Las corrientes oceánicas pueden ser causadas por el viento, las diferencias de densidad en las masas de agua causadas por las variaciones de temperatura y salinidad, la gravedad y eventos como terremotos o tormentas.
Las corrientes son corrientes cohesivas de agua de mar que circulan por el océano. Algunas son efímeras y pequeñas, mientras que otras son flujos inmensos que tardan siglos en completar un circuito del globo. Hay dos sistemas de corrientes distintos en el océano: la circulación superficial, que agita una capa superior del mar relativamente fina, y la circulación profunda, que barre el fondo marino. Descargar imagen (jpg, 38.6 KB).
Las corrientes superficiales del océano son impulsadas por sistemas de viento globales que se alimentan de la energía del sol. Los patrones de las corrientes superficiales están determinados por la dirección del viento, las fuerzas de Coriolis procedentes de la rotación de la Tierra y la posición de las formas terrestres que interactúan con las corrientes. Las corrientes superficiales impulsadas por el viento generan corrientes ascendentes en conjunción con las formas terrestres, creando corrientes de aguas profundas.
Las corrientes también pueden ser causadas por las diferencias de densidad en las masas de agua debido a las variaciones de temperatura (termo) y salinidad (halina) a través de un proceso conocido como circulación termohalina. Estas corrientes mueven las masas de agua a través de las profundidades del océano, llevándose consigo nutrientes, oxígeno y calor.
Eventos ocasionales como grandes tormentas y terremotos submarinos también pueden desencadenar graves corrientes oceánicas, moviendo masas de agua hacia el interior cuando llegan a aguas poco profundas y a las costas. Los terremotos también pueden desencadenar un rápido movimiento descendente de los sedimentos saturados de agua, creando fuertes corrientes de turbidez.
Por último, cuando una corriente que se mueve en un área amplia es forzada a entrar en un espacio confinado, puede llegar a ser muy fuerte. En el fondo del océano, las masas de agua forzadas a través de aberturas estrechas en un sistema de crestas o que fluyen alrededor de un monte submarino pueden crear corrientes mucho mayores que en el agua circundante, afectando a la distribución y abundancia de los organismos, así como a los científicos y sus equipos que tratan de estudiar estos organismos.