El zumo de naranja fresco contiene una gran cantidad de minerales, flavonoides, vitaminas y fitonutrientes, todos ellos esenciales para tu salud en general.
Además de vitamina C, una vitamina muy crucial para nuestro organismo, el zumo de naranja también nos aporta hierro, manganeso, zinc, ácido fólico, fósforo, etc. Por si fuera poco, el zumo de naranja no tiene calorías que puedan afectar negativamente a tu salud.
Si de repente te asalta un fuerte deseo de beber zumo de naranja, podría ser un indicio de que tu cuerpo necesita más vitamina C y posiblemente incluso esté luchando contra una infección.
Estudios recientes han señalado que cuando nuestros niveles de azúcar en sangre bajan perdemos la capacidad de controlar el deseo y podemos desarrollar un mayor impulso de consumir alimentos. Según un estudio, se descubrió que pequeñas bajadas de azúcar en sangre activaban la región del cerebro que produce el deseo de comer, mientras que niveles adecuados de azúcar en sangre activaban la región del cerebro que controla los impulsos.
Según un estudio publicado en Harvard Health, el estrés podría ser uno de los principales motivos de las ganas de comer zumo de naranja. Cuando estás estresado, los niveles de cortisol en tu cuerpo aumentan y tu cuerpo entra en el modo de lucha o huida. El estrés crónico o prolongado afecta a la elección de los alimentos y a las preferencias alimentarias desequilibrando tus hormonas, lo que provoca una alimentación emocional y desencadena los antojos.
Una de las otras razones por las que tienes antojo de zumo de naranja se debe a un intestino poco saludable. Las bacterias intestinales influyen en tus preferencias alimentarias, el apetito, la producción de hormonas y el metabolismo, entre otras cosas. Influyen en tu comportamiento alimentario de dos maneras, es decir, pueden inducir antojos de alimentos de los que se alimentan o alimentos que suprimen otras bacterias con las que compiten. Estas bacterias también pueden inducir sentimientos de insatisfacción e inquietud, haciendo que comas alimentos que puedan aumentar su bienestar, manipulando tus receptores del gusto y las sustancias químicas del cerebro.
Si su antojo de naranjas comenzó justo después de verlas en el supermercado o en un anuncio de televisión, entonces se debe simplemente a la estimulación de sus sentidos. Las investigaciones sugieren que la mente anhela ciertos alimentos con los que se encuentra.
Durante el embarazo, las mujeres sufren ciertos cambios hormonales. Esta podría ser una de las razones por las que se les antoja el zumo de naranja. Por supuesto, las mujeres embarazadas pueden disfrutar del zumo de naranja en cantidades moderadas.
Los expertos en salud y los médicos dicen que si una persona descubre que está experimentando un antojo de zumo de naranja, entonces debe sentirse libre de satisfacerlo. Definida como una adicción saludable, está bien disfrutar de vasos ocasionales de zumo de naranja. Sin embargo, si el antojo se intensifica o está presente durante varios días, entonces es prudente visitar al médico.