Por qué se muere mi planta de tomate?

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¡Sea el héroe que su jardín necesita y domine la ciencia de cómo salvar una planta de tomate moribunda! Los tomates son un tipo de planta particularmente quisquillosa, y hay algunas dolencias comunes que pueden afectarlos. Es importante intervenir antes de que las cosas empeoren y los vegetales de tu jardín muerdan el polvo.

Entre nosotros, los aficionados a la jardinería, es una práctica común tratar a nuestras plantas como a nuestros bebés, y en realidad, no es tan diferente. ¡Puede ser un juego de adivinanzas constante para tratar de averiguar lo que necesitan! Pero, a diferencia de los bebés de verdad, las plantas no pueden gritar pidiendo atención, sino que empiezan a marchitarse y a darnos señales visuales de que algo va mal.

Saber reconocer estas señales es una valiosa habilidad que puede salvar a tus plantas de un destino inoportuno. Aquí hay algunos síntomas comunes y soluciones, para que puedas aprender a salvar una planta de tomate moribunda en Edmonton.

Hojas amarillas y marchitas

Una vez que las hojas de tu tomate empiezan a ponerse flácidas y a perder su color, es una clara señal de que algo no va bien. Ahora bien, la parte complicada es que hay varias cosas que pueden causar que las hojas se mueran y amarilleen, así que tendrás que tener en cuenta otros factores.

Las tomateras regadas en exceso mostrarán signos de marchitamiento y decoloración, pero no es probable que estén secas. Las hojas inferiores también pueden tener algunos golpes y ampollas. Demasiada agua estancada alrededor de las raíces puede provocar podredumbre, por lo que deberás reducir el riego inmediatamente si sospechas que este es el caso. Si las raíces están totalmente podridas, es posible que tenga una causa perdida en sus manos, pero definitivamente espere unas semanas para ver si se recupera por completo, porque todavía hay una buena posibilidad de que pueda recuperarse!

En una cama de jardín, necesitarán alrededor de 1-2 pulgadas de agua por semana. Asegúrese de que la tierra esté suelta y tenga un buen drenaje para que la humedad no quede atrapada. Es una historia diferente para los jardines de contenedores y cestas colgantes: la tierra se seca mucho más rápido en el sol, por lo que es posible que tenga que regarlos casi todos los días. Asegúrate de que hay agujeros de drenaje en el fondo de la maceta para evitar que se encharquen.

Si las hojas parecen estar secas, probablemente no estás regando lo suficiente. Aumenta la cantidad de agua que les das y asegúrate de que están recibiendo al menos 6 horas de sol completo cada día.

Ahora bien, si está seguro de que está regando el jardín lo suficiente y de que está recibiendo mucho sol, las hojas amarillentas pueden ser un signo de un suelo pobre al que le falta nitrógeno. Haz una prueba de suelo para determinar si los niveles de nutrientes están mal, y trata el suelo en consecuencia. Añadir fertilizante debería ayudar bastante, pero también puedes mejorar los niveles de nitrógeno de tu suelo plantando algunas judías, que depositan nitrógeno de forma natural directamente en el suelo.

Hojas pegajosas con manchas negras

Si las hojas tienen un residuo pegajoso, brillante en ellas, ¡es una señal de que los pulgones se están apoderando de ellas! Chupan la savia de las hojas y dejan un rastro de residuos al que comúnmente nos referimos como «melaza». Una vez que esta melaza se acumula, puede dar lugar a la aparición de hongos, que tienen el aspecto de manchas negras.

Los pulgones se pueden matar con una solución natural de jabón en spray, hecha con jabón de castilla y agua. Sólo hay que pulverizarlo por todas las hojas, esperar a que se seque y volver a aplicarlo hasta que los bichos desaparezcan. Esta solución también puede servir para otras plagas, así que si observas algún signo de infestación, como marcas de mordeduras, prepara un lote de jabón en spray y ¡a por ellos!

Cualquier crecimiento de hongos que se encuentre en las hojas, los tallos o los frutos debe eliminarse inmediatamente para evitar que se extienda. Coge una bolsa de basura, unas tijeras, un trapo y alcohol isopropílico. Corta cada pieza infectada, deséchala en la bolsa y desinfecta las hojas de tus tijeras entre cada corte.

Hojas marrones y manchadas

Otro hongo común que afecta a las tomateras es el conocido como tizón. En las primeras etapas de la infección, se mostrará como hojas marrones y manchadas, pero en las etapas posteriores, puede dar lugar a unos frutos de aspecto desagradable y mohoso. Corta los trozos infectados de la planta en cuanto los veas y mantén esas hojas desinfectadas. Si el tizón ha progresado y ha causado daños importantes, puedes utilizar un fungicida a base de cobre. Sólo asegúrate de seguir las instrucciones al pie de la letra, para que no acabes haciendo más daño que bien!

Prevenir el tizón es mucho más fácil que tratarlo, así que hay algunas cosas que puedes hacer para evitar que se produzca en primer lugar. Espaciar los tomates para que haya mucha circulación de aire ayudará a eliminar las zonas húmedas y oscuras donde los hongos pueden prosperar. Regar la tierra directamente alrededor de la base del tallo y evitar las hojas también ayudará a que las cosas sean menos hospitalarias para el crecimiento del moho y los hongos. Aplicar una capa de mantillo también puede ayudar a frenar la propagación de las esporas al tiempo que ayuda a retener la humedad del suelo, además de una larga lista de otros beneficios.

¿Tienes alguna pregunta sobre cómo solucionar problemas de plagas u otros problemas del jardín? No dude en llamarnos y nuestros expertos le ayudarán a localizar el problema. Nuestro invernadero está abierto al público, y nuestra tienda web está en funcionamiento con opciones de recogida y entrega en la acera, por lo que estamos disponibles para ayudar en todo lo que necesite.

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