Timothy Dwyer, PolarTREC 2016
Las arañas de mar, o picnogónidos, son artrópodos marinos que se encuentran en aguas de todo el mundo. En ambientes más cálidos, estos animales tienen el tamaño de un borrador de lápiz, pero en la Antártida pueden llegar a ser tan grandes como un plato de comida.
Los científicos llaman a esto «gigantismo polar», un fenómeno en el que las versiones adaptadas al frío de ciertas especies, como las esponjas marinas, los gusanos o las arañas de mar, son mucho más grandes que sus homólogos templados y tropicales. Pero, ¿cuál es la causa?
En un nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society, los científicos trataron de poner a prueba la prevaleciente «hipótesis de la temperatura del oxígeno»: que las aguas frías y ricas en oxígeno de la Antártida permiten a los animales crecer hasta un tamaño excesivo sin las limitaciones metabólicas típicas de los animales de climas más cálidos.
«La idea es que a los animales les cuesta mucho trabajo capturar el oxígeno y llevarlo hasta sus células», explica Caitlin Shishido, científica principal de este estudio. «Es un trabajo mucho mayor para los animales grandes que para los pequeños. Si las temperaturas frías hacen que necesiten menos oxígeno, pueden crecer hasta un tamaño mayor»
El equipo de científicos de Shishido puso a prueba los límites metabólicos de dos arañas de mar de la Antártida en condiciones normales y de calentamiento. Esencialmente, pusieron a las arañas de mar en un estricto régimen de ejercicio y vieron cuánto tiempo podían continuar antes de llegar al agotamiento.
Como se esperaba, las arañas de mar no rindieron tan bien en aguas cálidas como en las aguas frías a las que están acostumbradas. Sin embargo, esto era cierto independientemente del tamaño de las arañas de mar, lo que sugiere que había algo más que permitía a las arañas de mar vivir como gigantes.
Cuando los investigadores observaron de cerca las patas de estas arañas de mar, donde las arañas de mar «respiran», encontraron algo sorprendente: agujeros. O, lo que es más importante, una diversidad de tamaños de agujeros dependiendo del tamaño de la araña de mar.
Timothy Dwyer, PolarTREC 2016
Las arañas de mar más grandes tenían agujeros, o poros, proporcionalmente más grandes que las arañas de mar más pequeñas, lo que, según la hipótesis de los investigadores, permite una mayor captación de oxígeno que puede compensar el tamaño gigante de la araña.
«Estas arañas han encontrado una forma de sortear esta limitación de oxígeno, básicamente haciéndose más holey o más queso suizo», explica Shishido.
Este nuevo descubrimiento ha dado a los científicos la esperanza de que estas arañas de mar puedan, de hecho, ser capaces de vivir en océanos más cálidos. «Es posible que estén bien a medida que estos océanos se calientan», dijo Shishido, «Es como Parque Jurásico: ‘La vida encuentra un camino'»