Nichiren Daishonin vivió durante una época tumultuosa en el Japón del siglo XIII, en la que la gente sufría casi año tras año algún tipo de desastre natural, evento climático extremo, hambruna, epidemia o inestabilidad política. Buscando una forma de aliviar el sufrimiento de la gente, profundizó en las escrituras budistas y reveló la verdad que se encuentra en las profundidades del Sutra del Loto: que todas las personas poseen el estado de vida supremamente noble de la Budeidad y que tienen el poder de transformar su karma y alcanzar un estado de vida de felicidad absoluta en esta vida.
Reconoció el título del Sutra del Loto, Myoho-renge-kyo, como la Ley fundamental del universo que impregna toda la vida y resuena como el estado vital de la Budeidad dentro de todas las personas. Añadiendo a este título la palabra nam, que significa «dedicación a» o «devoción a», estableció la práctica de cantar Nam-myoho-renge-kyo.
Cantar Nam-myohorenge-kyo valiente y vigorosamente nos permite hacer surgir la sabiduría para superar la adversidad.
Nam-myoho-renge-kyo expresa los principios y las funciones místicas que actúan en nuestras vidas; es una expresión de la Ley Mística, que corresponde a la intención de Buda de guiar a todas las personas hacia la iluminación.
Como expresión gráfica de esta Ley, Nichiren inscribió el Gohonzon para que sirviera como objeto de devoción y como espejo para reflejar nuestra naturaleza iluminada innata y hacer que impregnara todos los aspectos de nuestra vida.
¿Por qué Nam-myoho-renge-kyo?
De la misma manera que nuestro nombre representa lo que somos en su totalidad, cuando cantamos Nam-myoho-renge-kyo, estamos afirmando todo lo que se enseña en el Sutra del Loto. Al cantar, invocamos nuestro estado de vida más elevado, o naturaleza de Buda, caracterizado por un valor, una compasión y una sabiduría ilimitados.
Nam significa «dedicar la vida»; myoho significa Ley Mística; renge indica literalmente la flor de loto, que representa la simultaneidad de causa y efecto; y kyo significa sonido o enseñanza.
Hay muchas perspectivas desde las que Nichiren explica el significado y la importancia de Nam-myoho-renge-kyo. Sin embargo, lo más importante es que significa dedicar nuestra vida a la Ley Mística. Actuando en base a esa Ley, trabajamos por la felicidad de nosotros mismos y de los demás.
¿Funciona el canto aunque no lo entienda?
Nichiren enseña que aunque no entendamos el significado completo de Nam-myoho-renge-kyo, podemos obtener beneficios cantando esta frase.
Escribe: «Cuando un bebé bebe leche, no tiene comprensión de su sabor y, sin embargo, su cuerpo se nutre de forma natural. . . Los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo . . no son otra cosa que la intención de todo el sutra. Por lo tanto, aunque los principiantes en la práctica budista no comprendan su significado, al practicar estos cinco caracteres, se ajustarán naturalmente a la intención del sutra» («Sobre las cuatro etapas de la fe y las cinco etapas de la práctica», Escritos de Nichiren Daishonin, vol. 1, pág. 788).
Por lo tanto, al cantar Nam-myoho-renge-kyo, podemos impregnar nuestras vidas con el estado de vida de la Budeidad. El presidente de la SGI, Ikeda, dice:
Por supuesto, es mejor que entiendas el significado de . Eso fortalecerá tu compromiso con la Ley. Pero si comprendes y sin embargo no practicas, todo es inútil.
Además, no puedes comprender la verdadera profundidad de las enseñanzas a través de la sola razón…El Daishonin nos ha enseñado que a través del gongyo y del canto del daimoku , podemos alcanzar un estado elevado en el que, mientras nos dedicamos a nuestra vida cotidiana, atravesamos el universo entero. …
Cuando cantas al Gohonzon, la puerta de tu microcosmos se abre a todo el universo, el macrocosmos, y experimentas una gran alegría sin límites, como si estuvieras contemplando todo el cosmos. Sientes una gran satisfacción y regocijo, una gran sabiduría, como si tuvieras todo el universo en la palma de tu mano. (Mis queridos amigos de América, tercera edición, págs. 47-48)
El estudio del budismo es una parte integral de la práctica porque nos ayuda a profundizar en nuestra fe. Pero, en última instancia, sólo mediante el canto y la aplicación de nuestra práctica budista a nuestros desafíos diarios demostramos el verdadero poder del canto de Nam-myoho-renge-kyo.
Cantar para ganar
Además de la práctica, otro factor vital es la fe. La fe se construye a partir de las experiencias que obtenemos a través del canto.
Nichiren escribe: «Que tu oración sea o no respondida dependerá de tu fe» («Respuesta a la monja laica Nichigon», END-1, 1079).
Nuestra firme determinación de ganar es el factor clave para que nuestras oraciones sean respondidas. Para ello es necesario luchar contra nuestra tendencia a dejarnos influir fácilmente por los impulsos negativos de nuestra vida y nuestro entorno. Al invocar una poderosa determinación y cantar Nam-myoho-renge-kyo, podemos hacer surgir el valor y la sabiduría para superar tales tendencias y dirigir nuestras vidas en la mejor dirección con confianza y compostura.
El presidente Ikeda afirma:
El poder de nuestra determinación interior es inconmensurable, y su máxima expresión es la fe inquebrantable y valiente en la Ley Mística. El sonido de nuestras voces cantando decididamente Nam-myoho-renge-kyo reverbera en todo el universo, convirtiendo todo en una fuerza positiva que nos apoyará y protegerá.
Cuando te topes con un muro, canta. Cuando las cosas no vayan como esperabas, reza con una determinación aún mayor hasta que ganes.
Cantar Nam-myoho-renge-kyo con valentía y vigor nos permite hacer surgir la sabiduría para superar la adversidad y mover las cosas de forma dinámica hacia nuevas victorias. (9 de noviembre de 2018, World Tribune, p. 3) WT