- La corriente principal de la ciencia no se creyó la teoría de la deriva continental hasta la década de 1950
- No fue por falta de esfuerzo: Snider-Pellegrini y Wegener publicaron sus argumentos en 1858 y 1912, respectivamente
- Este mapa hace honor tanto a sus nombres, como a su principal argumento: fósiles similares en distintos continentes
Teorías de doble barrera
Imagen: Noel Feans, CC BY 2.0
Nubes de Kelvin-Helmholtz sobre Galicia.
Oh, los lugares a los que llega la mente cuando su otra mitad cartesiana se queda entre cuatro paredes. Desde el efecto Dunning-Kruger, muy presente estos días, salta al curioso fenómeno de las teorías científicas de doble barril. He aquí diez de ellas. No te preocupes, hay un mapa o dos al final.
El efecto Dunning-Kruger
Si te da miedo preguntar qué es, probablemente no se aplique a ti. El efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo por el que la baja capacidad lleva específicamente a los sujetos a sobreestimar su capacidad. Popularmente: la tendencia de las personas estúpidas a suponer que son inteligentes. Llamado así por dos psicólogos sociales, los estadounidenses David Dunning (°1950) y Justin Kruger.
Síndrome de Lasègue-Falret
Síndrome psiquiátrico en el que dos personas comparten los síntomas de una creencia delirante. También se conoce como folie à deux. Irónicamente, se necesitaron dos científicos para describirlo: Charles Lasègue (1816-1883) y Jean-Pierre Falret (1794-1870), ambos psiquiatras franceses.
La reacción Jarisch-Herxheimer
La sensación de empeorar antes de mejorar, a veces llamada «crisis curativa», como la que experimentan los enfermos de sífilis, la enfermedad de Lyme o la fiebre recurrente. También se conoce como «herx». Lleva el nombre de Adolf Jarisch (1850-1902) y Karl Herxheimer (1861-1944), dos dermatólogos, de Austria y Alemania respectivamente.
El modelo Lotka-Volterra
Un modelo que describe la dinámica de los sistemas biológicos en los que interactúan dos especies, una depredadora y otra presa. Lleva el nombre del matemático y químico estadounidense Alfred J. Lotka (1880-1949) y de Vito Volterra (1860-1940), matemático y físico italiano.
El teorema de Margolus-Levitin
Dice que el límite fundamental de la computación cuántica es de 6×1.033 operaciones por segundo por julio de energía, proporcionando así el horizonte teórico de la Ley de Moore. Lleva el nombre de Norman Margolus (°1955), físico e informático canadiense-americano, y de Lev B. Levitin (°1935), matemático e ingeniero ruso-americano.
Los sucesos de Dansgaard-Oeschger
Describen las rápidas fluctuaciones climáticas que se produjeron 25 veces durante el último período glacial. Las temperaturas subieron unos 8°C en 40 años. Lleva el nombre del paleoclimatólogo danés Willi Dansgaard (1922-2011) y del geofísico suizo Hans Oeschger (1927-1998).
La inestabilidad Kelvin-Helmholtz
Se produce cuando hay un cizallamiento de la velocidad en un solo fluido continuo, o cuando hay una diferencia de velocidad a través de la interfaz de dos fluidos. Se manifiesta en forma de ondas en la superficie del agua o de nubes onduladas en el cielo, por ejemplo. Lleva el nombre del ingeniero y físico británico William Thompson, alias Lord Kelvin (1824-1907) y de Hermann von Helmholtz (1821-1894), médico y físico alemán.
La ley de Hardy-Weinberg
Predice que la variación genética dentro de una población, en ausencia de otras influencias evolutivas, no cambiará con el tiempo. Lleva el nombre del matemático inglés G.H. Hardy (1877-1947) y del obstetra alemán Wilhelm Weinberg (1862-1937).
El experimento de Michelson-Morley
Un intento de detectar la existencia del éter luminífero, que se creía que impregnaba el espacio y transportaba las ondas de luz. El intento fracasó, porque el éter no existe. Lleva el nombre de los científicos estadounidenses Albert A. Michelson (1852-1931) y Edward W. Morley (1838-1923).
El mapa de Snider-Pellegrini Wegener
Utiliza la deriva continental para explicar por qué se pueden encontrar fósiles de dinosaurios similares en diferentes lugares de continentes distantes. El mapa lleva la doble barrera a un nuevo nivel, combinando el nombre del científico alemán Alfred L. Wegener (1990-1930) con el del geógrafo francés Antonio Snider-Pellegrini (1802-1885), cuyos dos apellidos suenan como una teoría científica propia.
El hombre que acuñó Pangea
fue la primera en llamar al ‘supercontinente’ Pangea.
Imagen: Alfred Wegener, 1912, dominio público
La idea de Wegener sobre cómo se habían separado los continentes: fue el primero en llamar al ‘supercontinente’ Pangea.
Wegener es recordado como el primer científico que propuso la teoría de la deriva continental (una sola palabra compuesta en el original alemán: Kontinentalverschiebungstheorie), y el primero en proponer Pangea como nombre de un supuesto supercontinente anterior. Basó su idea, publicada en 1912, en las similitudes geológicas y fósiles en lados opuestos del océano Atlántico: entre los Montes Apalaches y las Tierras Altas de Escocia, por ejemplo, o entre zonas de Sudáfrica y Brasil.
Las pruebas de Wegener eran demasiado anecdóticas para encontrar el favor de la comunidad científica de la época. La mayoría de los geólogos pensaban que su teoría era descabellada, si no físicamente imposible. Las similitudes en el registro fósil se explicaban por la propuesta de la existencia de puentes terrestres gigantes, ahora sumergidos. Sin embargo, con el paso de las décadas, las pruebas que apoyaban la hipótesis de Wegener fueron aumentando. En la década de 1950, la hipótesis de Wegener fue ampliamente aceptada.
Pero Wegener no fue el primero en sugerir que los continentes se desplazaban. El cartógrafo del siglo XVI Abraham Ortelius había tenido una idea similar.
Primera apertura del Atlántico
Imagen: Antonio Snider-Pellegrini (1858), dominio público
Primera ilustración conocida de la apertura del océano Atlántico.
Más recientemente, el geógrafo francés del siglo XIX Antonio Snider-Pellegrini dio su versión de la teoría. En su libro de 1858 La Création et ses mystères dévoilés («La creación y sus misterios desvelados»), también propuso que todos los continentes habían formado en algún momento del pasado lejano una única masa de tierra. También Snider-Pellegrini basó su teoría en el cotejo de fósiles encontrados en varios continentes.
Palabra clave en el título: «Creación». Pues el francés fundamentó su teoría en la Biblia. Más concretamente en dos versículos del Génesis que sugerían que Dios había diseñado un único supercontinente en el principio: «Y dijo Dios: Júntense en un solo lugar las aguas que están debajo del cielo, y que aparezca la tierra seca; y así fue. Y llamó Dios a la tierra seca Tierra; y a la reunión de las aguas la llamó Mares; y vio Dios que era bueno». (Gen. 1:9-10).
Quizás por eso la corazonada de Snider-Pellegrini fue ignorada aún más completamente que la sugerencia similar de Wegener medio siglo después. Sea como fuere, su libro contiene la primera ilustración conocida de la apertura del océano Atlántico, aproximadamente un siglo antes de que fuera validada por la extensa cartografía de la Dorsal Mesoatlántica.
El mundo de Snider-Pellegrini Wegener
Imagen: USGS, dominio público.
Bienvenidos al mundo Snider-Pellegrini Wegener, donde la paleontología y la geología se encuentran.
Los nombres de ambos científicos han sido adjuntados a este mapa -una ilustración de triple barrera de la evidencia que dio a ambos la idea correcta (si no la teoría correcta para probarla): la aparición de los mismos tipos de fósiles en diferentes continentes.
El mapa de Snider-Pellegrini Wegener muestra cómo esos estratos fósiles pueden ayudar a encajar varios continentes, ahora distanciados, en su anterior estado contiguo.
El mapa explica por qué
- se han encontrado restos del Cynognathus y del Mesosaurus tanto en Sudamérica como en África,
- se pueden desenterrar huesos del Lystrosaurus en África, la India y la Antártida, y
- se pueden encontrar hojas fosilizadas del Glossopteris en cuatro continentes del mundo actual, lo que demuestra que una vez estuvieron unificados.
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