Los bosques de kelp pueden verse a lo largo de gran parte de la costa oeste de Norteamérica. Las algas son grandes algas marrones que viven en aguas frías y relativamente poco profundas cerca de la costa. Crecen en densas agrupaciones, como un bosque en tierra. Estas torres submarinas de algas proporcionan alimento y refugio a miles de peces, invertebrados y especies de mamíferos marinos.
Los bosques de algas albergan una mayor variedad y diversidad de plantas y animales que casi cualquier otra comunidad oceánica. Muchos organismos utilizan las gruesas hojas como refugio seguro para sus crías de los depredadores o incluso de las fuertes tormentas.
Entre los muchos mamíferos y aves que utilizan los bosques de algas para protegerse o alimentarse están las focas, los leones marinos, las ballenas, las nutrias marinas, las gaviotas, los charranes, las garzas níveas, las garzas azules, los cormoranes y las aves costeras.
Estos densos doseles de algas suelen darse en aguas frías y ricas en nutrientes. Debido a su dependencia de la luz para la fotosíntesis, los bosques de algas se forman en aguas abiertas poco profundas y rara vez se encuentran a más de 49-131 pies.
Los científicos de la NOAA estudian los bosques de algas visitando los mismos lugares una y otra vez para evaluar la presencia y la abundancia de una variedad de organismos. El seguimiento permite a los científicos marinos determinar si el bosque de algas está cambiando con el tiempo e identificar la causa de esos cambios, ya sea natural o humana.