Funcionalismo (psicología)

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La psicología funcional o funcionalismo se refiere a una filosofía psicológica general que considera la vida mental y el comportamiento en términos de adaptación activa al entorno de la persona. Como tal, proporciona la base general para el desarrollo de teorías psicológicas no fácilmente comprobables mediante experimentos controlados y para la psicología aplicada.

Definición

Chomsky (1975) comentó que es una peculiaridad de la historia intelectual que las estructuras físicas, como las piernas, se consideran determinadas genéticamente, mientras que las estructuras mentales, como las responsables del habla, se consideran productos del entorno social. Comprender que esta distinción es incorrecta es un primer paso importante para entender el funcionalismo. Esto se debe a que, al igual que las piernas han sido seleccionadas por la evolución para su función, también lo han sido las facultades mentales. Turing (1950) señaló esta propiedad funcional teleológica de los cerebros y la analogó con el ordenador, que ha sido diseñado para funcionar. En concreto, mientras que los ordenadores son dispositivos físicos con sustrato electrónico que realizan cálculos sobre las entradas para dar salidas, los cerebros son dispositivos físicos con sustrato neural que realizan cálculos sobre las entradas que producen comportamientos. Aunque esta comparación puede ser ficticia más que fundamental, ayuda a mostrar que el funcionalismo es el nivel teórico entre la implementación física y el resultado conductual (March, 1982). Por lo tanto, se diferencia de sus predecesores del dualismo cartesiano, que defiende sustancias mentales y físicas discretas, y del conductismo y fisicalismo skinnerianos, que declaran sólo sustancias físicas, porque sólo se ocupa de las funciones efectivas del cerebro, a través de su organización o sus programas informáticos. Más formalmente, el funcionalismo dice que los estados mentales están constituidos por sus relaciones causales entre sí y con las entradas sensoriales y salidas conductuales (Block, 1996).

Historia

Ver también: Historia de la psicología#Picología americana temprana

El funcionalismo surgió en Estados Unidos a finales del siglo XIX como una alternativa al estructuralismo. Aunque el funcionalismo nunca se convirtió en una escuela formal, se basó en la preocupación del estructuralismo por la anatomía de la mente y condujo a una mayor preocupación por las funciones de la mente, y más tarde al conductismo.

El funcionalismo era una filosofía que se oponía al estructuralismo imperante en la psicología de finales del siglo XIX. Edward Titchener, el principal estructuralista, dio a la psicología su primera definición como ciencia del estudio de la experiencia mental, de la conciencia, para ser estudiada mediante la introspección entrenada.

William James es considerado el fundador de la psicología funcional. Aunque no se consideraría a sí mismo como un funcionalista, ni le gustaba realmente la forma en que la ciencia se dividía en escuelas. John Dewey, George Herbert Mead, Harvey A. Carr, y especialmente James Rowland Angell fueron los principales defensores del funcionalismo en la Universidad de Chicago. Otro grupo de Columbia, entre los que destacan James McKeen Cattell, Edward L. Thorndike y Robert S. Woodworth, también se consideraban funcionalistas y compartían algunas de las opiniones de los profesores de Chicago. Egon Brunswik representa una versión más reciente, pero continental. Los funcionalistas mantuvieron el énfasis en la experiencia consciente.

Los conductistas también rechazaron el método de la introspección, pero criticaron el funcionalismo porque no se basaba en experimentos controlados y sus teorías proporcionaban poca capacidad predictiva. B.F. Skinner fue un desarrollador del conductismo. No creía que mereciera la pena considerar cómo afecta la mente a la conducta, ya que consideraba la conducta simplemente como una respuesta aprendida a un estímulo externo. Sin embargo, estos conceptos conductistas tienden a negar la capacidad humana de tomar decisiones aleatorias, impredecibles y sensibles, lo que bloquea aún más el concepto funcionalista de que la conducta humana es un proceso activo impulsado por el individuo. Tal vez, una combinación de las perspectivas funcionalista y conductista proporcione a los científicos el mayor valor empírico, pero, aun así, sigue siendo filosófica y fisiológicamente difícil integrar los dos conceptos sin plantear más preguntas sobre el comportamiento humano. Por ejemplo, consideremos la interrelación entre tres elementos: el entorno humano, el sistema nervioso autónomo humano, nuestras respuestas musculares de lucha o huida, y el sistema nervioso somático humano, nuestro control muscular voluntario. La perspectiva conductista explica una mezcla de ambos tipos de comportamiento muscular, mientras que la perspectiva funcionalista reside principalmente en el sistema nervioso somático. Se puede argumentar que todos los orígenes de la conducta comienzan dentro del sistema nervioso, lo que hace que todos los científicos de la conducta humana posean conocimientos fisiológicos básicos, algo que comprendió muy bien el fundador funcionalista William James.

Descendientes contemporáneos

La psicología evolutiva se basa en la idea de que el conocimiento relativo a la función de los fenómenos psicológicos que afectan a la evolución humana es necesario para una comprensión completa de la psique humana. Incluso el proyecto de estudiar las funciones evolutivas de la conciencia es ahora un tema de estudio activo. Al igual que la psicología evolutiva, el funcionalismo de James se inspiró en la teoría de la selección natural de Charles Darwin.

Problemas con el funcionalismo

Espectro invertido

Considere el personaje de Kate al que se le pide que establezca si las respuestas de su ordenador son de un humano o de un ordenador (véase Turing, 1950), marcando Humano en el papel rojo suministrado y saliendo del laboratorio cruzándose con un chino que sale por otra puerta. Ignorando la mayoría de estos detalles por el momento, considere si el papel rojo en el que Kate hizo su respuesta era verde para Kate porque había sido operada cuando era un bebé y tenía su visión verde y roja invertida, aunque todavía fue educada para identificar objetos verdes realmente rojos como rojos y viceversa. De hecho, si Kate tuviera un gemelo que no hubiera sido operado, ambos informarían de que el trozo de papel era rojo, aunque Kate lo experimentara verde. Este experimento mental que utiliza espectros invertidos (Block y Fodor, 1972) presenta un argumento prima facie contra el funcionalismo porque Kate y su gemelo experimentan dos estados que son funcionalmente conmensurables pero cualitativamente disímiles (Block, 1994). La noción de que Kate y su gemelo pueden tener dos qualia diferentes la experiencia de la experiencia pero permanecer funcionalmente indiferentes demuestra claramente que el funcionalismo no es lo suficientemente robusto para explicar las diferencias individuales en los qualia. Block (1980) también argumenta en contra de la propuesta funcionalista de la realizabilidad múltiple, en la que la implementación del hardware es irrelevante porque sólo el nivel funcional es importante. Block considera que si los mil millones de neuronas de un cerebro recibieran sustitutos electrónicos funcionalmente equivalentes dotados de radios para comunicarse y distribuidos a la población china, si ésta tendría qualia. Cree que no podría y argumenta que el funcionalismo es inadecuado en consecuencia.

La habitación china

Si Kate se equivocara y un ordenador respondiera realmente con tal maestría, ¿podríamos asumir que el ordenador fuera consciente? De hecho, los problemas del funcionalismo son más claros cuando se examina su papel en la conciencia. Si el funcionalismo es correcto, todo el pensamiento, incluido el sentimiento de conciencia, puede explicarse mediante cálculos (Penrose, 1994). Sin embargo, supongamos que Kate estuviera hablando con un ordenador, salvo que el nivel funcional del ordenador estuviera representado por el chino que vio al salir. El chino estaría en otra habitación con una enorme base de datos que describiría las salidas que hay que dar a partir de cualquier entrada en su pantalla. En el extremo de Kate, ella está viendo respuestas en inglés apropiadas para la conversación y, sin embargo, el chino, que no habla inglés, no entiende nada, excepto que para x entrada debe darle. Esta versión alterada del experimento mental La habitación china de Searle (1980) muestra cómo el funcionalismo podría ser falso porque al actuar como el programa que ejecuta las instrucciones el chino carece de intencionalidad y sólo se ocupa de los procedimientos sintácticos en lugar del contenido semántico. Searle se adelantó a los críticos que afirmaban que el «sistema» en su conjunto entiende al plantear que si el chino recordara todas las instrucciones posibles y siguiera con su vida, seguiría sin entender el inglés. Si el funcionalismo pretende explicar todos los procesos mentales, se encuentra con problemas para explicar cómo se puede derivar el significado de la computación pura.

Funcionalismo inductivo

Si la respuesta de Kate fuera correcta porque estaba hablando con un humano, entonces podríamos suponer que el funcionamiento de su cerebro y el de su interlocutor fuera aproximadamente el mismo durante su conversación. Por ejemplo, ambos estarían leyendo palabras en su pantalla. En una investigación psicológica se podría manipular alguna variable, como la longitud de las palabras, para medir el efecto sobre otra variable, por ejemplo, el tiempo de reacción, a partir del cual se podría hacer alguna inferencia sobre la lectura. Esto describe el método científico inductivo, en el que el razonamiento se hace a partir de los hechos observados. Sin embargo, si se continúa con el ejemplo y la investigación descubre que las palabras más largas tardan más en responder, se pueden hacer varias interpretaciones. Una es que el reconocimiento de la palabra es en serie, letra a letra. Otra es que se trata de letras paralelas que se procesan todas a la vez, pero que las palabras más largas requieren más procesamiento léxico «post-reconocimiento». Los detalles aquí no son importantes; sin embargo, lo que sí lo es es que el funcionalismo inductivo es muy malo a la hora de determinar con precisión qué funciones realiza el cerebro. El problema puede quedar más claro si la respuesta de Kate fuera incorrecta y su interlocutor fuera un ordenador. Suponiendo que las salidas y las entradas siguieran siendo las mismas, entonces no es necesariamente el caso de que el procesamiento sea el mismo entre el humano y el ordenador, al igual que el mecanismo de un reloj puede ser diferente del de otro aunque tengan las mismas entradas y muestren la misma hora. En cualquier caso, esto es un grave problema para la ciencia cognitiva funcionalista porque cuando existen múltiples explicaciones puede ser imposible atribuir una correctamente o, peor aún, posible atribuir una incorrectamente

Reclamaciones

Como se ha mostrado uno de los argumentos centrales contra el funcionalismo es que no da cuenta de los aspectos cualitativos de las mentes o qualia. Sin embargo, tales argumentos suponen intuitivamente que el qualia existe pero no lo hace en nada más, lo que equivale a una circularidad. No existen pruebas de que el qualia exista o no y, por tanto, no está claro si los humanos no lo tienen o China sí. Algunos funcionalistas creen que China tendría qualia pero que debido al tamaño es imposible imaginar que China sea consciente Lycan, 1987. De hecho, puede darse el caso de que estemos limitados por nuestra teoría de la mente, por ejemplo, Baron-Cohen, Leslie y Frith, 1985, y nunca podremos entender cómo es la conciencia china. Por lo tanto, si el funcionalismo es cierto, o bien el qualia existirá en todo el hardware o no existirá en absoluto, sino que será ilusorio Dennett, 1990. Sin embargo, sea cual sea la verdad, el problema de obtener contenido semántico a partir de operaciones sintácticas sigue vigente. La respuesta de los sistemas es una réplica, que afirma que, en su conjunto, el sistema entiende el chino y que el «procesador» no lo hace, como no lo haría una neurona Harnad, 2001. Sin embargo, la cuestión sigue siendo discutible. Por último, el funcionalismo inductivo es problemático por el riesgo de conclusiones falsas. Éstas se reducirán en gran medida, aunque no se evitarán, mediante la comprobación continua de las hipótesis empíricas y la crítica de los compañeros. Además, un enfoque multidisciplinar que integre la neurociencia, la psicología y la biología evolutiva permitirá que más datos converjan en teorías y modelos que reducirán el riesgo Mundale y Bechtel, 1996. Sin embargo, de todos los argumentos esgrimidos contra el funcionalismo, el riesgo de falsa conclusión es el más perjudicial y, por desgracia, es en gran medida inevitable.

Resumen

La ciencia cognitiva moderna se apoya en una posición en su enfoque teórico de la investigación. Esta teoría denominada funcionalismo parte de la noción de que el cerebro ha evolucionado para mejorar la supervivencia de su portador actuando como procesador de información. Al procesar la información, se considera que el cerebro ejecuta funciones, similares a las que ejecuta un ordenador, y en particular postula que los estados mentales se definen por sus relaciones causales entre entradas, salidas y otros estados funcionales. Sin embargo, este enfoque ha sido atacado en varios frentes. El principal argumento es que, aunque el funcionalismo es adecuado para explicar gran parte del cerebro, no es lo suficientemente sólido como para explicar la experiencia subjetiva o los qualia. Los experimentos de pensamiento han demostrado que los gemelos pueden ser funcionalmente conmensurables pero tener qualia diferentes y que la realizabilidad múltiple puede hacer que China sea funcionalmente idéntica al cerebro humano pero sin qualia. Igualmente, China podría tener qualia pero que nosotros somos incapaces de comprender. Del mismo modo, los qualia podrían no existir como un fenómeno medible, sino como una ilusión creada por otros procesos de la mente. Otra crítica que se ha hecho es que la computación carece de intencionalidad y que de la sintaxis no puede surgir la semántica; sin embargo, no se ha llegado a un consenso sobre la validez de esta afirmación. Por último, con el funcionalismo existe un grave riesgo de que se saquen conclusiones falsas, y es quizás donde el marco es más vulnerable.

  • Baron-Cohen, S., Leslie, A., & Frith, U. (1985). ¿Tiene el niño autista una «teoría de la mente»? Cognition 21, 37-46
  • Block, N. & Fodor, J. , «What Psychological States Are Not,» Philosophical Review, 83, 159-181
  • Block, N. (1980). Introducción: ¿qué es el funcionalismo? Readings in philosophy of psychology. Cambridge, MA: Harvard University Press.
  • Block, N. (1994). Qualia. En S. Guttenplan (ed), A Companion to Philosophy of Mind. Oxford: Blackwell
  • Block, N. (1996). ¿Qué es el funcionalismo? The Encyclopaedia of Philosophy Supplement. Nueva York: MacMillan Reference Books
  • Chomsky, N. (1975). Reflexiones sobre el lenguaje. Nueva York: Pantheon
  • Dennett, D. (1990) Quining Qualia. En W. Lycan, (ed), Mind and Cognition. Oxford: Blackwells
  • Harnad, S (2001) What’s Wrong and Right About Searle’s Chinese Room Argument? En Bishop, M. y Preston, J., (Eds.) Essays on Searle’s Chinese Room Argument. Oxford University Press.
  • Lycan, W. (1987) Consciousness. Cambridge, MA: MIT Press.
  • Marr, D. (1982). Vision: A Computational Approach. San Francisco: Freeman & Co.
  • Mundale, J. y Bechtel, W. (1996). Integrating Neuroscience, Psychology, and Evolutionary Biology Through a Teleological Conception of Function. Minds and Machines, 6, 481-505.
  • Penrose, R. (1994). Shadows of the Mind. Oxford: Oxford University Press.
  • Searle, J.R. (1980) Minds, brains, and programs. Behavioural and Brain Sciences, 3 (3), 417-457
  • Thorndike, Edward L. & Woodworth, Robert S. (1901a). La influencia de la mejora en una función mental sobre la eficiencia de otras funciones (I). Psychological Review, 8, 247-261 Texto completo]
  • Thorndike, Edward L. & Woodworth, Robert S. (1901b). La influencia de la mejora en una función mental sobre la eficiencia de otras funciones: II. La estimación de las magnitudes. Psychological Review, 8, 384-395. Texto completo
  • Thorndike, Edward L. & Woodworth, Robert S. (1901c). La influencia de la mejora de una función mental sobre la eficiencia de otras funciones: III. Funciones que implican atención, observación y discriminación. Psychological Review, 8, 553-564.Texto completo
  • Turing, A.M. (1950) Computing Machinery and Intelligence. Mind, 49, 433-460.

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  1. Gary R. VandenBos, ed., APA Dictionary of Psychology (2006). Washington, DC: American Psychological Association
  2. 2.0 2.1 «funcionalismo». Encyclopædia Britannica. Encyclopædia Britannica Online. Encyclopædia Britannica, 2011. Web. 08 mar. 2011.
  3. Schacter, Daniel L.; Wegner, Daniel & Gilbert, Daniel. 2007. Psicología. Worth Publishers. pp. 26-7

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