En la última década, la terapia de resincronización cardíaca (TRC) ha surgido como una importante modalidad de tratamiento en pacientes con insuficiencia cardíaca. La prevención primaria de la mortalidad con desfibrilador cardioversor implantable (DAI) en pacientes con miocardiopatía isquémica y no isquémica y disfunción ventricular izquierda (fracción de eyección < o =35%) se ha convertido en el estándar de atención. Un número cada vez mayor de pacientes con indicación de DAI son también elegibles para TRC, recibiendo dispositivos de resincronización de estimulación-desfibrilador (TRC-D). Los ensayos clínicos aleatorios han aportado pruebas de que la terapia de resincronización cardíaca es beneficiosa en los pacientes con insuficiencia cardíaca y contribuye a una disminución significativa de la progresión de la insuficiencia cardíaca, además de administrar un tratamiento farmacológico óptimo. Las indicaciones actualmente aprobadas para la TRC-D incluyen la utilización de esta modalidad de tratamiento en pacientes con insuficiencia cardíaca de clase III o IV de la New York Heart Association (NYHA), FE < o =35%, y QRS > o =120 ms. Nuevos datos de MADIT-CRT (Multicenter Automatic Defibrillator Implantation Trial-Cardiac Resynchronization Therapy) documentan que los pacientes con insuficiencia cardíaca menos avanzada (miocardiopatía isquémica en clase I o II de la NYHA y miocardiopatía no isquémica en clase II), FE < o =30%, y QRS > o =130 ms también se benefician de la TRC. Estos hallazgos indican que se debe considerar un enfoque más proactivo con respecto al manejo de los pacientes con insuficiencia cardíaca con enfermedad menos avanzada para disminuir la progresión de la insuficiencia cardíaca con la terapia de TRC-D.
¿Qué pacientes con insuficiencia cardíaca crónica deben ser derivados para la implantación de TRC-D? Implicaciones prácticas de la investigación clínica actual
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