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Resumen del caso

Un hombre de 49 años se encontró incidentalmente con una hemoglobina elevada de 17,1 gramos/dL(referencia 12,5-17,0 gramos/dL) y un hematocrito del 51,5%(referencia 36-50%). El nivel de eritropoyetina estaba notablemente elevado, con 171 mIU/mL (referencia 4,2-27,8 mIU/mL). La paciente no tenía antecedentes de hipoxia, ni de consumo de tabaco, ni antecedentes familiares de cáncer, hemoglobinopatías o trastornos genéticos. No tomaba ninguna medicación. En la exploración física, era normotenso, con saturación de oxígeno normal y sin hallazgos físicos anormales. Aunque los estudios posteriores mostraron que la hemoglobina estaba en un rango alto y normal, la eritropoyetina permanecía marcadamente elevada (92,5-189 mIU/mL). Para evaluar un origen renal o renovascular oculto, se tomó una muestra venosa renal, con niveles de eritropoyetina igualmente elevados de forma bilateral. La resonancia magnética (RM) del abdomen no mostró masas renales, suprarrenales o hepáticas; la tomografía por emisión de positrones (TEP-TC) tampoco reveló nada. La resonancia magnética cerebral no mostró evidencia de hemangioblastoma cerebeloso. No se encontraron mutaciones en el receptor de eritropoyetina ni en el gen Von Hippel-Lindau.

Serendípicamente, el laboratorio de nuestra institución estaba en transición entre dos ensayos comerciales de eritropoyetina ampliamente utilizados en los Estados Unidos, los cuales emplean la captura basada en anticuerpos para medir la eritropoyetina(1). Para garantizar la reproducibilidad del ensayo, el laboratorio analizó muestras de 126 pacientes con ambos ensayos, y dos pacientes, incluido el nuestro, mostraron resultados muy discrepantes. Mientras que la eritropoyetina del paciente era anormalmente alta con un inmunoensayo(1), era normal con el otro ensayo. Las maniobras para evaluar la interferencia de los anticuerpos heterófilos y antianimales humanos con diluciones lineales y agentes de bloqueo no lograron resolver la discrepancia. No había ninguna paraproteína sérica que interfiriera. Para medir la eritropoyetina mediante otra tecnología, se envió la muestra para realizar una electroforesis de proteínas a un laboratorio independiente especializado en «dopaje sanguíneo»; se confirmó que las especies de eritropoyetina activa eran normales, afirmando que las mediciones elevadas eran espurias. Una revisión de la evaluación de cuatro años del paciente confirmó que todos los niveles de eritropoyetina anteriores medidos por dos importantes laboratorios comerciales independientes, así como por el nuestro, se realizaron utilizando el mismo inmunoensayo clínico, produciendo sistemáticamente resultados falsamente elevados.

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