Una prueba oral de alimentos (OFC) bien diseñada es la prueba diagnóstica más fiable para los lactantes cuya historia clínica y exploración física sugieren una alergia alimentaria específica (fuerza de recomendación : C, guías de consenso).
La inmunoglobulina E (IgE) específica del suero, las pruebas de parche de atopia (APT) y las pruebas de punción cutánea (SPT) son alternativas a la OFC, pero los cocientes de probabilidad no son robustos y las pruebas varían ampliamente en cuanto a sensibilidad y especificidad para diferentes alérgenos. Para el diagnóstico de las alergias al huevo y a la leche, los tamaños de los habones más grandes con la SPT son más predictivos de una OFC positiva (SOR: C, extrapolado de estudios de cohortes que evalúan poblaciones mixtas de bebés, niños y adolescentes).
Resumen de la evidencia
La Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI) afirma que una OFC a doble ciego y controlada con placebo es la mejor prueba para diagnosticar a los lactantes con sospecha clínica de tener alergias alimentarias (es decir, que desarrollan síntomas gastrointestinales después de comer un alimento específico). Sin embargo, la realización de una OFC en un bebé suele ser difícil y potencialmente peligrosa, especialmente si se sospecha de una alergia grave; las pruebas también pueden eliminar alimentos nutritivos, como la leche y los huevos, de la dieta del bebé.1 Por estos motivos, los médicos han buscado alternativas más sencillas a la OFC.
Las comparaciones de las pruebas séricas y cutáneas con las OFC producen resultados variables y débiles
Dos grandes estudios de cohortes compararon las OFC con las pruebas séricas y cutáneas en bebés, niños y adolescentes. En general, las pruebas séricas y cutáneas no produjeron resultados sólidos y los resultados variaron con el antígeno (TABLA).
TABLA
Cómo se comparan las pruebas de alergia en bebés y niños con una provocación alimentaria oral
Test* | Sensibilidad (%) | Especificidad (%) | LR+ | LR- |
---|---|---|---|---|
Leche | ||||
IgE2 | 83 | 53 | 1.8 | 0.32 |
SPT3 | 85 | 70 | 2,8 | 0,21 |
APT3 | 31 | 95 | 6.2 | 0,73 |
Huevo | ||||
IgE2 | 97 | 51 | 2,0 | 0.59 |
SPT3 | 93 | 54 | 2,0 | 0,13 |
41 | 87 | 3.2 | 0,68 | |
Trigo | ||||
IgE2 | 79 | 38 | 1,3 | 0.55 |
SPT3 | 75 | 64 | 2,1 | 0,39 |
27 | 89 | 2,5 | 0.82 | |
Soy | ||||
IgE2 | 69 | 50 | 1,4 | 0,31 | STP3 | 29 | 85 | 1.9 | 0,84 |
APT3 | 23 | 86 | 1,6 | 0.90 |
APT, prueba del parche de la atopia; IgE, inmunoglobulina E en suero; LR+, razón de probabilidad positiva; LR-, razón de probabilidad negativa; SPT, prueba de punción cutánea. *Las pruebas positivas se definieron de la siguiente manera: IgE=nivel de suero >0,35 kU/L (límite de detección del ensayo). SPT=volumen ≥3 mm. APT=eritema con cambio en la superficie de la piel. |
En 1 estudio, los investigadores compararon los niveles específicos de IgE en suero con los resultados de la OFC para 4 alimentos -leche, huevos, trigo y soja- en 501 pacientes pediátricos consecutivos remitidos a una sala de alergias por sospecha clínica o de los padres de alergia alimentaria. La edad de los niños oscilaba entre 1 mes y 16 años (mediana de 13 meses); los resultados de los bebés no se proporcionaron por separado. El 88% de los niños eran atópicos. Los investigadores midieron la IgE en suero (utilizando el inmunoensayo enzimático de fluorescencia Pharmacia CAP-system) antes de administrar los OFCs.