La adultez y el café vienen de la mano. Si echamos un vistazo al interior de la sede de Byrdie, nueve de cada diez de nosotros estaremos dando golpecitos al ordenador con un café en la mano cualquier día de la semana. Y aunque el café y sus beneficios han sido ampliamente discutidos, también sabemos que hay algunos aspectos negativos de nuestra bebida caliente favorita.
Un nuevo estudio, publicado en el Journal of Food Science, ha informado de que beber café puede desencadenar nuestros antojos de dulces, lo que a su vez nos lleva a anhelar (y luego, muy probablemente, a comer) alimentos y aperitivos azucarados.
Investigadores de la Universidad de Cornell dividieron a un grupo de 107 personas en dos; a un grupo le dieron café con 200 miligramos de cafeína, mientras que al otro sólo le dieron descafeinado. Ambos grupos tenían azúcar en el café. Supuestamente, los que tenían cafeína en sus tazas sentían que su bebida tenía un sabor menos dulce, lo que significa que era más probable que tomaran un bocadillo azucarado después, ya que sus antojos no habían sido satisfechos.
¿Pero qué ciencia hay detrás? Según el estudio, la cafeína amortigua nuestros receptores gustativos, lo que impide que nos demos cuenta de lo dulce que es cualquier comida o bebida que tomemos. Así que esa taza de café que estás tomando, aunque tenga azúcar, podría estar afectando a la forma en que percibes el sabor y, a su vez, estar teniendo un impacto negativo en la pérdida de peso.
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Siguiente, dejé el café: esto es lo que le pasó a mi piel.