¿Causa la talidomida defectos de nacimiento de segunda generación?

La asociación propuesta entre la talidomida y los defectos de nacimiento de segunda generación es una hipótesis improbable que carece, hasta el momento, de cualquier fundamento científico creíble. Sin embargo, los medios de comunicación han decidido darle una amplia cobertura. Tanto es así que incluso el científico más duro de mollera puede empezar a preguntarse si hay algo en ello. Sin embargo, no hay ninguna razón para suponer que las personas con defectos de nacimiento causados por la exposición a la talidomida durante la vida embrionaria tengan más o menos posibilidades de tener hijos con defectos de nacimiento. Este parece ser el caso en la práctica. La pregunta podría reformularse de la siguiente manera: «¿Puede la talidomida ser responsable de defectos de nacimiento idénticos o similares en dos generaciones de la misma familia? Para que este fenómeno sea posible, hay que proponer un mecanismo y parece que sólo hay dos candidatos posibles. El primero es que los defectos del padre, originados durante la vida embrionaria, se hayan transmitido de algún modo a la siguiente generación. El segundo es que la talidomida sea un mutágeno además de un teratógeno. El primer mecanismo puede excluirse, ya que el lamarckismo hace tiempo que fue abandonado por los científicos. La hipótesis de que la talidomida es un mutágeno y podría ser responsable de los defectos de nacimiento en los hijos de las personas afectadas por la talidomida carece de todo fundamento científico. Los defectos de nacimiento no parecen ser más comunes entre los hijos de padres afectados por la talidomida que en la población general. Es importante que los adultos afectados por la talidomida estén firmemente tranquilos sobre este punto. La mayoría de ellos ya han completado sus propias familias, pero pueden seguir preocupados por sus nietos. Por lo tanto, a menos que y hasta que se comuniquen más pruebas de apoyo por parte de una fuente separada e independiente, la respuesta a la pregunta «¿Puede la talidomida causar defectos de segunda generación?» es un «No» muy definitivo.

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