Los investigadores han relacionado el consumo de alimentos de soja con un menor riesgo de varias enfermedades relacionadas con la edad y el estilo de vida, y con mejoras en la salud en general.
1) Enfermedades cerebrales relacionadas con la edad
Los estudios han sugerido que el consumo de isoflavonas de soja puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo.
Investigaciones anteriores han descubierto que el tratamiento con isoflavonas de soja podría ayudar a mejorar aspectos del pensamiento y la cognición, como la memoria no verbal y la fluidez verbal.
Un estudio de 2015, en el que participaron 65 personas con enfermedad de Alzheimer, no confirmó estos resultados.
Sin embargo, un metaanálisis, también de 2015, concluyó que las isoflavonas de soja podrían ayudar a mejorar la función cognitiva después de la menopausia. Los autores sugirieron que debería realizarse un trabajo de seguimiento de las participantes en los ensayos para observar las tasas de Alzheimer más adelante.
2) Enfermedades cardiovasculares
Algunos científicos han encontrado pruebas de que la proteína de soja tiene propiedades que pueden reducir las lipoproteínas de baja densidad (LDL), o los niveles de colesterol «malo», en la sangre de una persona.
Los autores de un estudio de 2017 sugieren que la soja también puede beneficiar a la salud cardiovascular a través de su contenido en fibra, su contenido en antioxidantes y otros mecanismos.
Las personas también pueden encontrar que el consumo de productos de soja como alternativa a los productos lácteos llenos de grasa ayuda a mejorar sus niveles de colesterol.
La mayoría de las grasas de origen vegetal son insaturadas, mientras que las grasas animales tienden a ser saturadas. El consumo de grasas saturadas puede contribuir a la aparición de enfermedades del corazón y otros problemas cardiovasculares.
3) Cáncer de mama y de próstata
Hay controversia sobre el efecto que la soja puede tener en el riesgo de cáncer de mama. Algunas de las isoflavonas de la soja, conocidas como fitoestrógenos, parecen actuar de forma similar al estrógeno. Los niveles elevados de estrógeno pueden aumentar el riesgo de determinados cánceres de mama.
Los estudios realizados en mujeres de Asia, en cambio, han sugerido que la soja puede reducir el riesgo. Una de las razones puede ser que la genisteína, la principal isoflavona de la soja, contiene propiedades antioxidantes que podrían inhibir, en lugar de favorecer, el crecimiento de las células cancerosas.
Según la Sociedad Americana del Cáncer (ACS), las pruebas hasta ahora no sugieren que los productos de soja aumenten el riesgo de cáncer de mama u otros tipos de cáncer. La ACS concluye que los beneficios de consumir soja probablemente superan cualquier riesgo.
También, una revisión y meta-análisis de 2018 encontró que consumir productos de soja puede reducir significativamente el riesgo de cáncer de próstata en los hombres.
4) Depresión
El edamame contiene folato, que el cuerpo necesita para producir ADN y para la correcta división celular.
Estudios anteriores sugieren que tener una ingesta adecuada de folato puede ayudar a prevenir la depresión.
Puede hacer esto al impedir que se forme una cantidad excesiva de una sustancia llamada homocisteína en el cuerpo.
Los niveles elevados de homocisteína pueden impedir que la sangre y otros nutrientes lleguen al cerebro, y pueden interferir con la producción de la hormona del «bienestar», la serotonina. Esta hormona ayuda al estado de ánimo, al sueño y al apetito.
5) Diabetes
Las personas con diabetes tipo 2 pueden beneficiarse del consumo de productos de soja sin azúcar, como el edamame, según un estudio de 2012.
Estos científicos analizaron los datos de 43.176 personas durante 5,7 años. Encontraron tasas más bajas de diabetes tipo 2 entre los que consumían productos de soja sin endulzar, mientras que los que comían las versiones endulzadas tenían un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
Sin embargo, el estudio tenía varias limitaciones, por lo que se necesita más investigación para establecer si el consumo de productos de soja puede ayudar a reducir el riesgo de diabetes tipo 2.
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6) Fertilidad
Algunas personas han sugerido que consumir más hierro y proteínas procedentes de fuentes vegetales como el edamame, las espinacas, las judías, la calabaza, los tomates y la remolacha puede favorecer la fertilidad o reducir el riesgo de trastornos ovulatorios.
El edamame es una buena fuente de hierro, folato y proteínas de origen vegetal.
Una minirevisión de 2018 señala un aparente vínculo entre la fertilidad y un alto consumo de ácido fólico, grasas poliinsaturadas y alimentos de origen vegetal. Los autores hacen un llamamiento a una mayor concienciación sobre el impacto de una dieta saludable en los problemas de fertilidad.
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7) Niveles de energía
La falta de hierro en la dieta puede afectar a la forma en que el cuerpo utiliza la energía y puede conducir a la anemia por deficiencia de hierro.
El edamame es una excelente fuente de hierro no hemo, junto con las lentejas, las espinacas y los frutos secos.
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8) Inflamación
El edamame contiene colina, un nutriente similar a las vitaminas del grupo B. Contribuye a la salud del sueño, el movimiento muscular, el aprendizaje y la memoria.
Un estudio de 2010 concluyó que la colina podría ayudar a reducir la inflamación que se produce cuando las personas tienen asma.
En 2017, un estudio con roedores sugirió que la colina podría ayudar a proteger contra la inflamación que conduce a la enfermedad cardiovascular.
Estos hallazgos no confirman que el consumo de colina del edamame tenga estos beneficios, pero podría ofrecer cierta protección.
Por el contrario, una deficiencia de colina puede aumentar el riesgo de enfermedades hepáticas, aterosclerosis y, posiblemente, trastornos neurológicos.
Una taza de judías de edamame sin cáscara proporcionaría el 16% de las necesidades diarias de colina de una persona.
9) Problemas relacionados con la menopausia
La acción similar a la de los estrógenos de las isoflavonas de la soja podría ayudar a aliviar el impacto de dos aspectos de la menopausia. Una revisión de 2016 concluye que las isoflavonas de la soja pueden ralentizar la pérdida ósea y mejorar la fortaleza de los huesos.
En otro estudio de 2017, las mujeres que recibieron tratamiento con isoflavonas de soja durante 12 semanas informaron de menos síntomas de la menopausia, incluyendo fatiga, sofocos, depresión e irritabilidad que las que no lo hicieron.
La mayoría de los estudios han analizado el impacto de las isoflavonas de forma aislada, en lugar de en los alimentos que contienen soja. No está claro si una ingesta dietética regular a partir de los alimentos tiene un impacto similar.
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