La ciática es un dolor que baja por la parte posterior de la pierna. El dolor ciático suele ser el resultado de la compresión o irritación de uno o más nervios de la columna lumbar. Suele pasar por la nalga, y su distribución a partir de ahí depende de qué nervio esté afectado.
¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA CIÁTICA?
El canal espinal y los forámenes intervertebrales de la parte baja de la espalda son túneles óseos por los que pasan los nervios espinales (raíces nerviosas). Cuando el tamaño de estos túneles se reduce, puede producirse una presión.
¿Cuáles son los síntomas de la compresión de los nervios?
Los síntomas de la compresión de los nervios o de la médula espinal incluyen dolor, molestias, rigidez, entumecimiento, sensación de hormigueo y debilidad.
Como los nervios espinales se ramifican para formar los nervios periféricos, estos síntomas pueden irradiarse a otras partes del cuerpo. Por ejemplo, la compresión de la raíz nerviosa en la parte baja de la espalda puede causar síntomas en las nalgas, las piernas y los pies.
Los trastornos que pueden causar la compresión de la raíz nerviosa incluyen:
- Prolapso de disco intervertebral (abultamiento, rotura o «deslizamiento» del disco)
- Estenosis espinal
- Espondilolistesis (deslizamiento de un hueso de la columna sobre otro)
PROLAPSO DISCAL LUMBAR Y ESCIA
Un prolapso discal (hernia) se produce cuando un disco intervertebral se rompe o abulta. Los discos intervertebrales son estructuras blandas que actúan como amortiguadores entre cada una de las vértebras (huesos) de la columna vertebral.
Entre cada vértebra se asienta un único disco. Cada disco intervertebral tiene un fuerte anillo exterior de fibras (‘annulus’), y un centro blando y gelatinoso (núcleo).
El núcleo central, blando y jugoso, es una estructura esférica que permite los movimientos de inclinación, rotación y deslizamiento de la columna vertebral.
El núcleo también sirve como principal amortiguador. Es una sustancia transparente y gelatinosa que contiene un 88 por ciento de agua en los adultos jóvenes. Con la edad y/o la degeneración, el contenido de agua disminuye considerablemente. Las fibras de colágeno, las células del tejido conectivo y una pequeña cantidad de cartílago constituyen el resto del núcleo. El núcleo no contiene vasos sanguíneos ni nervios.
El anillo es la parte más resistente del disco y conecta cada hueso vertebral. El anillo es una masa de fibras en forma de anillo que encierra el núcleo central y lo mantiene bajo presión para evitar su ruptura.
En la enfermedad degenerativa del disco, estos discos entre las vértebras se encogen y se desgastan o dañan, lo que puede conducir a una hernia.
Un desgarro anular es cuando el anillo fibroso se desgarra, a menudo el primer evento en el proceso de prolapso del disco. Un desgarro anular puede causar dolor de espalda con o sin dolor en las piernas.
Cuando un disco se rompe, o se hernia, el anillo se interrumpe. El núcleo se desprende parcialmente del disco. En otras palabras, un prolapso de disco lumbar (o hernia) se produce cuando el núcleo pulposo se sale de su posición habitual.
La rotura o el prolapso de los discos intervertebrales puede causar dolor de piernas o ciática de dos maneras:
- Presión directa sobre los nervios en el canal espinal o el agujero intervertebral.
- Las sustancias químicas liberadas por el disco roto irritan los nervios.
Los discos suelen romperse repentinamente como resultado de una presión excesiva. Doblar y levantar objetos pesados son formas típicas de romper un disco.
Los discos intervertebrales a veces se rompen con sólo una pequeña cantidad de fuerza. Esto suele ser el resultado del debilitamiento de las fibras anulares del disco, que se han debilitado debido a repetidas lesiones durante varios años. Esto también puede ocurrir como parte del proceso de envejecimiento de la columna vertebral.
Las hernias discales se producen con mayor frecuencia en adultos jóvenes y de mediana edad.
Alrededor del 90% de las hernias discales lumbares se producen en los discos L4-L5 o L5-S1.
Estenosis espinal y ciática
La degeneración y la artrosis pueden causar dolor, entumecimiento, hormigueo y debilidad por la presión sobre los nervios espinales y/o la médula espinal.
Esta presión puede ser el resultado de la formación de un osteofito (‘espolón óseo’), así como de la hipertrofia (engrosamiento) de los ligamentos espinales y las articulaciones facetarias. El canal espinal puede estrecharse (estenosis del canal lumbar), y la zona situada justo debajo de las articulaciones facetarias también puede reducirse en tamaño (estenosis subarticular o de receso lateral).
Los osteofitos son espolones óseos anormales que se forman como parte del proceso degenerativo o tras un prolapso discal de larga duración. Esta formación ósea adicional puede causar estenosis espinal, así como estenosis foraminal intervertebral, y ambas resultan en la compresión de la médula espinal y/o los nervios espinales.
Cuando los nervios espinales salen del canal, necesitan viajar a través del foramen intervertebral para llegar a las piernas. Este túnel puede estrecharse por una serie de procesos degenerativos y de otro tipo, entre los que se incluyen:
- Degeneración, colapso y abombamiento del disco intervertebral
- Formación de osteofitos
- Cuando esto ocurre, se conoce como estenosis foraminal.
El dolor ciático como consecuencia de la estenosis espinal suele empeorar al ponerse de pie y al caminar, y mejora al sentarse. Este patrón de dolor se conoce como claudicación neurógena.
Tratamiento
Cambios de actividad
El tratamiento de la ciática no suele implicar cirugía. De hecho, la cirugía sólo es necesaria en un pequeño porcentaje de pacientes.
Su especialista puede recomendarle que realice cambios en sus actividades físicas. Esto puede incluir que evite ciertas actividades recreativas y laborales.
Ortesis
En ocasiones se prescriben ortesis especiales para aliviar el dolor de espalda. Los periodos cortos de reposo en cama pueden ayudar con los episodios dolorosos agudos, sin embargo, el reposo estricto en cama rara vez es necesario.
REHABILITACIÓN FÍSICA
Un programa de rehabilitación física bien completo ayuda a asentar el dolor y la inflamación, mejorando la movilidad y la fuerza, y ayudándole a realizar sus actividades diarias con más facilidad. Se suele recomendar una combinación de fisioterapia, hidroterapia y pilates clínico.
Se suelen prescribir posturas, movimientos y ejercicios para reducir el dolor. Se aborda la flexibilidad de los isquiotibiales, junto con ejercicios de fuerza y coordinación para la espalda baja y los músculos abdominales (ejercicios de estabilidad del núcleo). Los objetivos de estas terapias físicas son ayudarle a:
- Manejar su condición y controlar sus síntomas
- Corregir su postura y movimientos corporales para reducir la tensión de la espalda
- Mejorar su flexibilidad y fuerza del núcleo
Algunos pacientes también se benefician del tratamiento quiropráctico osteopatía, masaje reparador y acupuntura.
REVISIÓN DEL PSICOLOGO
Una revisión por parte de un psicólogo clínico suele ser útil. Las estrategias para manejar el dolor pueden incluir la terapia cognitivo-conductual y los programas basados en la atención plena. Es importante tratar cualquier depresión o ansiedad asociada, ya que estas condiciones pueden aumentar su experiencia del dolor.
MEDICAMENTOS
Los medicamentos juegan un papel importante en el control del dolor, aliviando los espasmos musculares y ayudando a recuperar un patrón de sueño normal. El uso de la medicación a largo plazo debe supervisarse estrechamente para evitar problemas como la tolerancia y la dependencia (adicción).
Vainas nerviosas
Si las medidas anteriores fallan, se puede organizar una inyección de vainas nerviosas para intentar reducir el dolor. Estas inyecciones pueden tener un valor diagnóstico y terapéutico, aunque el beneficio suele ser de corta duración (de días a semanas).
Cirugía
La cirugía es necesaria sólo si otras opciones de tratamiento no consiguen mantener su dolor a un nivel razonable, y si su enfermedad subyacente es adecuada para la cirugía. No todos los pacientes con dolor de espalda intenso e incesante son aptos para la cirugía. El tratamiento quirúrgico debe abordar cualquier problema mecánico (inestabilidad) y de compresión (presión nerviosa). La cirugía suele consistir en una microdiscectomía por el ojo de la cerradura.