Coriorretinopatía serosa central

¿Qué es la coriorretinopatía serosa central?

La coriorretinopatía serosa central (CSR) es una enfermedad relativamente común que afecta a la mácula (la parte de la retina responsable de la visión central). En esta enfermedad, por razones que no se comprenden del todo, se acumula un líquido transparente bajo la mácula que forma una ampolla. Esta ampolla separa la retina de sus capas de soporte y provoca cambios en la visión.

¿Cuáles son los síntomas de la RSE?

Los primeros síntomas de la RSE incluyen una mancha tenue y borrosa en la visión central. Los objetos, especialmente las líneas rectas, pueden aparecer distorsionados. A veces los objetos pueden parecer más pequeños o más lejanos con el ojo afectado. En condiciones de poca luz, una mancha gris o marrón en la visión central puede ser más evidente que en condiciones de mucha luz. La pérdida de visión y los cambios pueden variar ampliamente, sin embargo, la mayoría de las personas con esta condición todavía son capaces de funcionar razonablemente bien.

¿Qué causa la RSE y quién está en riesgo?

Los individuos entre las edades de 20 y 55 años son típicamente afectados por esta condición. Los hombres tienen 10 veces más probabilidades de desarrollar esta enfermedad que las mujeres. La causa de la RSE es desconocida. La enfermedad se ha asociado con el estrés y algunos estudios han encontrado que la enfermedad es más común en personas con «personalidades tipo A». Se sabe que los esteroides de cualquier tipo (orales, aerosoles nasales, pomadas, etc.) hacen que la RSE se dispare en algunas personas y le aconsejamos que, si le han diagnosticado RSE, evite el uso de esteroides si es posible.

¿Cómo se diagnostica la RSE?

La RSE puede diagnosticarse fácilmente mediante un examen ocular con dilatación y confirmarse mediante el uso de pruebas especializadas. En las primeras fases activas de la enfermedad puede verse un pequeño desprendimiento de retina en el examen (figura 1). La tomografía de coherencia óptica (OCT) se utiliza para cuantificar la cantidad de líquido que hay bajo la retina en la RSC (figura 2). Esta técnica es útil no sólo para documentar la cantidad y la ubicación de las acumulaciones de líquido, sino también para seguir la resolución del líquido durante la curación o después del tratamiento. El líquido que se acumula bajo la retina suele filtrarse desde un pequeño punto bajo la retina. Se puede utilizar una angiografía con fluoresceína para diagnosticar la afección e identificar la ubicación del líquido que se filtra (figura 3). Un punto de fuga de líquido en un angiograma con fluoresceína es la característica distintiva del trastorno. En las enfermedades más crónicas, el especialista en retina suele detectar signos de episodios anteriores de RSC activa, que a veces pueden observarse en ambos ojos. Sin embargo, no todos estos episodios anteriores habrán causado síntomas.

¿Cómo se trata la RSE?

El tratamiento no suele ser necesario porque la mayoría de los casos de RSE se resuelven sin tratamiento después de varias semanas o meses. Hay ciertos pacientes en los que se recomienda el tratamiento. Entre ellos se encuentran los pacientes en los que el líquido no se resuelve en el plazo habitual, los pacientes que han perdido la visión en el otro ojo a causa de la RSE y los pacientes que necesitan una recuperación más rápida de su visión. El tratamiento estándar consiste en utilizar un láser para «sellar» la zona de fuga identificada por el angiograma con fluoresceína (figura 3). Hay dos tipos diferentes de láser que pueden utilizarse para tratar la RSE, un láser térmico o «caliente» y la terapia fotodinámica o láser «frío». El láser térmico se utiliza cuando el punto de fuga no está directamente en el centro de la visión. La terapia fotodinámica (TFD) suele ser preferible si el punto de fuga está directamente en el centro de la visión, o casi. La TFD consiste en inyectar un colorante fotosensibilizante por vía intravenosa y activar el colorante en el ojo con un láser «frío» de baja energía para «sellar» el punto de fuga.

¿Cuál es el impacto a largo plazo de la RSC en mi visión?

En la mayoría de los casos, el líquido bajo la mácula se reabsorbe con poco o ningún daño a largo plazo. Más del 90% de los pacientes recuperan una visión de 20/30 o mejor. Durante el proceso de reabsorción, la visión puede fluctuar mucho durante horas y/o días. En algunos casos, el líquido se resolverá pero dejará defectos visuales sutiles, como distorsión, disminución de la visión de los colores o alteración de la visión nocturna. La RSC puede convertirse en un problema recurrente y la acumulación repetida de líquido bajo la retina puede provocar una pérdida de visión más importante. Es importante realizar un seguimiento para la evaluación y el tratamiento si es necesario, especialmente si la visión no mejora espontáneamente.

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