Artículo original
El almacenamiento de la orina, en refrigeración, preserva la muestra en los análisis químicos, cellularity and bacteriuria analysis of ACS
El almacenamiento de la orina, bajo refrigeración, preserva la muestra en los análisis químicos, de celularidad y de bacteriuria del EAS
Karen Cristina Barcellos RibeiroI; Bruno Rotondo Levenhagem SerabionII; Eduardo Lima NolascoIII; Chislene Pereira VanelliIV; Harleson Lopes de MesquitaV; José Otávio do Amaral CorrêaVI
Farmacéutico del Hospital Universitario Sur Fluminense
Graduado en Farmacia por la Universidad Federal de Juiz de Fora (UFJF)
IIEstudiante de doctorado en Ciencias Farmacéuticas en el Laboratorio de Inmunoendocrinología. Departamento de Análisis Clínicos y Toxicológicos Facultad de Ciencias Farmacéuticas- Universidade de São Paulo (USP)
IVNutricionista clínica en el Centro de Tratamento de Doenças Renais y en la Fundação Imepem; Estudiante de maestría en Salud Brasileña en la UFJF
VMSc en Análisis Clínicos por la Universidade Santo Amaro (UNISA); profesor adjunto en la Faculdade Suprema; estudiante de doctorado en Salud Brasileña por la UFJF
Doctorado en Patología por la Universidade Federal Fluminense (UFF); profesor adjunto y coordinador del Curso de Farmacia de la UFJF
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ABSTRACT
INTRODUCCIÓN: El análisis de los constituyentes y sedimentos anormales de la orina (ACS) comprende pruebas de gran valor diagnóstico y pronóstico en la práctica clínica. Cuando el análisis de ACS no puede realizarse en las dos horas siguientes a la recogida, la muestra debe conservarse para evitar interferencias preanalíticas. La refrigeración es la técnica más aplicada por su rentabilidad. Además, presenta menos inconvenientes en comparación con la conservación química. Sin embargo, en las muestras sometidas a refrigeración también pueden producirse cambios en el ACS.
Objetivo: Analizar la influencia de la refrigeración entre 2 y 8ºC en la conservación de muestras de orina en 24 horas.
MATERIAL Y MÉTODO: Se seleccionó un total de 80 muestras de orina de pacientes ingresados en el hospital universitario de la Universidade Federal de Juiz de Fora (UFJF), que fueron analizadas para determinar el SCA a temperatura ambiente y almacenadas bajo refrigeración durante 6, 12 y 24 horas.
RESULTADOS: Los resultados mostraron que la refrigeración resultó ser eficaz cuando se comparó con las muestras mantenidas a temperatura ambiente, en la medida en que se conservaron las características físicas, químicas, microbianas y de celularidad. Sin embargo, la cristaluria estaba presente después de un período de almacenamiento de 6 horas.
CONCLUSIÓN: Las pruebas revelaron que el enfriamiento preservó la celularidad y las características químicas de las muestras de orina hasta 12 horas. No obstante, la precipitación de cristales fue evidente en este método de almacenamiento. Por lo tanto, las posibles consecuencias de almacenar las muestras de orina para la prueba de AEC en estas condiciones deben incluirse en el informe del análisis.
Palabras clave: análisis de orina; almacenamiento de orina; cristaluria; piuria; hematuria Introducción.
INTRODUÇÃO: El elemento anormal de la orina y la sedimentoscopia (EAS) son pruebas de gran valor diagnóstico y pronóstico en la práctica clínica. Cuando el análisis EAS no pueda realizarse en las dos horas siguientes a la recogida de la muestra, ésta deberá conservarse para evitar interferencias preanalíticas. La refrigeración es la técnica más utilizada por su rentabilidad y porque presenta menos inconvenientes en comparación con los conservantes químicos. Sin embargo, también pueden producirse cambios en el EAS en la muestra bajo refrigeración.
Objetivo: Analizar la influencia de la refrigeración entre 2 y 8°C en el almacenamiento del EAS durante un periodo de hasta 24 horas.
MATERIAL Y MÉTODOS: Se seleccionaron ochenta muestras de orina de pacientes ingresados en el hospital de la Universidad Federal de Juiz de Fora (UFJF) que fueron analizadas para EAS a temperatura ambiente y almacenadas en refrigeración a las 6, 12 y 24 horas.
RESULTADOS: Los resultados mostraron que la refrigeración fue eficaz en comparación con las muestras mantenidas a temperatura ambiente, ya que se conservaron las características físicas, químicas, de celularidad y de microbiota de la orina. Sin embargo, la cristaluria estuvo presente a partir de las 6 horas de almacenamiento.
CONCLUSIÓN: Las pruebas demostraron que la refrigeración conservaba las características químicas y la celularidad de la orina hasta 12 horas. Sin embargo, la precipitación de cristales fue evidente en este método de almacenamiento. Por lo tanto, la sugerencia de informar en el informe de las posibles consecuencias de esta forma de almacenamiento de la orina para la EAS puede ser importante….
Uniterms: uroanálisis; almacenamiento de orina; cristaluria; piuria; hematuria.
INTRODUCCIÓN
El análisis de orina de rutina o urianálisis es una herramienta de laboratorio vital en la práctica clínica. Una de las pruebas de análisis de orina más importantes es el cribado de componentes y sedimentos anormales (ACS). La prueba de ACS comprende el análisis físico (características organolépticas, volumen y densidad), químico y microscópico del sedimento urinario(2, 5, 7). Se trata de una prueba barata y comúnmente disponible, que proporciona una cantidad considerable de información útil sobre el diagnóstico de trastornos metabólicos y del tracto genitourinario(1, 3).
Varias condiciones clínicas sistémicas que pueden afectar a la función renal y/o cambiar la composición de la orina, a saber, el estado de hidratación, la progresión y el diagnóstico de la diabetes, la hepatopatía, la anemia hemolítica o la intoxicación, pueden tener mayores posibilidades de ser diagnosticadas y/o controladas mediante el análisis de ACS(2, 4-6). Además, la evaluación del SCA es vital para detectar enfermedades del sistema renal y urogenital como la glomerulonefritis, el síndrome nefrótico, la cistitis, la pielonefritis, la insuficiencia renal, la litiasis e incluso el cáncer(2, 6).
En los laboratorios de patología clínica, todos los procedimientos de análisis, incluidos los de orina, se dividen en fases preanalítica, analítica y postanalítica(8, 17). La fase preanalítica es la etapa en la que se requieren procedimientos fundamentales para garantizar la calidad y el rendimiento del servicio. Implica la recogida, la manipulación, el procesamiento, la entrega de la muestra a los analizadores y el almacenamiento cuando no se procesa a su llegada al laboratorio. Además, es responsable de entre el 46% y el 70% de los errores de laboratorio, lo que puede dar lugar a resultados inexactos, dificultando así el diagnóstico clínico y la atención sanitaria del paciente(8, 9, 11, 18).
Por tanto, la recogida de orina (fase preanalítica) debe seguir unos procedimientos básicos para obtener una muestra que refleje los cambios fisicoquímicos, celulares y microbiológicos(2, 7). Lo ideal es que la muestra se recoja después de la limpieza del tracto genitourinario a través de una orina espontánea y preferiblemente de largo recorrido después de la concentración nocturna (primera micción de la mañana). El envío y el análisis de la muestra deben ocurrir dentro de las dos horas siguientes a la recolección, si se mantiene a temperatura ambiente(7, 12).
De acuerdo con la Asociación Brasileña de Normas Técnicas (ABNT)(2), cuando el análisis no puede ser realizado dentro de este período, se deben utilizar conservantes para conservar las características de la orina y evitar resultados inexactos del análisis. Los principales factores directa o indirectamente relacionados con el estado del paciente que son capaces de modificar los resultados del análisis de AES son los siguientes: medicamentos, vitaminas, ejercicios físicos, dieta y mal almacenamiento de la muestra(2, 5).
Muchas situaciones no permiten el análisis dentro de las dos horas siguientes a la micción, por lo que la conservación de la muestra de orina se convierte en un paso preanalítico comúnmente aplicado para evitar las interferencias anteriormente mencionadas. Existen varios conservantes que ofrecen ventajas y desventajas: ácido bórico, cloroformo, fenol, formalina, tolueno, timol y refrigeración a 2 a 8ºC, que es el método más aplicado(2, 7, 13) debido a su rentabilidad y menores inconvenientes en comparación con los conservantes químicos(2, 12, 13).
El uso de la refrigeración puede provocar cambios en el ACS que incluyen densidad, precipitación de cristales e incluso alteraciones celulares(2, 13, 15). Además, el periodo de duración de la eficacia de la refrigeración es controvertido, ya que algunos autores afirman que es de 12 horas(2), mientras que otros recomiendan hasta 24 horas(12).
OBJETIVOS
El presente estudio tuvo como objetivo comprobar la influencia de la refrigeración entre 2 y 8ºC en el almacenamiento de la orina durante 24 horas antes del análisis de ACS. Las muestras refrigeradas se compararon con las mantenidas a temperatura ambiente para la realización de análisis físicos, químicos y microscópicos de ACS.
MATERIAL Y MÉTODO
Las muestras de orina fueron obtenidas de pacientes adultos de 18 a 60 años de edad de ambos sexos, que estaban hospitalizados en la Universidade Federal de Juiz de Fora (UFJF) – hospital universitario y que tenían solicitudes de análisis de ACS.
80 muestras de orina que contenían 80 ml cada una, provenían de la recolección de orina de una sola vez de flujo medio limpio después de la concentración nocturna. Se almacenaron en recipientes normalizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se enviaron inmediatamente al sector de análisis de orina del Laboratorio de Análisis Clínicos del Hospital Universitario UFJF y se analizaron a su llegada.
Después de la realización del test de ACS, las muestras fueron divididas y almacenadas a diferentes temperaturas (refrigeración de 2 a 8ºC y a temperatura ambiente). Además, se evaluaron en diferentes periodos (6, 12 y 24 horas).
Todos los procedimientos de investigación fueron aprobados por el Comité de Investigación y Ética de la UFJF – Hospital Universitário – Centro de Atenção à Saude (número: 0085.0.420.000-10). El laboratorio cuenta con control de calidad externo de acuerdo con las normas de la Sociedad Brasileña de Patología Clínica.
Almacenamiento
Después de la realización de la prueba de ACS a la llegada inmediata, el volumen de orina restante (70 ml) se dividió en dos viales que se almacenaron durante 24 horas siguiendo procedimientos diferentes: uno se almacenó en el refrigerador y el otro se mantuvo a temperatura ambiente. La temperatura del refrigerador se ajustó entre 2 y 8ºC con control de tiempo mediante termómetro de máxima y mínima durante todo el experimento. Se volvió a realizar la prueba de ACS.
Una vez recogido el material, se aplicó la alícuota de 10 ml de orina para su análisis. El examen físico se llevó a cabo observando el color, la densidad, la apariencia y el olor. La densidad se evaluó con el uso de un refractómetro, que se sometió a calibración con agua destilada después de cada análisis.
El análisis químico se realizó con la ayuda de tiras reactivas (UriquestPlus®) para detectar la presencia de leucocitos, nitritos, proteínas, sangre, bilirrubina, urobilinógeno, cuerpo cetónico, glucosa, así como el control del pH. Después de la homogeneización, las zonas de reactivos se sumergieron en orina fresca y se retiraron inmediatamente para evitar la disolución del reactivo de la tira. Mientras se retiraba la tira de la orina, se drenaba el exceso para evitar la mezcla de productos químicos. Se observó el tiempo específico de reacción para cada parámetro analizado y, posteriormente, se comparó cuidadosamente con la etiqueta del producto.
Una vez realizado el análisis químico, se llevó a cabo la microscopía utilizando un microscopio óptico común, seguido de la centrifugación de 10 ml de orina a 1.500 rpm durante 5 minutos. Después, se eliminó el sobrenadante y se resuspendió el sedimento, que se transfirió a un portaobjetos. A continuación, se procedió al análisis microscópico a 100 × 400 y ×. Se evaluó el sedimento para verificar la presencia de elementos como cristales, moco, yeso renal, células, bacterias y levaduras, entre otros. Los procedimientos mencionados se adoptaron en todos los análisis de las muestras y se realizaron después de 6, 12 y 24 horas. Cabe destacar especialmente que las muestras refrigeradas alcanzaron la temperatura ambiente antes de ser manipuladas en cada uno de estos pasos.
Piuria y hematuria evaluadas en ACS
Se seleccionaron 20 muestras de orina que presentaban más de cinco piocitos y/o glóbulos rojos/campo microscópico para evaluar la piuria y la hematuria. Para ello, se centrifugaron 10 ml de orina a 1500 rpm durante 5 minutos. Sin agitar y sin resuspender el sedimento, se retiraron los 9 ml superiores y el 1 ml restante se homogeneizó y se colocó en la cámara Newbauer. Después, se contaron los piocitos y los glóbulos rojos como se describe en la literatura(17). El resultado se dio a conocer con el número de eritrocitos o piocitos/ml. Tanto la prueba de ACS como la cuantificación de piocitos y glóbulos rojos fueron realizadas por tres analistas entrenados, que adoptaron el mismo criterio.
Análisis estadístico
Los procedimientos estadísticos se emplearon utilizando el software Graph Pad Prism, versión 5.0, mediante análisis de la varianza (ANOVA), seguido de la prueba de Tukey, con un nivel de significación del 5%. Los datos se expresaron como media ± error estándar de la media (SEM).
Resultados
Primero se realizaron los análisis físicos (color, aspecto y densidad) de 80 muestras de orina. La figura 1 muestra que las muestras de orina que estaban a temperatura ambiente y las refrigeradas no mostraron prácticamente ninguna diferencia en cuanto al color. Sin embargo, después de 24 horas a temperatura ambiente, cuatro muestras cambiaron su tonalidad de amarillo a amarillo oscuro (3) y rojo (1).
En cuanto al aspecto (Figura 2), 38 de las 80 muestras de orina, que se habían mantenido a temperatura ambiente, eran claras en el momento de la recogida y 31 permanecieron con el mismo aspecto durante todo el periodo de análisis. Las 7 muestras restantes se enturbiaron en los análisis realizados después de 24 horas. Se observó un resultado completamente diferente en las muestras almacenadas en refrigeración. En este método de almacenamiento, se observó que tras un periodo de refrigeración de seis horas algunas muestras se enturbiaron o se enturbiaron ligeramente, a pesar de que la mayoría de ellas permanecieron claras. En los análisis realizados 12 y 24 horas después de la recogida, se produjo una inversión del perfil con el predominio de rasgos turbios y ligeramente turbios. Así, a la hora cero, 38 muestras eran límpidas y sólo 11 muestras presentaban esta característica al final del periodo de refrigeración de 24 horas.
En cuanto al análisis de densidad, se observó que todas las muestras, refrigeradas o no, arrojaron resultados entre 1,005 y 1,035. 9 de las 80 muestras conservadas a temperatura ambiente demostraron un aumento máximo de 0,010 unidades. En cuanto a las muestras que se mantuvieron refrigeradas, sólo 3 mostraron un aumento de densidad de 0,005.
En la evaluación química, se observó que 45 de las 80 muestras de orina seleccionadas no mostraron ningún cambio químico detectado por la tira reactiva cuando se analizaron a temperatura ambiente en el momento de la recogida. Incluso después de la refrigeración, estas 45 muestras no presentaron ningún cambio químico, corroborando los datos presentados durante este estudio. Por lo tanto, la refrigeración no ejerció ningún efecto sobre el análisis químico, lo que podría conducir a la positividad.
En las 35 muestras restantes, se detectaron uno o más elementos anormales en las tiras reactivas inmediatamente después de la recogida (Tabla 1). En estas muestras con alteraciones químicas, que habían sido conservadas en refrigeración y analizadas después de 6, 12 y 24 horas, no hubo cambios cualitativos o semicuantitativos en el cribado en contraste con el análisis a la llegada al laboratorio.
Respecto a las muestras conservadas a temperatura ambiente, la Tabla 2 muestra cambios en algunos parámetros químicos en contraste con los resultados obtenidos de las inmediatamente analizadas. En el análisis después de 24 horas, las tres muestras empezaron a mostrar una reacción positiva a los nitritos, dos fueron negativas para los leucocitos y una fue negativa para la glucosa.
En cuanto al pH de las 80 muestras conservadas en refrigeración y evaluadas por las tiras reactivas, hubo cambio de pH de 6,0 a 7,0 en una sola muestra. Por el contrario, en las muestras conservadas a temperatura ambiente (Tabla 3), hubo cambio en 9 de ellas, principalmente a las 24 horas de la recogida.
Después de los análisis físicos y químicos, el cribado ACS de los elementos formados en las muestras de orina refrigeradas no reveló diferencias en los resultados de células epiteliales, recuento de piocitos, eritrocitos y bacterias en relación con las muestras evaluadas en el momento de la recogida.
Sin embargo, durante el análisis cualitativo y semicuantitativo se observó un aumento de los cristales del sedimento urinario proporcional al periodo de refrigeración, especialmente de oxalato de calcio, urato y cristales de fosfato amorfo (Tabla 4). Inicialmente, sólo 7 de las 80 muestras presentaban cristales. Al final del periodo de enfriamiento de 24 horas, 36 muestras de orina presentaban cristales precipitados y varias con más de un tipo de cristal. Cuando se mantuvieron a temperatura ambiente durante 24 horas, el número de muestras con cristales en el momento de la recogida pasó de 7 a 10 con precipitación de cristales.
Respecto a la orina almacenada a temperatura ambiente, el análisis de la piuria por microscopía reveló que el número de células disminuyó durante el período de 12 horas. Inicialmente, 6 muestras presentaron de 5 a 10 piocitos/campo y sólo 3 permanecieron con el mismo recuento al final del período de 24 horas. 6 de las 8 muestras de orina que presentaron de 10 a 20 piocitos/campo permanecieron con el mismo recuento después de 12 horas y este total se redujo a 5 muestras al final del período de 24 horas.
En cuanto a la hematuria, 10 muestras mostraron valores superiores a 4 eritrocitos/campo, que se establece como el valor normal en el laboratorio clínico del Hospital Universitario. Esto fue corroborado por los resultados de las tiras de orina que mostraron 9 muestras positivas. Cuando las muestras se mantuvieron a temperatura ambiente y se analizaron después de 6 horas, se observó un descenso significativo de la hematuria, ya que sólo 2 de las 5 muestras que contenían entre 5 y 10 eritrocitos rojos/campo permanecieron con el mismo número. En otras muestras de orina con resultados que iban desde más de 10 eritrocitos/campo hasta numerosos eritrocitos/campo, también se observó un número considerablemente menor después de las primeras seis horas. Esta reducción no se observó en las muestras de orina conservadas en refrigeración ni siquiera después de 24 horas.
En las muestras conservadas a temperatura ambiente, 10 muestras mostraron una bacteriuria significativa después de 12 horas, acumulándose 14 muestras después de 24 horas, mientras que las 8 muestras de orina que inicialmente presentaban bacterias no sufrieron ningún cambio.
Los resultados del análisis cuantitativo de piocitos revelaron que no hubo cambios estadísticamente significativos (p > 0,05) en las muestras conservadas en refrigeración, incluso después de 24 horas en comparación con los recuentos obtenidos en las muestras de orina analizadas en el momento de la recogida. Cuando se mantuvieron a temperatura ambiente, las muestras de orina analizadas sólo tuvieron una reducción significativa (p < 0,05) en el recuento de piocitos 24 horas después de la recogida (Figura 3).
También realizamos un análisis cuantitativo de los hematíes (Figura 4) conservados en refrigeración y hubo una reducción sustancial (p < 0,01) sólo después de 24 horas. En las muestras que se almacenaron durante 24 horas sin refrigeración, los resultados fueron muy diferentes, en la medida en que después de seis horas se produjo una disminución del recuento de glóbulos rojos (p < 0.05) y esta reducción fue más significativa a partir de las 24 horas (p < 0,001).
DISCUSIÓN
El análisis de orina es una de las pruebas más solicitadas en medicina clínica. Por lo tanto, la recogida de material y el análisis deben ser adecuados para que se puedan obtener resultados precisos, ayudando así al diagnóstico, tratamiento y/o seguimiento del paciente(6, 10).
La fase preanalítica es de suma importancia en todas las pruebas de laboratorio, incluyendo los exámenes de orina. En el análisis de ACS se deben seguir unas pautas en cuanto a la limpieza de los genitales externos, la recogida adecuada del material y la remisión inmediata al laboratorio(2, 14, 17).
La muestra de orina remitida al laboratorio debe ser analizada como máximo dos horas después de la recogida. En caso de que la entrega y/o el análisis no se realicen inmediatamente, la muestra debe someterse a algún método de conservación, ya sea físico (refrigeración) o químico (cloroformo, timol, ácido bórico, entre otros) (2, 16). La refrigeración es el método de conservación más aplicado en los laboratorios clínicos y es capaz de evitar la descomposición bacteriana. Según Strasinger & Di Lorenzo(17), la refrigeración no interfiere con las pruebas químicas, preserva la celularidad y evita el crecimiento bacteriano. Este resultado se confirmó aquí, ya que tanto los pacientes con valores negativos para las pruebas químicas (n = 45) como los que tuvieron reacciones positivas detectadas (n = 35) no presentaron cambios en el examen químico después del almacenamiento bajo refrigeración. No obstante, la literatura describe que la refrigeración puede provocar un aumento de la densidad evaluada por el densitómetro de orina(16, 17). Este dato fue corroborado por el experimento, que también varió en relación con la densidad de las muestras enfriadas, en la medida en que seis de ellas indicaron aumento de este parámetro.
Por el contrario, las muestras conservadas a temperatura ambiente sufrieron cambios en los exámenes químicos, concretamente un aumento de la presencia de nitrito y una disminución de las muestras con leucocitos y glucosa (Tabla 2). El aumento del nitrito se correlaciona con el metabolismo bacteriano en el sedimento de orina, lo que se observa igualmente en el material mantenido a temperatura ambiente durante la sedimentoscopia. El estudio de Santos et al.(15) también subraya el crecimiento bacteriano en la orina cuando la muestra no se analiza inmediatamente o se realiza sin el uso de métodos de conservación.
Como señalan Silva et al.(16), algunas muestras mantenidas a temperatura ambiente durante un período prolongado y sin conservantes demostraron un aumento del pH (Tabla 3), de la turbidez (Figura 2) y de la desintegración de los hematíes y de los cilindros.
En cambio, el enfriamiento no mostró cambios significativos en el número de muestras de orina con bacterias, leucocitos y eritrocitos, demostrando ser un gran método para dichos análisis.
Además, el estudio mostró la precipitación de cristales en la mayoría de las muestras enfriadas, lo que puede dificultar el examen microscópico del sedimento, tal y como se describe en la bibliografía(16, 17).
En el presente experimento, el cristal de urato amorfo estuvo presente con frecuencia en las muestras tras el enfriamiento. Inicialmente, sólo dos muestras lo presentaban. Después de un período de refrigeración de seis horas, estaba presente en seis muestras. Al final del experimento, estaba presente en quince de ellas (Tabla 4). Sin embargo, según Machado et al.(11), la presencia de estos cristales no suele tener relevancia clínica, aunque puede interferir en la observación microscópica de los elementos formados cuando se encuentran en grandes cantidades.
En cuanto a la presencia de cristales de ácido úrico en la orina, hubo un aumento considerable en las muestras refrigeradas a partir de las 12 horas de almacenamiento (Tabla 4). Este cristal puede detectarse en pacientes con leucemia, síndrome de Lesch-Nyhan y en algunos pacientes con artritis gotosa(17).
Los cristales de oxalato y de fosfato cálcico fueron de los más detectados en este caso, tanto en las muestras a temperatura ambiente como en las más refrigeradas (Tabla 4). Estos cristales suelen estar presentes en la orina de pacientes con intoxicación química, uso de altas dosis de ácido ascórbico y también ingestión de alimentos ricos en ácido oxálico(6, 11, 14). Aunque se da poca importancia al papel de los cristales de oxalato y fosfato cálcico en el diagnóstico de los cálculos renales(17), este hecho puede llevar a una interpretación errónea en cuanto al riesgo de desarrollar litiasis renal, en la medida en que el oxalato cálcico puede suponer hasta el 80 % de los casos de nefrolitiasis en todo el mundo(6, 12).
Como se ha dicho anteriormente, las muestras enfriadas se devolvieron a temperatura ambiente para poder examinarlas, tal y como se recomienda en la literatura(16). Según Aguilar- Vallejo et al.(1), los cristales presentes en las muestras debido a la refrigeración tendían a redisolverse en la orina tras ser devueltas a temperatura ambiente. Los datos aquí recogidos no corroboran la literatura anterior. En este estudio, los cristales permanecieron presentes cuando las muestras fueron devueltas a la temperatura ambiente en todos los intervalos de tiempo.
Análisis de la piuria y la hematuria cuantitativas
Los datos cuantitativos relativos a la piuria y la hematuria también apoyan los hallazgos de Silva et al.(16). En el análisis cuantitativo de los eritrocitos, cuando las muestras no fueron enfriadas, hubo una disminución significativa después de seis horas del análisis inicial (p < 0,05 ) mientras que en los leucocitos mantenidos en las mismas condiciones, hubo una reducción significativa sólo 24 horas después de la recolección (p < 0.05) (Figura 3).
Al someter estas muestras a almacenamiento refrigerado, los eritrocitos se conservaron hasta 12 horas después de la recogida, mostrando una reducción significativa de la hematuria sólo 24 horas después del análisis inicial (p < 0,01 ). En cuanto a la piuria, la reducción no fue estadísticamente significativa en ninguno de los periodos analizados (Figura 3).
En esta investigación se demostró que las pruebas químicas, la celularidad (piocitos) y la bacteriuria de las muestras almacenadas en refrigeración no cambiaron (excepto los eritrocitos dentro del periodo de almacenamiento de 24 horas), confirmando la importancia de este método en la conservación de la orina. Sin embargo, la precipitación de cristales fue evidente como variación preanalítica entre 2 y 8ºC.
Considerando los resultados arrojados, si se requiere la refrigeración de las muestras de orina, es imperativo que se incluyan en el informe del análisis las condiciones en las que se almacenó la muestra y las posibles consecuencias del proceso de cribado de ACS.
AGRADECIMIENTOS
A la profesora Luanda Thais Mendonça Santos, máster en lingüística, que contribuyó a la revisión crítica del texto.
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