Sobre el comportamiento irrespetuoso de los adolescentes
A veces puedes sentir que las interacciones con tu hijo se parecen todas a esto:
- Tú – ‘¿Cómo va ese proyecto?’
- Tu hijo – ‘¿Por qué me estás controlando? No confías en mí? Siempre saco buenas notas, así que ¿por qué me preguntas por ello?’
- Tú – ‘Sólo preguntaba. Sólo quería saber si te va bien…’
- Tu hijo – ‘Claro que sí… murmullo, murmullo, murmullo.’
- Mantener la calma. Esto es importante si su hijo reacciona con «actitud» ante una discusión. Deténgase, respire profundamente y continúe tranquilamente con lo que quería decir.
- Utilice el humor. Una risa compartida puede romper un estancamiento, aportar una nueva perspectiva, aligerar el tono y quitarle hierro a la situación. Evite burlarse o ridiculizar a su hijo, o ser sarcástico.
- Ignore los encogimientos de hombros, los ojos levantados y las miradas aburridas si su hijo se comporta en general como usted desea.
- Compruebe su comprensión. A veces los adolescentes son irrespetuosos sin querer serlo. Puedes decir algo como: ‘Ese comentario ha resultado bastante ofensivo. ¿Tenías la intención de comportarte de forma grosera?»
- Elogie de forma descriptiva cuando su hijo se comunique de forma positiva.
- Sea un modelo a seguir. Cuando esté con su hijo, intente hablar y actuar como quiere que su hijo hable y actúe con usted. Por ejemplo, si usted dice muchas palabrotas, a su hijo le puede resultar difícil entender por qué no está bien que ellos digan palabrotas.
- Si hay mucha tensión entre usted y su hijo, otro adulto de confianza podría apoyar a su hijo. Esto puede aliviar la tensión.
- Compruebe con su hijo para asegurarse de que no hay nada que le haga sentirse especialmente estresado o preocupado.
- Conozca a los amigos de su hijo.
- Establezca reglas familiares claras sobre el comportamiento y la comunicación. Por ejemplo, puedes decir: ‘En nuestra familia hablamos con respeto. Esto significa que no insultamos a la gente’. Es una buena idea involucrar a su hijo en las discusiones sobre las reglas.
- Centrarse en el comportamiento de su hijo y en cómo se siente usted al respecto. Evite cualquier comentario sobre la personalidad o el carácter de su hijo. En lugar de decir: «Eres un maleducado», pruebe con algo como: «Me siento herido cuando me hablas así».
- Establezca y utilice las consecuencias, pero intente no establecer demasiadas. A veces, puede ser apropiado utilizar consecuencias para cosas como la grosería, las palabrotas o los insultos.
- hay cambios en la actitud o el estado de ánimo de su hijo
- su hijo se aleja de la familia, los amigos o las actividades habituales
- su hijo se escapa de casa o deja de ir al colegio con regularidad.
- Considere la posibilidad de buscar apoyo profesional: entre las buenas personas con las que puede hablar se encuentran los consejeros escolares, los profesores y su médico de cabecera.
- Discuta el problema en familia e intente encontrar formas de apoyarse mutuamente.
- Hable con otros padres y averigüe lo que hacen.
Como padre, puede que te sientas dolido, preocupado e inseguro de lo que ha pasado cuando tienes conversaciones de este tipo. Tu hijo solía valorar tu interés o tu aportación, pero ahora parece que hasta las conversaciones más sencillas se convierten en discusiones.
Hay razones para el comportamiento de tu hijo. Y también hay buenas noticias: esta fase suele pasar.
La falta de respeto: ¿de dónde viene?
No todos los adolescentes son groseros o irrespetuosos, pero la falta de respeto es una parte común del crecimiento y desarrollo de los adolescentes.
Esto se debe en parte a que su hijo está expresando y probando ideas independientes, por lo que habrá momentos en los que no esté de acuerdo. El desarrollo de la independencia es una parte clave del crecimiento. Es una buena señal que su hijo esté intentando asumir más responsabilidades. Pero su hijo también está aprendiendo a manejar adecuadamente los desacuerdos y las opiniones diferentes.
Además, su hijo está tratando de equilibrar su necesidad de privacidad con su necesidad de mantenerse conectado y demostrar que le importa. Así que a veces puede recibir una respuesta grosera o irrespetuosa porque su hijo siente que usted se está interesando demasiado en lo que está haciendo o invadiendo su espacio.
El estado de ánimo de su hijo también puede cambiar rápidamente. Debido a la forma en que se desarrollan los cerebros de los adolescentes, su hijo no siempre puede manejar los cambios de sentimientos y reacciones ante cosas cotidianas o inesperadas. Y esto puede llevar a veces a un exceso de sensibilidad, que puede llevar a su vez a ser malhumorado o grosero. El desarrollo del cerebro de los adolescentes también puede afectar a la capacidad de su hijo para empatizar y comprender las perspectivas de otras personas, incluida la suya.
A veces, el comportamiento irrespetuoso puede ser una señal de que su hijo se siente especialmente estresado o preocupado.
Los adolescentes también están empezando a pensar más profundamente en las cosas, por lo que pueden tener pensamientos y sentimientos que nunca antes habían tenido. Algunos jóvenes parecen tener una visión conflictiva y radical sobre todo, y pueden cuestionar las creencias que tenían anteriormente. Este cambio hacia un pensamiento más profundo también es una parte normal del desarrollo.
Y a veces los adolescentes son irrespetuosos porque creen que puede ser una forma de impresionar a los demás, o porque han visto a sus amigos comportarse así.
No importa lo malhumorado o enfadado que se ponga su hijo, éste sigue valorando el tiempo que pasa hablando y conectando con usted. Es posible que tenga que ser un poco más comprensivo si su hijo está malhumorado o es cambiante. Puede ser útil recordar que esta fase suele pasar.
Manejar el comportamiento irrespetuoso de los adolescentes
Consejos para la comunicación
Consejos para las relaciones
Consejos para la disciplina
Cosas que hay que evitar con las faltas de respeto de los adolescentes
Discutir rara vez funciona para los padres o los adolescentes. Cuando nos enfadamos, podemos decir cosas que no queremos. Un enfoque más eficaz es darse a sí mismo y a su hijo algo de tiempo para calmarse.
Si está enfadado o en medio de una discusión, será difícil discutir con calma lo que espera de su hijo. Un enfoque más eficaz es decirle a su hijo que quiere hablar, y acordar una hora.
Estar a la defensiva es muy poco útil. Intente no tomarse las cosas como algo personal. Puede ser útil recordarse a sí mismo que su hijo está tratando de afirmar su independencia.
Aunque usted tenga más experiencia en la vida, sermonear a su hijo sobre cómo comportarse es probable que lo haga desistir de escuchar. Si quiere que su hijo le escuche, es posible que tenga que dedicar tiempo a escuchar activamente a su hijo.
Regañar no es probable que tenga mucho efecto. Puede que aumente su frustración, y su hijo probablemente se desconectará.
El sarcasmo casi seguro que creará resentimiento y aumentará la distancia entre usted y su hijo.
Cuándo preocuparse por la falta de respeto de los adolescentes
Si la actitud de su hijo hacia usted y su familia no responde a ninguna de las estrategias sugeridas anteriormente, podría ser una señal de advertencia de que hay un problema más profundo.
También podría preocuparse si:
Si le preocupa el comportamiento de su hijo, estas son algunas de las cosas que puede hacer: