Una Oración para la Mamá que está Cansada:
Esta oración fue escrita por Christina Fox y fue presentada por primera vez aquí.
Querido Padre Celestial,
Vengo ante ti cansada y abatida por este largo día. ¡Ser madre puede ser tan duro! A menudo me siento impotente e inadecuada. Nunca sé qué esperar. A menudo no sé qué hacer. Los cambios constantes me hacen tambalear. Los giros de cada día son un recordatorio evidente de lo necesitada y dependiente que soy.
El libro de los Hebreos me dice que puedo acudir a ti con confianza y encontrar la gracia y la misericordia que necesito. Así que vengo a ti ahora para poner todas estas cargas a tus pies. Me siento tan abrumado por los detalles de la vida. Parece que nunca puedo salir adelante. Justo cuando limpio un desorden, otro aparece en otro lugar. Justo cuando creo que sé lo que estoy haciendo como madre, mi hijo entra en una nueva edad y etapa. Justo cuando creo que tengo una rutina estable, alguien se enferma o se lastima. Algunos días me pregunto si realmente estoy hecha para la maternidad.
Sé que hoy no te he glorificado. No he amado como tú me amas. No pude extender la gracia que me has dado a mis hijos. Perdóname por esforzarme con mis propias fuerzas. Perdóname por mis temores sobre todas las incógnitas de la maternidad. Perdóname por poner mi esperanza en las cosas, en las circunstancias o en mis propias fuerzas en lugar de hacerlo en ti. Perdóname por mi impaciencia y por querer que la vida vaya a mi manera. Cada uno de estos pecados y fracasos me recuerda lo mucho que necesito un Salvador. Hoy me recuerda que necesito a Jesús más que ayer y que mañana lo necesitaré aún más.
Estoy tan agradecido de que haya tanto de ti para dar. Nunca te cansas ni te fatigas. Incluso mientras duermo, sigues trabajando, gobernando y reinando sobre tu Reino. Nada ocurre fuera de tu conocimiento y voluntad. Nunca te sorprenden ni te cogen desprevenido. Nunca se te exige más de lo que puedes soportar. Nunca estás desprevenido. Y el pozo de tu gracia nunca se seca.
Por lo que Jesús hizo por mí en la cruz, te pido que crees en mí un corazón limpio. Renueva un espíritu renovado dentro de mí. Dame fuerza cada día. Abre mis ojos para que pueda ver tu mano en mi vida desordenada, impredecible y a menudo loca. Sé mi constante en mis emociones fluctuantes. Mantén el Evangelio siempre ante mí y hazlo realidad en mi vida diaria como madre.
Ruego que mañana estés conmigo en todos los altibajos de mi día. Ayúdame a encontrar mi alegría en ti y no en mis circunstancias. Ayúdame a no temer los giros que puedan surgir. Ayúdame a amar a mis hijos y a servirles bien. Ayúdame a disfrutar de cada momento con ellos y a no gastar mi tiempo preocupándome por el siguiente momento que vendrá. Que recuerde que, aunque parezca lo contrario, tú siempre estás conmigo y nunca me dejarás ni me abandonarás. Que esta noche pueda dormir en paz sabiendo que, aunque pierda el control, tú nunca me dejas ir. Y que pueda abrir mis ojos por la mañana para encontrar misericordia, fresca y nueva, lista para ser tomada.
En el nombre de Jesús ruego, Amén.