Tercer ojo

  • por

El tercer ojo (también conocido como ojo interior) es un concepto místico y esotérico que se refiere a un ojo invisible especular que proporciona una percepción más allá de la vista ordinaria. En ciertas tradiciones espirituales dhármicas, como el hinduismo, el tercer ojo se refiere al ajna, o chakra del entrecejo. En la teosofía, se relaciona con la glándula pineal. El tercer ojo se refiere a la puerta que conduce a los reinos interiores y a los espacios de conciencia superior. En la espiritualidad de la Nueva Era, el tercer ojo suele simbolizar un estado de iluminación o la evocación de imágenes mentales con un significado espiritual o psicológico muy personal. El tercer ojo se asocia a menudo con las visiones religiosas, la clarividencia, la capacidad de observar los chakras y las auras, la precognición y las experiencias extracorporales. Las personas a las que se les atribuye la capacidad de utilizar su tercer ojo se conocen a veces como videntes.

El tercer ojo no es algo físico: se trata simplemente de que la energía que se mueve a través de los ojos hacia los objetos exteriores vuelve ahora hacia la fuente. Se convierte en el tercer ojo, la tercera forma de ver el mundo. ~ Osho

Se desarrolla por sí mismo cuando la persona está preparada para utilizarlo. ~ Benjamin Creme

En algunas tradiciones, como el hinduismo, se dice que el tercer ojo está situado alrededor de la mitad de la frente, ligeramente por encima de la unión de las cejas. En otras tradiciones, como en la teosofía, se cree que está conectado con la glándula pineal. Según esta teoría, los humanos tenían en tiempos muy antiguos un tercer ojo real en la parte posterior de la cabeza con una función física y espiritual. Con el tiempo, a medida que los humanos evolucionaron, este ojo se atrofió y se hundió en lo que hoy se conoce como glándula pineal. El Dr. Rick Strassman ha planteado la hipótesis de que la glándula pineal, que mantiene la sensibilidad a la luz, es responsable de la producción y liberación de DMT (dimetiltriptamina), un enteógeno que, según él, podría excretarse en grandes cantidades en los momentos del nacimiento y la muerte.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *