Petra es una antigua ciudad que se encuentra en la actual Jordania y que se remonta al siglo IV a.C. Las ruinas de la que fuera una gran metrópolis y un centro comercial son ahora un importante yacimiento arqueológico y una atracción turística.
¿Dónde está Petra?
Petra está situada a unos 240 kilómetros al sur de Jerusalén y de Ammán, la capital de Jordania, y a medio camino entre Damasco, Siria, y el Mar Rojo, lo que la convierte en un centro ideal para el comercio en la zona.
Los historiadores y arqueólogos consideran que el lugar es importante por su hermosa arquitectura excavada en la roca y su innovador sistema de gestión del agua, que hizo que la región fuera habitable, dado que está rodeada de desierto y terreno escarpado y montañoso.
También se ha llamado a Petra la «Ciudad Rosa» por el color de las piedras utilizadas en sus edificios. Fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985.
Ciudad de Petra
La ciudad de Petra fue establecida como un puesto comercial por los nabateos, una tribu árabe beduina indígena de la región en lo que hoy es el suroeste de Jordania.
Los nabateos que vivían y comerciaban en Petra pronto acumularon una cantidad significativa de riqueza, y un envidioso Imperio Griego atacó la ciudad en el año 312 a.C. Este evento marca la primera referencia a Petra en la historia registrada.
Los nabateos combatieron con éxito a los invasores griegos aprovechando el terreno montañoso que rodeaba la ciudad. Las montañas sirvieron como una muralla natural, reforzando Petra.
Sin embargo, la incursión griega no fue la última vez que la ciudad fue atacada.
De hecho, los romanos invadieron Petra en el año 106 d.C., y finalmente obligaron a los nabateos a rendirse. El Imperio Romano se anexionó el territorio recién ganado y cambió su nombre por el de Arabia Petraea.
Continuaron gobernando la ciudad durante más de 250 años hasta mediados del siglo IV d.C., cuando un terremoto destruyó muchos de sus edificios. Los bizantinos acabaron tomando el control de la región y gobernaron Petra durante unos 300 años.
Ciudad perdida de Petra
A principios del siglo VIII d.C., Petra estaba en gran parte abandonada y ya no era un lugar importante desde el punto de vista comercial, político y/o cultural.
Aunque ya no es una ciudad importante, Petra ha sido señalada por los historiadores y arqueólogos por su arquitectura única, así como por una innovación específica realizada por los beduinos nabateos que establecieron la ciudad.
Dado el terreno escarpado y montañoso que la rodea, Petra no parecería un lugar lógico para construir una ciudad. Sin embargo, los nabateos aprovecharon esta geografía para erigir sus estructuras clave.
Utilizando una forma temprana de la técnica conocida como arquitectura excavada en la roca, los nabateos literalmente tallaron varios de los edificios de la ciudad en las superficies de piedra circundantes. A medida que la cultura nabatea evolucionó, y que los romanos y los bizantinos trataron más tarde de dejar sus propias huellas en la ciudad, la arquitectura de Petra comenzó a adoptar una mezcla de las diferentes culturas que la ocuparon.
Las grandes y ornamentadas tumbas construidas por los nabateos acabaron dando paso a las iglesias cristianas construidas por los bizantinos, que consideraban Petra como la capital de la provincia de Palaestina.
Durante esta evolución, mientras los romanos gobernaban la ciudad después de los nabateos y antes de los bizantinos, se construyó la Calzada Romana de Petra. Ésta sirvió como vía principal de Petra, y se construyeron puertas ornamentadas, de estilo romano, para marcar la entrada a la ciudad.
Sin embargo, la influencia de los nabateos sobre el diseño y la estructura de la ciudad no fue eliminada por completo por sus gobernantes posteriores.
Recogida de agua
Como habitantes del desierto, los nabateos llevaban mucho tiempo luchando durante las temporadas en las que las lluvias en la región eran limitadas. Sin embargo, cuando la tribu construyó Petra, desarrolló un sistema único de conductos, presas y cisternas para recoger, almacenar y distribuir el agua de lluvia para su uso durante todo el año.
En determinadas épocas del año, la zona que rodeaba la ciudad era propensa a las inundaciones. Sin embargo, los nabateos eran capaces de controlar eficazmente estas inundaciones utilizando las presas y, por tanto, el suministro de agua de la ciudad.
Esto significaba que podían residir en la ciudad incluso durante los períodos de sequía. También mejoró el rendimiento de las cosechas de los agricultores nabateos.
Petra en la actualidad
Después del siglo VIII, cuando Petra fue abandonada en gran medida como centro comercial, sus estructuras de piedra fueron utilizadas como refugio por los pastores nómadas durante varios siglos.
Después, en 1812, las singulares ruinas de Petra fueron «descubiertas» por el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt. Describió las ruinas de la otrora gran ciudad en las crónicas de sus viajes.
Conocedor el mundo occidental de su existencia, pronto atrajeron el interés de arquitectos y estudiosos, entre otros. A partir de 1929, los arqueólogos británicos Agnes Conway y George Horsfield, así como los estudiosos Tawfiq Canaan y Ditlef Nielsen, pusieron en marcha un proyecto formal de excavación y estudio de Petra.
Desde entonces se han realizado numerosos hallazgos, como el descubrimiento en 1993 de unos pergaminos griegos que datan de la época bizantina, así como la documentación más reciente a través de imágenes por satélite de una estructura monumental hasta entonces desconocida y enterrada bajo las arenas de la zona.
Cuando Petra fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985, los beduinos de Petra que se habían instalado en las ruinas restantes de la ciudad fueron reubicados a la fuerza por el gobierno jordano.
A principios de la década de 2000, el sitio fue nombrado una de las «Siete Nuevas Maravillas del Mundo», lo que provocó un aumento del turismo. Desde entonces, se han realizado esfuerzos para proteger las ruinas de Petra del intenso turismo, así como de los daños causados por las inundaciones, la lluvia y otros factores medioambientales.