Nancy Pelosi, de soltera Nancy Patricia D’Alesandro, (nacida el 26 de marzo de 1940 en Baltimore, Maryland, Estados Unidos), política demócrata estadounidense que fue congresista por California en la Cámara de Representantes de Estados Unidos (1987- ), donde fue la primera mujer presidenta de la Cámara (2007-11 y 2019- ). Sus otros cargos notables incluyeron líder de la minoría de la Cámara (2003-07 y 2011-19).
D’Alesandro -cuyo padre, Thomas D’Alesandro, Jr., era político y demócrata del New Deal- estudió ciencias políticas en el Trinity College de Washington, D.C., y se licenció en 1962. Al año siguiente se casó con Paul Pelosi, y la pareja se trasladó a Nueva York. Cinco hijos y seis años después, la familia se estableció en San Francisco, donde Pelosi trabajó como organizadora demócrata voluntaria. Se ganó la reputación de ser una eficaz recaudadora de fondos, y ascendió hasta formar parte del Comité Nacional Demócrata y ser presidenta del Partido Demócrata de California (1981-83) y del comité anfitrión de la Convención Nacional Demócrata de 1984 en San Francisco. Por el camino, Pelosi entabló amistad con el veterano diputado Phil Burton. Burton murió en 1983 y le sucedió su esposa, Sala, quien, poco antes de su muerte en 1987, instó a Pelosi a presentarse al escaño. Ganó por poco una elección especial y fue reelegida en 1988 para un mandato completo. Pelosi ganó fácilmente las siguientes elecciones en su distrito, mayoritariamente demócrata.
Pelosi se ganó la reputación de ser una política astuta, y fue ascendiendo dentro del partido hasta convertirse en la jefa de la minoría en 2002. Ese mismo año fue elegida líder de la minoría y, cuando asumió el cargo en 2003, se convirtió en la primera mujer en liderar un partido en el Congreso. Utilizando lo que denominó su voz de «madre de cinco hijos», Pelosi comenzó a impulsar la unidad entre las diversas facciones de su partido, acogiendo a conservadores y moderados. Aun así, Pelosi siguió votando sistemáticamente a favor de causas liberales como el control de armas y el derecho al aborto, se opuso a la reforma de la asistencia social y votó en contra de la guerra de Irak. Sus críticas al presidente George W. Bush podían ser duras; una vez lo calificó de «líder incompetente». Sus críticos, a su vez, afirmaban que su política de izquierdas la alejaba de la mayor parte del país.
Oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi
Tras las elecciones de mitad de mandato de noviembre de 2006, los demócratas obtuvieron la mayoría en la Cámara de Representantes. El 4 de enero de 2007, Pelosi fue elegida presidenta de la Cámara del 110º Congreso. Después de que el demócrata Barack Obama asumiera la presidencia en 2009, Pelosi fue una firme defensora de muchas de sus políticas, contribuyendo a la aprobación de su paquete de estímulo de 787.000 millones de dólares en febrero de 2009 y desempeñando un papel decisivo en el esfuerzo de más de un año para garantizar la reforma sanitaria, que finalmente se aprobó en marzo de 2010. El histórico proyecto de ley amplió la atención sanitaria a unos 30 millones de estadounidenses que antes no tenían seguro y prohibió a las aseguradoras negar la cobertura a quienes tuvieran enfermedades preexistentes.
Pete Souza-Foto oficial de la Casa Blanca
Nancy Pelosi, c. 2006.
Oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi
Sin embargo, la popularidad de Pelosi disminuyó a medida que la economía continuaba en dificultades y aumentaba la oposición a la legislación que ella había defendido, especialmente la reforma de la atención médica y el paquete de estímulo. En el periodo previo a las elecciones de mitad de mandato de 2010, se convirtió en el objetivo de los ataques republicanos y en un punto de encuentro para los Tea Partiers, que estaban dispuestos a convertir las elecciones en un referéndum sobre la agenda demócrata. Los demócratas salieron mal parados en las elecciones de noviembre y perdieron el control de la Cámara. A pesar de los llamamientos a un nuevo liderazgo del partido, Pelosi fue elegida como líder de la minoría en el siguiente Congreso. Continuó en ese puesto mientras los demócratas no lograban recuperar el control de la Cámara en varias elecciones posteriores. Sus mediocres resultados electorales, especialmente entre los votantes de la clase trabajadora, provocaron malestar entre los demócratas de la Cámara y, tras la elección del republicano Donald Trump como presidente en 2016, Tim Ryan, de Ohio, desafió a Pelosi como líder de la minoría. Pelosi acabó imponiéndose.
Las elecciones de mitad de mandato de 2018 supusieron un resurgimiento masivo de los demócratas al recuperar el control de la Cámara. Mientras continuaban las peticiones de cambios en el liderazgo, Pelosi hizo varias concesiones, sobre todo aceptando la limitación de mandatos, y en enero de 2019 fue elegida oficialmente presidenta de la Cámara, convirtiéndose en la primera persona en más de 60 años en ejercer el cargo de forma no consecutiva. Las habilidades políticas de Pelosi también se pusieron de manifiesto al lidiar con un cierre del gobierno que había comenzado a finales de diciembre. El problema era la financiación de un muro fronterizo, una de las principales promesas de campaña de Trump. Pelosi unió a su partido en oposición al presidente, que prometió mantener el gobierno cerrado hasta que recibiera miles de millones para el muro propuesto. Alegando motivos de seguridad, Pelosi se negó a permitir que Trump celebrara el Estado de la Unión anual en las cámaras de la Cámara mientras el gobierno estuviera cerrado. A finales de enero, Trump accedió finalmente a poner fin al cierre, el más largo hasta la fecha, a pesar de no haber conseguido la financiación necesaria. Pelosi se llevó especiales elogios por su gestión de la situación.
Durante este tiempo, Pelosi se enfrentó a las llamadas de su partido para iniciar un proceso de impeachment contra Trump. Estos se intensificaron en marzo de 2019 cuando el abogado especial Robert Mueller concluyó su investigación sobre las acusaciones de injerencia rusa en las elecciones de 2016. Aunque Mueller no llegó a ninguna conclusión legal, los críticos de Trump creían que los hallazgos apoyaban el impeachment, mientras que los partidarios del presidente afirmaban que había sido exonerado. Pelosi se mostró inicialmente reacia a avanzar en el impeachment, pero en septiembre de 2019 se reveló públicamente que un denunciante había presentado una queja en la que se alegaba que Trump había retenido la ayuda a Ucrania para presionar al país para que abriera una investigación por corrupción sobre Joe Biden, un rival político. Ese mismo mes, Pelosi abrió una investigación formal de destitución en la Cámara. La investigación concluyó a principios de diciembre de 2019, y varias semanas después la Cámara votó a favor de la destitución del presidente. Sin embargo, Pelosi retrasó el envío de los artículos del impeachment al Senado hasta enero. La medida fue vista como un intento de asegurar ciertas condiciones para el juicio en el Senado, y su efecto fue debatido. En febrero de 2020 el Senado absolvió a Trump.
Nancy Pelosi, 2019.
© Sheila Fitzgerald/Dreamstime.com
Durante este tiempo el coronavirus se estaba extendiendo por todo el mundo, convirtiéndose finalmente en una pandemia. En marzo de 2020, mientras las muertes en Estados Unidos empezaban a aumentar, los negocios y las escuelas empezaron a cerrar, y la economía entró en un declive económico que pronto rivalizó con la Gran Depresión. Ese mes Pelosi ayudó a conseguir la aprobación de un paquete de ayuda de 2 billones de dólares, la mayor ley de estímulo de la historia de Estados Unidos. Cuando la pandemia se agravó en el país, culpó al presidente -llegando a llamarlo el «virus Trump»- alegando que había manejado mal la respuesta del gobierno.
En las elecciones de 2020 Trump fue derrotado por Biden, el candidato presidencial demócrata, y los demócratas mantuvieron una escasa mayoría en la Cámara. Pelosi fue elegida para otro mandato como presidenta de la Cámara en 2021. Durante este tiempo, Trump impugnó los resultados de las elecciones presidenciales, alegando repetidamente fraude electoral a pesar de la falta de pruebas que respaldaran sus afirmaciones. El 6 de enero de 2021, sus partidarios asaltaron el Capitolio cuando el Congreso estaba en proceso de certificar la victoria de Biden. Muchos acusaron a Trump de alentar el ataque, y Pelosi exigió su destitución. Para ello, supervisó la aprobación de una resolución de la Cámara de Representantes que pedía al vicepresidente Mike Pence que invocara la vigésima quinta enmienda. Después de que él se negara, Pelosi inició el proceso de destitución, acusando a Trump de «incitación a la insurrección». La Cámara de Representantes votó a favor de la destitución de Trump el 13 de enero de 2021, una semana antes del final de su mandato. Sin embargo, el Senado lo absolvió posteriormente.