H.A.A.R.P.

Desde la distancia, parece un aparcamiento lleno de antenas de televisión de gran tamaño. En realidad, se trata del Programa de Investigación Auroral Activa de Alta Frecuencia o HAARP, una instalación de investigación gubernamental centrada en las propiedades físicas y eléctricas de la ionosfera terrestre. Situado frente a la selva de Alaska, HAARP no es, para ciertos teóricos de la conspiración, ni un programa de investigación ni una antena de televisión, sino un dispositivo de control meteorológico, un arma espacial y un rayo de la muerte.

Fundado por DARPA, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y la Marina, los proyectos de HAARP implican el sobrecalentamiento de la ionosfera con ondas de radio de alta frecuencia. Esto despertó las sospechas del físico Bernard Eastlund y de un pequeño grupo de otros científicos en la década de 1990, que expresaron su preocupación por el posible uso futuro de HAARP como arma. Rusia también expresó su preocupación y criticó el HAARP como una «nueva arma geofísica integral». El gobierno ruso opera ahora una instalación muy similar conocida como la Instalación de Calentamiento Ionosférico de Sura.

A pesar de las críticas, o a causa de ellas, los investigadores del HAARP han tratado de ser más abiertos sobre su investigación, declarando inequívocamente que «no hay documentos clasificados relativos al HAARP.» Se mantienen firmes en que el sitio no es en absoluto un peligro para nadie. Entre los objetivos declarados del HAARP está el estudio de cómo la ionosfera natural de la Tierra afecta a las señales de radio, algo que interesa tanto al mundo comercial como al militar.

Aunque hay pocas pruebas que sugieran que el HAARP tenga algún uso potencial como arma o cualquier otra cosa nefasta, uno de los objetivos declarados del proyecto es generar VLF y ELF (frecuencias muy bajas y frecuencias extremadamente bajas) para la comunicación con submarinos, y su posible uso en la búsqueda remota de contenido mineral. Recientemente, HAARP hizo rebotar señales de baja frecuencia en la luna en el experimento «eco lunar» e invitó a los aficionados a la radio a escucharlas. En un espíritu de apertura, HAARP organizó jornadas de puertas abiertas para tratar de sacudir a los teóricos de la conspiración.

Después de dos décadas de construcción y trescientos millones de dólares de gasto, el sitio fue cerrado por la Fuerza Aérea de Estados Unidos por falta de financiación. A partir de agosto de 2015 el sitio fue entregado oficialmente por el gobierno a la Universidad de Alaska. Queda por ver si el hecho de ser una estación de investigación gestionada por la universidad disminuirá los aullidos de los truthers del HAARP.

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