DIAGNÓSTICO DEL CASO 1: QUEMADURAS POR CONTACTO
En este caso se describen las quemaduras en las palmas de las manos de un niño que acaba de empezar a moverse y que son consecuencia del contacto con el cristal de una chimenea de gas. El patrón de la quemadura es consistente con el contacto con el vidrio cuando el niño recorrió la pared hasta el frente de la chimenea. Estas quemaduras suelen afectar a las manos. La nueva movilidad y la insegura posición de pie de un niño pequeño pueden prolongar la duración del contacto, aumentando la profundidad de la quemadura.
El tratamiento de tales quemaduras implica el cuidado local de la herida, incluyendo el desbridamiento, la limpieza y el vendaje. El control del dolor es esencial. Se requieren servicios de rehabilitación (terapia ocupacional y fisioterapia) para prevenir las contracturas y la discapacidad funcional.
Las quemaduras son lesiones importantes y altamente prevenibles en los niños. Más de 1500 niños y adolescentes fueron tratados por quemaduras y escaldaduras en 15 hospitales de Canadá en 1999 (1). Las quemaduras por escaldadura representan el tipo más común de quemadura que requiere ingreso hospitalario, y se producen principalmente en niños pequeños. Las quemaduras por contacto son frecuentes en los niños pequeños y suelen afectar a las manos. Las chimeneas son la segunda fuente más común de quemaduras en los niños, sólo superada por las quemaduras por bebidas calientes. Las quemaduras por llama son más comunes en los niños mayores y los adolescentes, y suelen ser consecuencia de los juegos con fuego. Las hospitalizaciones suponen un coste importante y la angustia de la familia. Las cicatrices pueden dar lugar a una morbilidad de por vida debido a las contracturas, la discapacidad funcional y la angustia psicológica.
La prevención es la mejor estrategia para reducir la morbilidad y la mortalidad resultantes de las lesiones por quemaduras en los niños. Las campañas educativas para la prevención de las quemaduras por escaldado del agua del grifo en Estados Unidos, Noruega y Nueva Zelanda, dirigidas a los propietarios de viviendas y a las empresas de servicios públicos, y la legislación que exige ajustes de temperatura seguros en los calentadores de agua, han dado lugar a reducciones significativas en los ajustes de los calentadores de agua (2). Se espera que los esfuerzos actuales liderados por Safe Kids Canada den lugar a iniciativas de seguridad similares en Canadá (3).
La literatura sobre prevención de lesiones ha demostrado repetidamente que las estrategias de prevención pasiva de lesiones son las más exitosas. Las estrategias pasivas son aquellas en las que un solo cambio (p. ej., bajar el volumen del calentador de agua) da lugar a la prevención de lesiones. Las estrategias activas requieren un cambio de comportamiento repetido (p. ej., mantener a los niños alejados de los grifos, comprobar la temperatura del agua de la bañera antes de meter al bebé en ella). La participación de los pediatras en tales esfuerzos de prevención puede conducir a importantes reducciones en la morbilidad resultante de las lesiones, y a mejoras en la salud infantil.
Las chimeneas de gas se reconocen cada vez más como una causa importante de lesiones por quemaduras en niños pequeños. La mayoría de las chimeneas nuevas son de gas. Una serie de casos de Minnesota (4) describió a 39 niños con quemaduras en la palma de la mano por chimeneas de gas. En el Hospital para Niños Enfermos de Toronto, Ontario, se han visto más de 20 casos de quemaduras similares en los últimos tres años (5).
Una serie de factores contribuyen al riesgo de estas quemaduras en los niños. A pesar de la ilusión de seguridad que proporciona la ausencia de un fuego abierto, se ha demostrado que los frentes de cristal de las chimeneas de gas alcanzan una temperatura de 200°C en poco más de 5 minutos con una temperatura máxima no medible, y no se alcanzó una temperatura segura hasta 30 minutos después de apagar la chimenea. Algunas chimeneas están controladas por termostato, lo que puede llevar a que las personas no sean conscientes de cuándo se enciende la unidad.
Las normas de seguridad de los fabricantes han sido inadecuadas para prevenir lesiones en los niños. Los controles de temperatura se ajustan para mantener la integridad de la estructura y los materiales, pero son inadecuados para evitar las quemaduras por contacto. Los manuales del propietario advierten que nunca se debe dejar a los niños sin vigilancia cerca de la unidad, una recomendación de prevención activa de lesiones que puede no leerse, recordarse o seguirse. Los padres tienen a su disposición productos de seguridad como barreras y protectores de hogar.
Existen múltiples estrategias de prevención de lesiones por quemaduras en chimeneas de gas. El primer paso es aumentar la conciencia del público y de los profesionales de la salud sobre el riesgo de estas lesiones. Los folletos sobre prevención de quemaduras que se distribuyen junto con el manual del propietario pueden ayudar a aumentar la concienciación sobre el riesgo de lesiones por quemaduras. Además, los comunicados de prensa siguen alertando al público de este peligro. La información para los cuidadores de niños está disponible en Safe Kids Canada <www.safekidscanada.ca>. La promoción puede conducir a la aplicación de mejores recordatorios, como advertencias fácilmente visualizables en los frentes de las chimeneas y los interruptores de encendido o el uso de cristales de seguridad (como en las puertas de los hornos) por parte de los fabricantes.