Es imposible dar una respuesta a esta pregunta aparentemente sencilla porque hay muchos factores variables que determinan el tiempo de supervivencia de una persona. En las condiciones más extremas, la muerte puede llegar rápidamente. Por ejemplo, un niño que se deja en un coche caliente o un atleta que hace mucho ejercicio en un clima caluroso pueden deshidratarse, sobrecalentarse y morir en un periodo de pocas horas. En cambio, un adulto en un entorno confortable puede sobrevivir durante una semana o más sin ingesta de agua o con una ingesta muy limitada.
Para mantenerse sano, el ser humano debe mantener el equilibrio hídrico, lo que significa que las pérdidas de agua deben compensarse con la ingesta de agua. Obtenemos agua de la comida y la bebida y la perdemos en forma de sudor y orina (una pequeña cantidad también está presente en las heces). Otra vía importante de pérdida de agua suele pasar desapercibida: como exhalamos aire saturado de agua, perdemos agua cada vez que exhalamos. En un día frío vemos esta agua en el aire al condensarse.
La exposición a un ambiente caluroso y el ejercicio vigoroso aumentan la temperatura corporal. El único mecanismo fisiológico que tiene el ser humano para evitar el sobrecalentamiento es la sudoración. La evaporación del sudor enfría la sangre en los vasos de la piel, lo que ayuda a enfriar todo el cuerpo. En condiciones extremas, un adulto puede perder entre uno y 1,5 litros de sudor por hora. Si no se repone esa pérdida de agua, el volumen total de líquido corporal puede descender rápidamente y, lo que es más peligroso, el volumen de sangre. Si esto ocurre, surgen dos problemas potencialmente mortales: la sudoración se detiene y la temperatura corporal puede subir aún más, mientras que la presión sanguínea disminuye debido al bajo volumen de sangre. En estas condiciones, la muerte se produce rápidamente. Debido a que la relación entre la superficie de la piel y el volumen es relativamente mayor, los niños son especialmente susceptibles de sufrir un rápido sobrecalentamiento y deshidratación.
La combinación de deshidratación y sobrecalentamiento envía a miles de personas a las salas de urgencias de los hospitales cada año, pero la diarrea, los vómitos excesivos y los fallos renales de diversa índole también pueden causar deshidratación. Una persona puede mantenerse hidratada bebiendo muchos tipos de líquidos diferentes, además de agua, con una excepción. El consumo de bebidas alcohólicas provoca la deshidratación porque el etanol reduce el nivel de la hormona antidiurética arginina vasopresina (AVP). Como resultado, el volumen de orina aumenta de tal manera que se pierde más líquido en la orina que el que se gana al consumir la bebida.