Los quistes óseos amnésicos son neoformaciones benignas que pueden afectar a cualquier hueso. Más de la mitad se producen en la metáfisis de los huesos largos (especialmente fémur y tibia) y entre el 12 y el 30% en la columna vertebral. Fueron descritas en 1893 por Van Arsdale, que denominó a estas lesiones «hematoma osificante homérico». En 1940, Ewing utilizó el término «aneurismático» para describir estas lesiones. Jaffé y Lichtenstein acuñaron por primera vez el término «quiste aneurismático» en 1942 En 1950 modificaron este término a «quiste óseo aneurismático». Pueden estar asociados a tumores óseos.
El quiste óseo simple es una lesión común, benigna, que contiene líquido, y que se encuentra con mayor frecuencia en la metáfisis de los huesos largos, normalmente el húmero o el fémur proximal. Las fracturas patológicas son comunes, a menudo con un traumatismo menor. Estos quistes suelen resolverse tras la madurez del esqueleto y no suelen asociarse a tumores óseos. La causa es desconocida. Se reconocieron por primera vez como una entidad distinta en 1910. Jaffe y Lichtenstein proporcionaron una discusión detallada de los quistes óseos simples en 1942.
El quiste óseo traumático, también denominado quiste óseo simple o quiste hemorrágico, es un pseudoquiste que afecta más comúnmente a la mandíbula de individuos jóvenes. Se trata de una cavidad benigna vacía o que contiene líquido dentro del cuerpo de la mandíbula y que no tiene evidencia de un verdadero revestimiento epitelial. Este tipo de quiste óseo es una afección que se encuentra en los huesos largos y las mandíbulas. No existe una causa definitiva, aunque se relaciona con un traumatismo en la región oral. La probabilidad de que los varones se vean afectados por esta afección es frecuentemente mayor que en las mujeres. Aparece en las radiografías como una zona radiolúcida unilocular con un contorno irregular pero bien definido. Este término fue descrito por primera vez por Lucas en 1929.