Sus riñones son los encargados de filtrar los desechos de su sangre. Pero, si sus riñones no funcionan tan bien como deberían, puede necesitar un procedimiento llamado diálisis, un proceso que elimina los desechos en lugar de sus riñones. Hablemos de la diálisis. Los riñones tienen varias funciones importantes. Además de filtrar la sangre, ayudan a mantener el equilibrio adecuado de agua, ácidos y minerales en su cuerpo. También funcionan como parte del sistema endocrino produciendo hormonas. Si ha padecido una enfermedad renal durante muchos años, o sus riñones han fallado repentinamente a causa de una enfermedad o una lesión, su médico puede recomendarle que se someta a diálisis, un tratamiento que sustituye parte de lo que hacen los riñones, eliminando los desechos y el exceso de líquido de su sangre. A veces se utiliza como tratamiento de contención mientras se espera un trasplante de riñón. Así es como funciona la diálisis. En primer lugar, su médico deberá crear un acceso para llegar a sus vasos sanguíneos. Si usted necesita la diálisis sólo por un corto período de tiempo, ese acceso se hará utilizando un tubo hueco, llamado catéter. Por lo general, el catéter se coloca en una vena grande del cuello, el pecho o la pierna cerca de la ingle. Si se somete a diálisis durante un periodo de tiempo más largo, necesitará un acceso más permanente. Para crear este acceso, su médico conectará una de sus arterias a una de sus venas. Luego, cada vez que se someta a diálisis, simplemente se colocará una aguja en esta zona de acceso. Durante cada sesión de diálisis, la sangre se extrae del cuerpo a través de la aguja. Se envía a través de un filtro especial, que elimina las sustancias nocivas de su sangre. A continuación, la sangre limpia se devuelve a su cuerpo. Suele acudir a un centro especial de diálisis unas tres veces por semana. Cada sesión dura de tres a cuatro horas. O bien, puede realizar la diálisis en casa tres veces por semana o incluso diariamente. Las sesiones en casa son más cortas, de unas 2 a 3 horas, y son más fáciles de tolerar para su cuerpo. Antes de realizar la diálisis en casa, una enfermera le enseñará a colocar la aguja, a limpiar la máquina y a controlar su presión arterial durante el tratamiento. Es importante que cuando se someta a diálisis realice todas las sesiones programadas. Además, llame a su médico de inmediato si tiene algún problema, como hinchazón, enrojecimiento, fiebre, disminución de la presión arterial o sangrado. Estos podrían ser signos de que ha desarrollado una infección u otra complicación a causa de la diálisis, y necesita atención médica.