¿Quién comete las agresiones sexuales?
A menudo, cuando pensamos en quién comete una agresión sexual o una violación, imaginamos que el agresor es un extraño para la víctima. En contra de la creencia popular, las agresiones sexuales no suelen producirse entre extraños. La Encuesta Nacional de Victimización del Crimen, realizada por el Departamento de Justicia de EE.UU., descubrió que el 76% de las mujeres agredidas sexualmente fueron atacadas por un marido actual o anterior, una pareja cohabitante, un amigo o una cita. Los desconocidos sólo cometieron el 18% de las agresiones que se denunciaron en esta encuesta (1).
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¿Con qué frecuencia se producen las agresiones sexuales?
Estimar los índices de violencia sexual contra las mujeres es una tarea difícil. Hay muchos factores que impiden que las mujeres denuncien estos delitos a la policía y a los encuestadores que recogen las estadísticas sobre la tasa de criminalidad en nuestro país. Es posible que las mujeres no quieran denunciar que han sido agredidas porque se trata de una experiencia muy personal, porque se culpan a sí mismas, porque tienen miedo de cómo pueden reaccionar los demás y porque no creen que sea útil hacer esa denuncia. Sin embargo, hay estadísticas que demuestran la magnitud de este problema en nuestro país. Por ejemplo, un estudio a gran escala realizado en varios campus universitarios descubrió que el 20% de las mujeres declararon haber sido violadas en su vida (2). La Encuesta Nacional de Victimización del Crimen estimó que entre 1992 y 1993 se produjeron 500.000 agresiones sexuales en Estados Unidos. De esas agresiones, aproximadamente un tercio fueron violaciones consumadas y un 28% adicional fueron intentos de violación (3).
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¿Qué les ocurre a las mujeres después de ser agredidas sexualmente?
Después de una agresión sexual, las mujeres pueden experimentar una amplia gama de reacciones. Es muy importante tener en cuenta que no existe un único patrón de respuesta. Algunas mujeres responden inmediatamente, otras pueden tener reacciones retardadas. Algunas mujeres se ven afectadas por la agresión durante mucho tiempo, mientras que otras parecen recuperarse con bastante rapidez.
En las primeras etapas, muchas mujeres dicen sentir shock, confusión, ansiedad y/o entumecimiento. A veces las mujeres experimentan sentimientos de negación. En otras palabras, es posible que no reconozcan plenamente lo que les ha ocurrido o que resten importancia a la intensidad de la experiencia. Esta reacción puede ser más común entre las mujeres que son agredidas por alguien que conocen.
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¿Cuáles son algunas de las primeras reacciones a la agresión sexual?
En los primeros días y semanas después de la agresión, es muy normal que una mujer experimente emociones intensas y a veces impredecibles. Puede tener fuertes recuerdos repetidos del suceso que son difíciles de ignorar, y las pesadillas no son infrecuentes. Las mujeres también afirman tener dificultades para concentrarse y dormir, y pueden sentirse nerviosas o al límite. Aunque estas reacciones iniciales son normales y esperables, algunas mujeres pueden experimentar síntomas graves y muy perturbadores que dificultan enormemente su funcionamiento durante el primer mes después de la agresión. Cuando estos problemas perturban la vida diaria de la mujer y le impiden buscar ayuda o contárselo a sus amigos y familiares, la mujer puede padecer un Trastorno por Estrés Agudo (TEA). Los síntomas del TEA incluyen:
- Sentirse adormecida y desapegada, como estar aturdida o en un sueño, o sentir que el mundo es extraño e irreal
- Dificultad para recordar partes importantes de la agresión
- Revivir la agresión a través de pensamientos repetidos, recuerdos o pesadillas
- Evitar cosas (lugares, pensamientos, sentimientos) que le recuerden a la mujer la agresión
- Ansiedad o aumento de la excitación (por ejemplo, dificultad para dormir, concentrarse, etc.)
- ¿Cuáles son otras reacciones que tienen las mujeres tras una agresión sexual?
Trastorno depresivo mayor (TDM)
La depresión es una reacción común tras una agresión sexual. Los síntomas del MDD pueden incluir un estado de ánimo deprimido, incapacidad para disfrutar de las cosas, dificultad para dormir, cambios en los patrones de sueño y alimentación, problemas de concentración y toma de decisiones, sentimientos de culpa, desesperanza y disminución de la autoestima. Las investigaciones sugieren que casi un tercio de todas las víctimas de violaciones tienen al menos un periodo de TME durante su vida. Y para muchas de estas mujeres, la depresión puede durar un largo periodo de tiempo. Los pensamientos de suicidio también son comunes. Los estudios estiman que un tercio de las mujeres que son violadas contemplan el suicidio, y el 13% de las víctimas de violación realmente intentan suicidarse (4).
Enfado
Muchas víctimas de agresiones sexuales informan que luchan con el enfado después de la agresión. Aunque se trata de una reacción natural ante un acontecimiento tan violento, hay algunas investigaciones que sugieren que la ira intensa y prolongada puede interferir en el proceso de recuperación y perturbar aún más la vida de la mujer.
Vergüenza y culpa
Estos sentimientos son reacciones comunes a la agresión sexual. Algunas mujeres se culpan a sí mismas por lo que ha sucedido o se sienten avergonzadas por ser víctimas de una agresión. Esta reacción puede ser aún más fuerte entre las mujeres que son agredidas por alguien que conocen, o que no reciben apoyo de sus amigos, familia o autoridades tras el incidente. La vergüenza y el sentimiento de culpa también pueden obstaculizar la recuperación de la mujer, impidiéndole contar lo sucedido y obtener ayuda.
Problemas sociales
A veces pueden surgir problemas sociales tras una agresión sexual. Una mujer puede experimentar problemas en su relación matrimonial o en sus amistades. A veces, una superviviente de una agresión estará demasiado ansiosa o deprimida para querer participar en actividades sociales. Muchas mujeres dicen tener dificultades para confiar en los demás después de la agresión, por lo que puede ser difícil establecer nuevas relaciones. El rendimiento en el trabajo y en la escuela también puede verse afectado.
Problemas sexuales
Los problemas sexuales pueden estar entre los problemas más antiguos que experimentan las mujeres que son víctimas de una agresión sexual. Las mujeres pueden tener miedo y tratar de evitar cualquier actividad sexual; pueden experimentar una disminución general del interés y el deseo sexual.
Consumo de alcohol y drogas
El abuso de sustancias a veces puede llegar a ser problemático para las mujeres que son víctimas de agresiones. Un estudio a gran escala descubrió que, en comparación con las no víctimas, las supervivientes de una violación tenían 3,4 veces más probabilidades de consumir marihuana, 6 veces más de consumir cocaína y 10 veces más de consumir otras drogas importantes (4). A menudo, las mujeres informan de que consumen estas sustancias para controlar otros síntomas relacionados con la agresión.
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Trastorno de estrés postraumático
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) implica un patrón de síntomas que algunos individuos desarrollan después de experimentar un evento traumático como la agresión sexual. Los síntomas del TEPT incluyen pensamientos repetidos sobre la agresión; recuerdos y pesadillas; evitación de pensamientos, sentimientos y situaciones relacionadas con la agresión; y aumento de la excitación (por ejemplo, dificultad para dormir y concentrarse, nerviosismo, irritabilidad). Un estudio que examinó los síntomas del TEPT entre las mujeres que fueron violadas descubrió que el 94% de las mujeres experimentaron estos síntomas durante las dos semanas inmediatamente posteriores a la violación (5). Nueve meses después, alrededor del 30% de las mujeres seguían informando de este patrón de síntomas (6). El Estudio Nacional de la Mujer informó de que casi un tercio de todas las víctimas de violación desarrollan TEPT en algún momento de su vida y el 11% de las víctimas de violación sufren actualmente este trastorno (7).
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Información para los proveedores de atención médica
Desgraciadamente, la agresión sexual es bastante frecuente en nuestra sociedad actual. Los supervivientes de una agresión sexual pueden experimentar una gran variedad de síntomas, pero no tienen por qué sufrir en silencio. Los profesionales de la salud mental pueden ofrecer una serie de tratamientos eficaces adaptados a las necesidades de cada mujer.
Para obtener información sobre cómo evaluar el trauma sexual o crear una atmósfera segura para sus pacientes, consulte Trauma sexual: información para proveedores médicos de mujeres.
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