El belga de tiro mide entre 16,2 y 17 manos (66 y 68 pulgadas, 168 y 173 cm). Por término medio, el belga llega a pesar algo más de 900 kilogramos (2.000 libras). La mayoría de los belgas americanos son de color castaño claro, con crines y cola de color lino. La cabeza es relativamente pequeña y bien formada. Los belgas americanos en Norteamérica no son tan grandes como los brabantes europeos pero tienen una constitución similar.
Los Borradores Belgas tienen perfiles rectos o ligeramente cóncavos; cuellos cortos y musculosos; lomos poderosos; espaldas cortas y anchas; gaskins muy musculados; cascos de tamaño medio con patas delgadas y fuertes con cierta cantidad de plumas.
Los belgas tienen una alta incidencia de epidermólisis bullosa juntural (JEB), un trastorno genético hereditario que hace que los potros recién nacidos pierdan grandes áreas de piel y presenten otras anomalías, lo que normalmente provoca la eutanasia. Un estudio realizado en 2001-2003 reveló que el 17,1% de los belgas analizados en EE.UU. y Canadá eran portadores, incluidos el 13,5% de los sementales y el 28,9% de las yeguas. Si los portadores no se aparean, la JEB puede evitarse, y los científicos están estudiando más a fondo la enfermedad con la esperanza de eliminarla por completo. El registro de la raza belga en EE.UU. exige la realización de pruebas de JEB. También se ha detectado que los belgas corren el riesgo de padecer linfedema crónico progresivo, una enfermedad que incluye síntomas de hinchazón progresiva, hiperqueratosis y fibrosis de las extremidades distales. La enfermedad es similar al linfedema crónico en humanos.