Florence Nightingale es famosa por cambiar la forma en que se percibía a las enfermeras durante su época, por elevar los estándares de la enfermería y por educar a las enfermeras.
En primer lugar, cuando llegó a Turquía en 1854 durante la Guerra de Crimea, encontró que las condiciones del hospital eran horribles. Los soldados heridos yacían en la inmundicia, con ropa sucia y vendas ensangrentadas. La mayoría moría por la propagación de enfermedades más que por sus heridas. Lo primero que hizo con su equipo de enfermeras fue fregar el hospital de arriba a abajo, proporcionar ropa limpia y hacer que las condiciones, en general, fueran sanitarias.
En segundo lugar, antes de Nightingale, la enfermería se consideraba una profesión humilde, muy parecida a la de un sirviente. Ella luchó por elevar los estándares de la enfermería, destacando las condiciones sanitarias, educando a los pacientes para que pudieran cuidarse a sí mismos y evaluando las condiciones de los pacientes las 24 horas del día. Cuando iba a ver a los pacientes durante la noche, llevaba una lámpara consigo. Por eso la llamaron «La dama de la lámpara». En los hospitales modernos, su evaluación de los pacientes se conoce ahora como «hacer la ronda». Gracias a su dedicación, la enfermería se convirtió en una profesión de honor.
Por último, fue reconocida por la reina Victoria, que le regaló un broche de joyas. Además, fue la primera mujer a la que se le concedió la condición de miembro honorario de la Royal Statistical Society. Nightingale también publicó un libro sobre enfermería. Es famosa por estas notables hazañas.