en las aves, que descienden de los dinosaurios, y en los crocodilianos, sus parientes vivos más cercanos. Al igual que las aves y los crocodilianos, pensamos que los dinosaurios machos probablemente adoptaban comportamientos visuales y vocales para atraer a sus parejas.
Muchos dinosaurios tenían estructuras esqueléticas inusuales como placas, volantes, crestas y cuernos que bien podrían haber sido utilizados en tales comportamientos de exhibición. Algunos de los ejemplos más espectaculares pueden verse en la diversidad de dinosaurios con cuernos (Ceratopsia) del Cretácico Superior de Norteamérica. El Triceratops es el más famoso de este grupo de dinosaurios, con enormes cráneos adornados por un surtido de púas y un enorme escudo que se extiende sobre el cuello. Muchos dinosaurios carnívoros tenían extrañas crestas y cuernos sobre los ojos, mientras que otros llevaban plumas. Los patrones de color que se conservan en los fósiles indican que las plumas pueden haber sido usadas en demostraciones visuales como en sus descendientes vivos, las aves.
El aspecto de estas exhibiciones es en gran medida especulativo, aunque un conjunto de rastros fósiles ha sido interpretado por algunos paleontólogos como «arenas» donde los dinosaurios carnívoros machos raspaban el suelo en exhibiciones como las que se ven en algunas aves vivas.
Tenemos aún menos conocimientos sobre cómo se produjo el apareamiento en sí. Podemos deducir que los dinosaurios machos tendrían un pene como los crocodílidos machos y algunas aves como los avestruces y los patos, pero cómo un Stegosaurus macho podría haber montado a su pareja con todas las placas y pinchos en el camino es todavía un misterio alucinante.