De nuevo, no hay suficiente investigación de calidad para decir si el uso de aceite de orégano hará una diferencia para su resfriado o tos. Y, como todos los aceites esenciales, el aceite de orégano puro está altamente concentrado y no se recomienda su consumo.
Pero si quieres darle una oportunidad al orégano, hay algunos métodos alternativos. Las cápsulas de extracto de orégano son una opción.
Como ya habrás adivinado, no hay recomendaciones oficiales sobre la dosis si vas a tomar cápsulas de extracto de orégano para la tos o el resfriado.
Tomar 100 miligramos tres veces al día podría ser un punto de partida sensato, pero asegúrese de seguir las recomendaciones del fabricante y, lo que es más importante, consúltelo con su proveedor de atención médica antes de tomar una sola píldora.
Su otra opción es aplicar aceite de orégano diluido en la piel, ya que los aceites esenciales pueden ser absorbidos a través de los poros y llevados al torrente sanguíneo. Pero es importante no poner aceite esencial puro en su cuerpo. En su lugar, encuentre un aceite de orégano premezclado con un aceite portador o diluya el aceite de orégano con un aceite portador como el de coco o el de oliva.
La mejor opción es empezar con una concentración baja de aceite de orégano y ver cómo le afecta antes de aumentarla. Para una concentración del 1 por ciento, mezcle 6 gotas de aceite de orégano en 1 onza de aceite portador.
Una vez que tenga su mezcla tópica lista para usar, ¿dónde debe ponerla? Algunos herbolarios recomiendan poner aceite de orégano en los pies para la tos o el resfriado. Pero no hay mucha explicación de por qué eso sería útil, y no hay pruebas de que funcione.
Tu última opción es la más sencilla: Poner una o dos gotas de aceite de orégano en un cuenco de agua humeante e inhalar el vapor. Como mínimo, el vapor del agua te ayudará a aliviar temporalmente la congestión. ¿Y quién sabe? Tal vez respirar el orégano te dé un impulso extra de bienestar.