¿Los cítricos son seguros para los bebés?

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La Academia Americana de Pediatría ya no recomienda evitar los cítricos explícitamente; consulte este recurso para obtener más detalles sobre lo que sí recomiendan. Las principales preocupaciones ahora son la miel (botulismo) y los nitratos en los alimentos (las espinacas, las remolachas, las judías verdes, la calabaza y las zanahorias se mencionan específicamente como alimentos que pueden contener altos niveles de nitratos y que deben evitarse desde el principio si se preparan en casa).

Antes de los últimos años, la AAP recomendaba evitarlos debido a su acidez; algunos pediatras todavía hacen referencia a este consejo. Esto puede causar tanto la dermatitis del pañal como las erupciones faciales; a mis hijos (1 y 2,5) les encantan los tomates, y pueden provocar la dermatitis del pañal al comer una gran cantidad de ellos. La AAP ya no hace referencia a este consejo; al igual que la antigua prohibición de las fresas y los huevos debido a la preocupación por las alergias, que resultó ser científicamente infundada (la idea de evitar los alérgenos desde el principio para evitar las alergias más adelante), ese consejo parece que ya no es aplicable. Por supuesto, si su hijo es específicamente sensible, tenga cuidado, como con cualquier alimento.

La principal preocupación que tendría con las mandarinas a los 6 meses es el alto contenido de azúcar. Al igual que el zumo de frutas, las mandarinas deben ser golosinas ocasionales, no alimentos habituales. Un niño de seis meses no será capaz de masticarlas, por lo que simplemente chupará los trozos, con lo que no consumirá la fibra de la fruta, sino sólo el zumo; además, si utiliza mandarinas enlatadas, éstas también tienen un jarabe muy dulce. Si bien es cierto que no es necesario evitar por completo los dulces, y que consumirlos no necesariamente provocará un deseo posterior de comerlos, no conviene sustituir demasiadas calorías «buenas» por azúcar. Los palitos de zanahoria y apio, los palitos de pepino y muchas otras opciones que son más bajas en azúcar están disponibles para los bebés que les gusta masticar o chupar los alimentos.

Además, tenga mucho cuidado con la fruta entera a esta edad debido al riesgo de asfixia. Aunque mis hijos tomaban periódicamente trozos de naranjas del tamaño de una mandarina («cuties»), siempre estaba bien supervisado y en cantidades muy limitadas para poder mitigar cualquier riesgo de atragantamiento.

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