Invasión soviética de Afganistán, invasión de Afganistán a finales de diciembre de 1979 por tropas de la Unión Soviética. La Unión Soviética intervino en apoyo del gobierno comunista afgano en su conflicto con las guerrillas musulmanas anticomunistas durante la Guerra de Afganistán (1978-92) y permaneció en Afganistán hasta mediados de febrero de 1989.
En abril de 1978, el gobierno centrista de Afganistán, encabezado por el presidente Mohammad Daud Khan, fue derrocado por oficiales militares de izquierda dirigidos por Nur Mohammad Taraki. A partir de entonces, el poder fue compartido por dos grupos políticos marxistas-leninistas, el Partido del Pueblo (Khalq) y el Partido de la Bandera (Parcham) -que anteriormente habían surgido de una única organización, el Partido Democrático Popular de Afganistán- y que se habían reunido en una inestable coalición poco antes del golpe. El nuevo gobierno, que contaba con escaso apoyo popular, forjó estrechos vínculos con la Unión Soviética, emprendió implacables purgas de toda la oposición interna e inició amplias reformas agrarias y sociales que fueron amargamente resentidas por la población, devotamente musulmana y mayoritariamente anticomunista. Surgieron insurgencias contra el gobierno entre grupos tribales y urbanos, y todos ellos -conocidos colectivamente como los muyahidines (en árabe mujāhidūn, «los que se dedican a la yihad»)- eran de orientación islámica.
Estos levantamientos, junto con las luchas internas y los golpes de estado dentro del gobierno entre las facciones del Pueblo y del Estandarte, llevaron a los soviéticos a invadir el país la noche del 24 de diciembre de 1979, enviando unos 30.000 soldados y derrocando la efímera presidencia del líder del Pueblo, Hafizullah Amin. El objetivo de la operación soviética era apuntalar su nuevo pero tambaleante estado cliente, ahora dirigido por el líder de los Banner, Babrak Karmal, pero éste no pudo conseguir un apoyo popular significativo. Respaldada por Estados Unidos, la rebelión de los muyahidines creció y se extendió por todo el país. En un principio, los soviéticos dejaron la supresión de la rebelión en manos del ejército afgano, pero éste se vio acosado por las deserciones masivas y siguió siendo muy ineficaz durante toda la guerra.