Las bujías tienen una tarea importante en su motor. Producen una chispa eléctrica que enciende la mezcla de combustible y aire en las cámaras de combustión de su motor, haciendo que los pistones se muevan hacia arriba y hacia abajo. Este movimiento de los pistones es lo que, en última instancia, hace que las ruedas de su coche se muevan, por lo que esta pequeña chispa es una parte crítica de todo el proceso; inicia la combustión en su motor de combustión interna.
Pero, al igual que muchas partes de su motor, las bujías no duran para siempre. Cada vez que se disparan, la chispa elimina parte del metal de las bujías, lo que aumenta la tensión necesaria para disparar la siguiente vez.
Advertencia
Además de la edad, muchas otras cosas pueden hacer que tus bujías se desgasten. Están sometidas a una serie de fuerzas dentro del motor, como el calor, la gasolina y el aceite que pueden reducir su eficacia. Los motores de alto rendimiento y los motores que giran a altas revoluciones también tienden a desgastarse más rápido.
Por todas estas razones, es importante reemplazar sus bujías de vez en cuando. Afortunadamente, las bujías de alta calidad deberían durar decenas de miles de kilómetros, por lo que sustituirlas no es algo que tenga que hacer a menudo. Incluso si no haces muchos kilómetros con tu vehículo, es algo que debería hacerse al menos cada pocos años.
¿Y cuánto suelen durar? Bueno, se dice que las bujías de cobre estándar duran entre 16.093 y 32.187 kilómetros, mientras que las bujías de iridio o platino más caras pueden durar 96.561 kilómetros o más. Algunas bujías de iridio de alta gama se anuncian para durar más de 120.000 millas (193.121 kilómetros), pero no hay ninguna garantía real de que sean capaces de lograr esto.
Si no está llevando un registro del kilometraje de sus bujías, hay varios síntomas a tener en cuenta que pueden indicarle que es el momento de reemplazarlas. Si el motor tiene problemas para arrancar, está áspero al ralentí, se cala o experimenta un descenso en el consumo de combustible, puede ser el momento de que un mecánico revise las bujías. A menudo es fácil saber, con sólo mirar las bujías, si están desgastadas o no.
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