Familia Grace Kelly
El 12 de noviembre de 1929, John y Margaret Kelly tuvieron su tercera hija: Grace Patricia. En esa época, el negocio de John estaba en alza. El padre de Grace, un emigrante irlandés, había llegado a Estados Unidos en busca de una vida mejor. Había montado su empresa de albañilería en Filadelfia, aunque había triunfado en el campo del deporte. En 1920, había ganado seis campeonatos nacionales de Estados Unidos de remo. John tenía la vida de un auténtico atleta olímpico y una esposa a la altura. Margaret, la madre de Grace, era una mujer fuerte y voluntariosa que enseñaba educación física en la Universidad de Pensilvania. No es de extrañar que el deporte ocupara un lugar muy importante en la familia Kelly.
Grace pasó su infancia rodeada de sus hermanos. La familia tenía cuatro hijos. Peggy, la mayor, era la favorita de papá. John Jr, el único hijo, debía hacerse cargo del negocio de su padre. Elizabeth (apodada Lizanne) recibía todo el amor paterno, ya que era la hija menor. Grace siempre había permanecido en un segundo plano y parecía ser una niña tímida. «Era una niña dulce y maravillosa. A veces ni siquiera quería que creciera», dijo Margaret. «Peggy, John y Lizanne eran extrovertidos, mientras que Grace seguía siendo tímida y propensa a estar sola».
La pequeña Grace no compartía la pasión de sus padres por los deportes. Prefería jugar a las muñecas. Pero quién podía imaginar que esta niña frágil y torpe llegaría a convertirse en un icono de Hollywood y decidiría el destino del pequeño Principado europeo junto a su marido el Príncipe Rainiero III.
Los padres de Grace podían permitirse enviar a su hija a centros educativos de prestigio. En un sólido colegio privado católico y libre de los cuidados paternos, Grace Kelly mostró por fin su verdadero carácter en su máxima expresión. Para las hermanas del colegio, Grace era una chica tranquila y religiosa. Pero sus compañeras de clase la recordaban como una diablilla con falda, que fumaba cigarrillos en el fondo del patio del colegio.
A los 12 años Grace formaba parte de una pequeña compañía de aficionados, lo que en aquella época era bastante habitual en Filadelfia. Dos años más tarde, se convirtió en una estrella local, interpretando a Peter Pan y a Katherine en «La fierecilla domada».
En 1940, inspirada por una actuación del Ballet Ruso, Grace comenzó a tomar clases de baile hasta que le dijeron que era demasiado alta para ser bailarina. Sin embargo, sus esfuerzos dieron sus frutos. Hoy todavía se puede admirar su gracia y elegancia en la pantalla.
La Academia Americana de Arte Dramático
La primera vez que Grace oyó hablar de la Academia Americana fue durante un viaje a Nueva York. Una amiga de su madre, que era actriz, le habló a la joven Kelly de sus estudios en la Academia.
En ese momento Grace ya había desarrollado la fama de «Reina del Hielo» que el mundo entero vería en las pantallas unos años después. Sus amigos podían verla reírse, pero en público era la personificación de la frialdad real. Como todos sabemos, fue admitida en la Academia Americana de Arte Dramático, la escuela de interpretación estadounidense más prestigiosa de la época, con un poco de ayuda de su famoso tío George Kelly, guionista y actor estadounidense. Aquí comenzó otro capítulo de la vida de Grace, lleno de retos y fiestas estudiantiles.
Durante sus estudios, Grace pasó por muchas cosas. El primer reto fue su acento de Filadelfia. La joven se esforzó por deshacerse de él. Sabía que sin una pronunciación perfecta nunca conseguiría papeles principales. Mientras tanto, envió su portafolio a varias agencias de publicidad. Cuando resultó que la cámara la adoraba, Grace empezó a aparecer en todos los anuncios: desde jabones hasta aspiradoras. Pronto firmó su primer gran contrato con la marca de tabaco «Old Gold». Cada bloque publicitario le reportaba unos 2.000 dólares (40.000 dólares de hoy). Eso es lo que ganaban las aspirantes a actriz por 6 meses de duro trabajo. Sin embargo, Grace nunca se compraba ropa cara ni iba a restaurantes elegantes, y prefería coger el transporte público. ¿A dónde iba todo su dinero? Enviaba sus ganancias a sus padres como compensación por sus estudios.
Primer encuentro con el Príncipe Rainiero III
En 1952 Kelly obtuvo un papel coprotagonista con Gary Cooper en «High Noon». La película fue un éxito en Estados Unidos y ganó cuatro premios de la Academia. Después de «High Noon» Kelly protagonizó «Mogambo» (1953), «Dial M for Murder» (1954), «Rear Window» (1954), «Green Fire» (1954) y «The Country Girl» (1954). Esta última le valió a Kelly su primer premio de la Academia. Y allí estaba ella, dirigiéndose al Festival de Cannes con la delegación estadounidense.
Durante su viaje, debía reunirse con el Príncipe Rainiero III para una sesión de fotos en su Palacio. El día señalado, la inesperada huelga de los trabajadores de la electricidad estropeó todos sus planes. Llegó al Palacio con el pelo mojado (el secador no funcionaba) y con el único vestido que no estaba arrugado por el viaje. No fue un buen comienzo del día. Sin embargo, la historia demuestra que esos pequeños detalles desafortunados serían el inicio de una gran historia de amor.
Boda & un nuevo papel de Grace
19 de abril de 1956. Mónaco. La catedral de San Nicolás se llenó de invitados de alto rango y celebridades. Ava Gardner, Aristóteles Onassis, la duquesa de Westminster… Los ricos y famosos se reunieron en la principal catedral de Mónaco para ver «la boda del siglo». La ceremonia se retransmitió por televisión en nueve países europeos, llegando a 30 millones de espectadores. Grace nunca había parecido tan famosa y popular.
A pesar de los temores de los escépticos, el matrimonio del príncipe Rainiero III y la antigua estrella de Hollywood mejoró la posición económica de Mónaco. Turistas de todo el mundo acudían en masa al microestado europeo. Además, atraídos por una fiscalidad favorable, empresarios de distintos países trasladaron sus empresas a Mónaco. La economía del Principado florecía como nunca antes.
Grace se tomó su nuevo papel muy en serio, cumpliendo con sus obligaciones y dando una imagen pública positiva de Mónaco. Ahora tenía que ocuparse de sus tres maravillosos hijos y del pequeño estado escondido entre Francia e Italia. Se dedicó a las obras de caridad y a la actividad de la Fundación de la Cruz Roja de Mónaco y dejó definitivamente su carrera de actriz.
El telón final
13 de septiembre de 1982. Cuando volvía a casa desde Mont Agel, la princesa Grace sufrió un derrame cerebral. Su Rolls-Royce se salió de la carretera y cayó por un precipicio. La Princesa fue trasladada al hospital con múltiples fracturas. Al empeorar su estado durante la noche, la familia principesca tomó la difícil decisión de desconectar su sistema de soporte vital.