Ashley Griffin, Universidad de Kentucky
Los caballos dedican más tiempo a comer que a cualquier otra actividad conductual. El comportamiento tiene efectos directos sobre los patrones de consumo y la selección de alimentos. Probablemente ningún otro factor sea tan importante para el bienestar y la productividad del caballo como el alimento y el forraje que consume. Los caballos, al igual que los humanos, necesitan comida y agua para sobrevivir.
Comportamiento ingestivo
El tiempo que un caballo pasa consumiendo alimento está controlado por una serie de factores. El tiempo de pastoreo depende principalmente de:
- el tipo y la disponibilidad de forraje
- el comportamiento de consumo
- el nivel de demanda de nutrientes.
En épocas de alimentación limitada o durante los períodos de sequía en los que el alimento está restringido, los caballos comerán cuando el alimento esté presente o se pueda encontrar. Cuando el alimento está disponible en abundancia, los caballos desarrollarán patrones de comportamiento de consumo.
Los patrones de alimentación se desarrollan en respuesta a los ciclos de luz/oscuridad y otros ciclos ambientales. Estos patrones están aparentemente influenciados por el comportamiento aprendido a medida que el caballo crece y se desarrolla. La mayoría de las investigaciones indican que el pastoreo más intenso se produce en las horas cercanas al amanecer y al final de la tarde, cerca de la puesta de sol. El pastoreo nocturno se produce a veces y se observa más en los meses de verano. La temperatura también puede alterar los tiempos de pastoreo. Durante las calurosas tardes de verano, los caballos dejan de pastar. En los días extremadamente calurosos, los caballos dejan de pastar a primera hora de la mañana. El clima frío por sí solo aparentemente tiene poco efecto en los patrones diarios de pastoreo; sin embargo, la lluvia intensa, el viento fuerte y/o la cubierta de nieve pueden alterar significativamente los patrones de pastoreo.
Los investigadores estiman que la cantidad de tiempo que un caballo pasa pastando es de entre cinco y 10 horas por día. En general, los caballos pasan menos tiempo pastando en pastos de buena calidad, pero esto no siempre es cierto. Por ejemplo, aunque los caballos pueden pastar durante más tiempo en pastos de baja calidad para satisfacer sus necesidades nutricionales, los caballos que pastan en pastos de alta calidad pueden consumir forraje durante mucho más tiempo del necesario para satisfacer sus necesidades nutricionales. El sobrepastoreo puede llevar a los caballos a estar sobrecondicionados (gordos) en los pastos porque están consumiendo más de lo que necesitan para satisfacer sus requerimientos de nutrientes. Los caballos no tienen la capacidad de controlar su alimentación, por lo que dejarán de comer cuando hayan satisfecho sus necesidades de nutrientes. Seguirán comiendo, lo que puede provocar problemas digestivos y de cojera.
Selectividad
Los caballos tienen unos labios muy móviles y una boca grande. Suelen comer la parte de la planta del pasto que han seleccionado mordiéndola entre sus incisivos superiores e inferiores, a diferencia del ganado, que utiliza la lengua para consumir la planta del pasto. Los caballos pastan cerca del suelo y también pueden ramonear recogiendo la materia foliar de arbustos, árboles u otras plantas. Estas combinaciones anatómicas y de comportamiento hacen que los caballos sean selectivos con lo que consumen. El caballo suele seleccionar la parte más sabrosa del heno y dejar los tallos y las porciones indeseables. Si se dispone de un pasto adecuado, los caballos serán muy selectivos. Los caballos son conocidos como «pastores puntuales». Comerán partes del pasto hasta el suelo desnudo, mientras que un área justo al lado del punto desnudo puede ser exuberante y verde. Cuando la disponibilidad de forraje disminuye, también lo hace la selectividad.
Las investigaciones han demostrado que los caballos tienen preferencia por diferentes tipos de forraje y no necesariamente consumen forrajes excelentes. Muchos estudios han demostrado que cuando a los caballos se les presenta la posibilidad de elegir entre hierba y alfalfa, suelen elegir primero la hierba. Sin embargo, cuando los forrajes de elección disminuyen, los caballos elegirán rápidamente los otros forrajes disponibles.
La vista, el tacto, el gusto y el olfato son utilizados por el caballo para seleccionar las especies de forraje que consumirá. El gusto es el sentido que más puede influir en la selección. Los estudios han indicado que el olor desempeña un papel relativamente menor. La vista se utiliza probablemente sobre todo para reconocer especies forrajeras llamativas y orientar la aproximación a esas especies, pero aparentemente no es importante para influir en la selectividad. Los caballos comerán más hojas que tallos y material verde y suculento que material seco y grueso. El hambre disminuirá la selectividad.