El aire frío hace que se huela la nariz. Cuando respiramos, nuestra nariz calienta el aire y le añade humedad a medida que desciende hacia nuestros pulmones. El aire frío y seco irrita el revestimiento nasal y, como resultado, las glándulas nasales producen un exceso de mucosidad para mantener el revestimiento húmedo. Esto puede provocar esas gotas grandes y pesadas que gotean de las fosas nasales. Llevar una bufanda cuando hace frío puede ayudar, porque el aire se calienta antes de llegar a la nariz.
El goteo nasal es uno de los síntomas más típicos del resfriado común. Somos más propensos a coger un resfriado en invierno porque pasamos más tiempo dentro de casa, y los gérmenes son capaces de sobrevivir más tiempo en el aire seco. Cada día estamos expuestos a millones de gérmenes que permanecen en los pomos de las puertas, los teclados y los teléfonos.
Lavarse las manos con frecuencia, limpiar las superficies en casa y en el trabajo, estornudar o toser en el codo y quedarse en casa cuando se está enfermo son las claves para evitar coger -y contagiar- gérmenes.
Si el goteo nasal es molesto, pregunte a su médico sobre algunos remedios de venta libre.
– Dra. Deborah S. Clements, Grupo Médico Northwestern, Medicina Familiar