Cuál es la diferencia entre venenosa y venenosa?

Serpiente de los prados hembra (Vipera ursinii) También llamada víbora de los prados o víbora de Ursini. Reptil lengua venenosa's viper. Reptile venomous poisonous tongue

© taviphoto/Fotolia

Cuando se habla de serpientes peligrosas como las mambas negras y las cobras, al menos una persona en la conversación preguntará si la serpiente es venenosa. La frase «serpiente venenosa», reforzada por las referencias médicas y las menciones al azar en la televisión y otros medios de comunicación, se ha introducido en nuestra conciencia colectiva. Pero esta frase no es técnicamente correcta: en sentido estricto, la mayoría de las serpientes peligrosas son venenosas.

Según los biólogos, el término venenoso se aplica a los organismos que muerden (o pican) para inyectar sus toxinas, mientras que el término venenoso se aplica a los organismos que descargan las toxinas cuando te las comes. Esto significa que muy pocas serpientes son realmente venenosas. La gran mayoría de las toxinas de las serpientes se transfieren por mordedura. Una excepción es la serpiente de liga (Thamnophis), que es pequeña e inofensiva en cuanto a su mordedura pero es tóxica al comerla porque su cuerpo absorbe y almacena las toxinas de sus presas (tritones y salamandras).

Los animales venenosos incluyen a la mayoría de los anfibios (es decir, ranas, sapos, salamandras, etc.), que transportan cierta cantidad de toxinas en su piel y dentro de sus otros tejidos, como el veneno altamente tóxico secretado por varias ranas venenosas. Estas sustancias químicas son lo suficientemente fuertes como para ser mortales para los seres humanos, por lo que sería prudente mantener estas criaturas fuera de su menú.

Al igual que las serpientes, las arañas peligrosas también son generalmente venenosas. Algunos lagartos también son venenosos; la potencia del veneno de los lagartos varía desde el relativamente suave, como el del monstruo de Gila (Heloderma suspectum) y varias especies de iguana, hasta el brebaje de brujas de toxinas y bacterias inyectado en la presa del dragón de Komodo (Varanus komodoensis). Además, otros animales (como las abejas, las hormigas y las avispas) son venenosos aunque no tengan colmillos propiamente dichos. El ornitorrinco (Ornithorhynchus anatinus) es probablemente el mamífero venenoso más conocido. Los ornitorrincos machos tienen un espolón en forma de colmillo en la cara interna de cada tobillo que está conectado a una glándula venenosa situada sobre los muslos. Los espolones se pueden blandir para defenderse, y el veneno es lo suficientemente potente como para matar a pequeños animales y causar un intenso dolor en los humanos si el espolón penetra en la piel. Del mismo modo, los cnidarios (medusas, corales y anémonas de mar) tienen cápsulas denominadas nematocistos (que pueden ser diminutas, alargadas o esféricas) que contienen hilos enrollados, huecos y normalmente con púas, que pueden girar hacia fuera para ahuyentar a los enemigos o capturar a las presas. Estos hilos con púas suelen contener toxinas.

Cuando se trata de plantas, las cosas se ponen un poco confusas. Varias plantas, como la belladona (Atropa belladonna) y el ricino (Ricinus communis), son venenosas y, por tanto, no deben consumirse. Además, aunque las plantas no tienen dientes formales, espolones en los tobillos o nematocistos, algunas tienen estructuras similares que pueden transmitir toxinas a las víctimas desprevenidas que las rozan. Una de las plantas tóxicas más conocidas es la hiedra venenosa (Toxicodendron radicans); casi todas las partes de la planta contienen urushiol, una sustancia que puede producir una inflamación grave y dolorosa de la piel conocida como dermatitis de contacto. Sin embargo, sería bastante exagerado llamar venenosa a la hiedra venenosa (y de todos modos, tendríamos que empezar a llamarla «hiedra venenosa», ¿no?). En cambio, las ortigas, un grupo de unas 80 especies pertenecientes al género Urtica, sí podrían considerarse venenosas. Estas plantas tienen unas estructuras elevadas llamadas tricomas que son capaces de picar a los animales que las rozan. En la ortiga (Urtica dioica), los tricomas de las hojas y los tallos tienen puntas bulbosas que se rompen cuando pasa un animal, dejando al descubierto unos tubos con forma de aguja que perforan la piel. Inyectan una mezcla de acetilcolina, ácido fórmico, histamina y serotonina, lo que provoca en los seres humanos y otros animales una erupción que pica y que puede durar hasta 12 horas. Es cierto que estas estructuras con forma de diente (o de aguja) no son técnicamente colmillos, pero cumplen una función defensiva muy similar.

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