¿Puede el entrenamiento para convertirse en ambidiestro mejorar la función cerebral?

¿Puede el entrenamiento para convertirse en ambidiestro mejorar la función cerebral?

Rachel Fallon, a través del correo electrónico

Michael Corballis, profesor de neurociencia cognitiva y psicología en la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, responde:

Aunque enseñar a las personas a ser ambidiestras ha sido popular durante siglos, esta práctica no parece mejorar la función cerebral, e incluso puede perjudicar nuestro desarrollo neuronal.

Los llamamientos a la ambidestreza fueron especialmente destacados a finales del siglo XIX y principios del XX. Por ejemplo, a principios del siglo XX el propagandista inglés John Jackson creó la Sociedad de la Cultura Ambidextra en busca de la ambidexteridad universal y la «bicerebralidad» para mejorar la sociedad.

Este bombo se apagó a mediados del siglo XX al no materializarse los beneficios de ser ambidiestro. Dado que la lateralidad se manifiesta en las primeras etapas de la vida y la gran mayoría de las personas son diestras, es casi seguro que somos dextrógiros por naturaleza. Hay pruebas recientes que incluso asocian el hecho de ser ambidiestro desde el nacimiento con problemas de desarrollo, como la discapacidad lectora y la tartamudez. Un estudio sobre niños de 11 años en Inglaterra demostró que los ambidiestros por naturaleza son ligeramente más propensos a tener dificultades académicas que los zurdos o los diestros. Una investigación llevada a cabo en Suecia descubrió que los niños ambidiestros tienen un mayor riesgo de padecer trastornos del desarrollo, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Otro estudio, que mis colegas y yo realizamos, reveló que tanto los niños como los adultos ambidiestros obtuvieron peores resultados que los zurdos o los diestros en una serie de habilidades, especialmente en matemáticas, recuperación de la memoria y razonamiento lógico.

Estos efectos son leves, pero los riesgos de entrenar para ser ambidiestros pueden causar dificultades similares. Los dos hemisferios del cerebro no son intercambiables. El hemisferio izquierdo, por ejemplo, suele ser responsable del procesamiento del lenguaje, mientras que el derecho suele encargarse de las actividades no verbales. Estas asimetrías probablemente evolucionaron para permitir que los dos lados del cerebro se especialicen. Intentar deshacer o alterar esta eficiente configuración puede acarrear problemas psicológicos.

Es posible entrenar la mano no dominante para que sea más hábil. Un concertista de piano demuestra una gran habilidad con ambas manos, pero este dominio es complementario y no competitivo. Las artes visuales pueden mejorar la función del cerebro derecho, aunque no a expensas de la especialización verbal en el hemisferio izquierdo. Un cerebro cooperativo parece funcionar mejor que uno en el que los dos lados compiten.

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