¡Actualización! Mi hijo ya va a cumplir seis años y está BIEN 🙂
Mi hijo se vacunó por primera vez contra el sarampión, las paperas y la rubeola (SPR) hace poco más de dos semanas. Esta vacuna ha tenido mucha prensa negativa últimamente, pero realmente ES una gran vacuna. Una de las razones por las que es tan buena es porque contiene partículas virales vivas debilitadas. Las vacunas vivas crean la respuesta inmune más fuerte porque son más parecidas al virus que causa la enfermedad. La parte no tan divertida de una vacuna viva es que, al ser lo más parecido al virus salvaje, el cuerpo suele mostrar algunos de los síntomas de la enfermedad. Muchos niños experimentan estos síntomas leves con la vacuna triple vírica:
- Fiebre (hasta 1 persona de cada 6)
- Salpullido leve (aproximadamente 1 persona de cada 20)
- Hinchazón de los ganglios en las mejillas o el cuello (aproximadamente 1 persona de cada 75), que se produce con menos frecuencia después de la segunda dosis.
- Dolor temporal y rigidez en las articulaciones, sobre todo en mujeres adolescentes o adultas (hasta 1 de cada 4)
Debido a que el cuerpo tarda en crear una respuesta inmunitaria (que podamos ver), muchos de estos síntomas no aparecen hasta unas dos semanas después de la inyección. Y al DÍA, mi hijo desarrolló varios de estos síntomas leves.
Seguro que mis hijos no aprecian esto, pero siempre encuentro sus síntomas fascinantes. Por eso veis muchas fotos de los síntomas de mis hijos-que lo consiguen todo, por cierto. Y a menudo me alegro de ver estos signos, ya que sé que sus cuerpos están dando la respuesta adecuada a la inyección. (Lo sé, es extraño.)
De todos modos, tuvo fiebre durante varios días unas dos semanas después de la inyección, y luego desarrolló la erupción parecida al sarampión. La erupción era roja y elevada, sobre todo en el torso y la cara. Incluyo una foto de su barriga.
Quería publicar esto porque mucha gente acude a mí preguntando si se trata de un problema grave o de una alergia a la vacuna. Pero, en el caso de los problemas anteriores, no es necesario ningún tratamiento y los síntomas deberían desaparecer en varios días. Sin embargo, si el niño empeora, sería conveniente consultar al médico de su hijo.