Las calcificaciones mamarias no son dolorosas ni lo suficientemente grandes como para ser percibidas durante un examen mamario, ya sea realizado por usted misma o por su médico. Suelen detectarse por primera vez en una mamografía de rutina.
A menudo, cuando se observan calcificaciones, se realiza otra mamografía que amplía el área de calcificación y proporciona una imagen más detallada. Esto proporciona al radiólogo más información para determinar si las calcificaciones son benignas o no.
Si dispone de resultados de mamografías anteriores, el radiólogo los comparará con el más reciente para ver si las calcificaciones han estado ahí durante un tiempo o si son nuevas. Si son antiguas, comprobará si se han producido cambios a lo largo del tiempo que puedan hacer más probable que se trate de un cáncer.
Una vez obtenida toda la información, el radiólogo utilizará el tamaño, la forma y el patrón para determinar si las calcificaciones son benignas, probablemente benignas o sospechosas.
Calcificaciones benignas
La mayoría de las macrocalcificaciones y la mayoría de las microcalcificaciones se determinan como benignas. No se necesitan más pruebas ni tratamiento para las calcificaciones benignas. Su médico las revisará en su mamografía anual para observar si hay cambios que puedan sugerir un cáncer.
Probablemente benignas
Estas calcificaciones son benignas en más del 98 por ciento de los casos. Su médico las vigilará en busca de cambios que puedan sugerir cáncer. Normalmente se repetirá la mamografía cada seis meses durante un mínimo de dos años. A menos que las calcificaciones cambien y su médico sospeche de la existencia de un cáncer, volverá a hacerse mamografías anuales.
Sospechosas
Las calcificaciones de alto riesgo son microcalcificaciones que se encuentran en un patrón sospechoso de cáncer, como un grupo apretado y de forma irregular o una línea. El médico suele recomendar una evaluación más exhaustiva con una biopsia. Durante una biopsia, se extrae un pequeño trozo de tejido con calcificaciones y se observa al microscopio. Esta es la única forma de confirmar el diagnóstico de cáncer de mama.