Los investigadores han descubierto que el linfoma no Hodgkin (LNH) está relacionado con una serie de factores de riesgo, pero se desconoce la causa de la mayoría de los linfomas. Esto se complica por el hecho de que los linfomas son en realidad un grupo diverso de cánceres.
Cambios en los genes
Los científicos han avanzado mucho en la comprensión de cómo ciertos cambios en el ADN pueden hacer que los linfocitos normales se conviertan en células de linfoma. El ADN es la sustancia química de nuestras células que compone nuestros genes, que controlan el funcionamiento de nuestras células. Nos parecemos a nuestros padres porque ellos son la fuente de nuestro ADN. Pero el ADN afecta a algo más que a nuestro aspecto.
Algunos genes controlan cuándo las células crecen, se dividen y mueren:
- Los genes que ayudan a las células a crecer, dividirse y mantenerse vivas se llaman oncogenes.
- Los genes que ayudan a mantener la división celular bajo control o hacen que las células mueran en el momento adecuado se llaman genes supresores de tumores.
- Las personas con deficiencias inmunológicas (debido a condiciones hereditarias, tratamiento con ciertos fármacos, trasplantes de órganos o infección por VIH) tienen una probabilidad mucho mayor de desarrollar un linfoma que las personas sin un sistema inmunológico debilitado.
- Las personas con ciertas enfermedades autoinmunes (en las que el sistema inmunitario ataca constantemente a una determinada parte del cuerpo) tienen un mayor riesgo de padecer linfoma.
- Las personas con ciertas infecciones crónicas también tienen un mayor riesgo, probablemente porque el sistema inmunitario está fabricando constantemente nuevos linfocitos para combatir la infección, lo que aumenta las posibilidades de que se produzcan errores en su ADN.
Los cánceres pueden estar causados por mutaciones del ADN (cambios) que activan los oncogenes o desactivan los genes supresores de tumores.
Algunas personas heredan mutaciones del ADN de uno de sus padres que aumentan su riesgo de padecer algunos tipos de cáncer. Tener antecedentes familiares de linfoma (linfoma de Hodgkin, linfoma no Hodgkin, LLC) parece aumentar el riesgo de padecerlo.
Los cambios genéticos relacionados con el LNH suelen adquirirse durante la vida, en lugar de heredarse. Los cambios genéticos adquiridos pueden ser el resultado de la exposición a la radiación, a las sustancias químicas cancerígenas o a las infecciones, pero a menudo estos cambios se producen sin motivo aparente. Parecen ocurrir con más frecuencia a medida que envejecemos, lo que podría ayudar a explicar por qué la mayoría de los linfomas se ven en personas mayores.
Ahora se conocen algunos de los cambios genéticos que conducen a ciertos tipos de linfoma. Por ejemplo, en el linfoma folicular, las células suelen tener un intercambio de ADN (conocido como translocación) entre los cromosomas 14 y 18, que activa el oncogén BCL-2. (Los cromosomas son largas cadenas de ADN en cada célula.) Este oncogén impide que la célula muera en el momento adecuado, lo que puede dar lugar a un linfoma.
Los científicos están aprendiendo mucho sobre los cambios exactos de los genes implicados en los diferentes tipos de LNH. Esta información se está utilizando para desarrollar pruebas más precisas para detectar y clasificar ciertos tipos de linfoma. Es de esperar que estos descubrimientos puedan utilizarse también para desarrollar nuevos tratamientos.
Aunque los investigadores están empezando a entender algunos de los cambios genéticos que pueden conducir al LNH, todavía no saben por qué se desarrollan muchos de estos cambios genéticos, especialmente en personas sin factores de riesgo aparentes.
Cambios en el sistema inmunitario
Los linfocitos (las células de las que parten los linfomas) son células del sistema inmunitario, por lo que no es sorprendente que los cambios en el sistema inmunitario parezcan desempeñar un papel importante en muchos casos de linfoma:
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